viernes, 22 de noviembre de 2024
14/11/2011junio 14th, 2017

Sus cajas diarias no se parecen en nada a las de sus hermanas las farmacias urbanas. Las oficinas de farmacia de los núcleos rurales de Castilla-La Mancha, donde la población suele ser de mayor edad y menor poder asquisitivo, no tienen escapatoria y están pagando la peor parte de los retrasos en el pago por parte del Sescam. Además, tienen mayor dificultad para firmar las operaciones financieras que se han acordado para aliviar al sector la falta de liquidez. La manifestación de farmacéuticos celebrada ayer en Toledo dejó bien clara esta situación.

Un centenar de farmacéuticos de Castilla-La Mancha se concentraron ayer domingo en Toledo para pedir una solución que garantice la viabilidad de las farmacias, ante la situación «sumamente grave» de muchas oficinas, sobre todo del ámbito rural donde están ya «prácticamente sin existencias».


La concentración, en la que participaron fundamentalmente farmacéuticos toledanos -ataviados en buena parte con una bata blanca-, tuvo lugar en la Plaza de Zocodover, donde han reclamado una solución a la deuda que mantiene con ellos la Junta de Comunidades, que en enero superará los 230 millones de euros.

Federico Aguado, uno de los concentrados, ha advertido que hasta ahora los ciudadanos no han recibido información de la dimensión del problema, que es «sumamente grave», sobre todo en el ámbito rural, donde «las farmacias ya están prácticamente sin existencias».

El único ingreso que tiene el farmacéutico en el ámbito rural es de la venta de medicamentos mediante la receta de la Seguridad Social «y si lleva desde junio sin recibir el importe de la receta no solamente no puede tener medicamento sino que tiene dificultades para comprarlos», ha apuntado.

Esta circunstancia, «al final repercute en que el ciudadano no encuentre la medicación, tiene que esperar a que se la den y se ha perdido una atención farmacéutica que era de máxima calidad hasta este momento», ha añadido.

Si la población no ha percibido de momento ese déficit es «gracias al esfuerzo que están haciendo los farmacéuticos en Castilla-La Mancha y en otras comunidades», ha subrayado Aguado, quien ha añadido: «queremos que la población se de cuenta de la gravedad de una situación que se va deteriorando día a día y mes a mes».

Los problemas no sólo son de abastecimiento sino a los propios empleados de las oficinas, puesto que «ya ha habido reducción de horarios y jornadas en todas las farmacias», señaló Monserrat Muñoz, titular de una farmacia en Alcaudete de la Jara (Toledo).

En este contexto, tanto Muñoz como Aguado consideraron que el convenio que firmaron a principios de noviembre los colegios de farmacéuticos de Toledo y Albacete con la entidad Globalcaja, es insuficiente para atender a todos los profesionales de la región. Se trata de un crédito solidario de 40 millones de euros, «que prácticamente no cubre ni una mensualidad de todos los colegios», comentó Muñoz, quien ha recordado: «la deuda que se espera tener en enero supera los 230 millones».

Según Aguado, se planteaba que la operación tuviera un importe de 360 milones de euros, porque la formalizada «ni cubre a la totalidad de los farmacéuticos, ni tan siquiera va a cubrir la totalidad de la deuda de aquellos farmacéuticos que están en tal situación que ni los bancos les pueden prestar dinero».

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