La alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, ha asegurado hoy que en la primavera de 2015 darán comienzo las obras de la autovía Toledo-Ciudad Real, una infraestructura que ha considerado «muy necesaria para el sector del transporte».
Rosa Romero ha realizado este anuncio durante la inauguración de las II Jornadas de Transporte de Mercancías de Castilla-La Mancha organizadas en la capital por la Federación de Empresarios de este sector en la región.
Un foro, ha señalado Romero, que es necesario para propiciar la reflexión y escuchar las reivindicaciones de uno sector clave en la economía regional.
La primera edil ha destacado durante su encuentro con los empresarios que Ciudad Real es un enclave estratégico privilegiado en las comunicaciones terrestres, «sin parangón en el resto del territorio nacional, al disponer de tres autovías y de la carretera N-IV, lugar de paso para el transporte hacia Lisboa, Badajoz, Levante, Andalucía y Madrid», ha valorado.
Por ello, Romero ha estimado que el anuncio, el pasado mes de septiembre, de la licitación del contrato para la redacción del estudio informativo del tramo que unirá la autovía Toledo-Ciudad Real con la de los Viñedos, por parte del Gobierno regional, y el estudio informativo por parte del Ministerio de Fomento del tramo donde se desdoblará la N-401 hasta la A-43, que conectará con Ciudad Real, «es una buena noticia y el principio del fin de una antigua reivindicación del Ayuntamiento de Ciudad Real, compartida con los empresarios del transporte.
De este modo, ha reiterado, «el inicio de las obras se podrá ver en el horizonte de la primavera de 2015».
Para la alcaldesa de Ciudad Real se trata de «un avance importante para que la conexión entre Ciudad Real y Toledo sea una realidad», puesto que, ha recordado, «es una infraestructura ampliamente demandada por necesaria, por el sector del transporte por carretera, que comunicará además las cinco capitales de Castilla-La Mancha».
La alcaldesa ha reiterado su apoyo a un sector como el del transporte que, ha dicho, desarrolla una actividad esencial para el futuro de Castilla-La Mancha y que representa el 9 % del Producto Interior Bruto (PIB) regional, al crear 20.000 puestos de trabajo directos y 70.000 indirectos.