Liberbank ha ofrecido a los representantes de los trabajadores bajas incentivadas voluntarias para un máximo de 525 personas, que afectarían a las personas nacidas entre 1956 y 58, es decir, los que actualmente tienen 59, 60 y 61 años, en el marco del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se anunció el pasado viernes.
La empresa plantea, así mismo, una reducción de jornada durante dos años y movilidad geográfica para los empleados afectados por el cierre de oficinas, entre el próximo mes de julio y diciembre de 2019.
En una nota remitida hoy, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), presente en el comité de empresa, valora de manera positiva que la empresa evite bajas traumáticas, aunque advierte de que aún debe estudiar los datos «en profundidad».
También considera positivo este sindicato que las bajas previstas sean voluntarias y que los afectados «estén en condiciones de acceder a la prejubilación con los beneficios fiscales que marca la legislación».