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empresa de clm 23/03/2013junio 13th, 2017

Cuentan que el nacimiento de la empresa Mossto, de Almansa (Albacete), fue después de una fiesta. El objetivo era solucionar el problema de las chicas que no podían aguantar más con sus zapatos de tacón después de varias horas. En una localidad donde el calzado, sobre todo el masculino, es la industria principal desde hace años nació Mossto en 2008 rompiendo con la tradición y apostando por la innovación.

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Aún hay quién no se lo cree, pero ya son menos los que les llaman «locos». Se trata de la empresa Mossto, que nació en 2008 en Almansa (Albacete), municipio zapatero. Hasta ahí no supondría ninguna novedad, porque la empresa de nueva creación también se dedica al mismo sector, pero con matices.

Patricia Ruano, responsable del producto, explica a encastillalamancha.es la apuesta de Mossto por vestir el pie femenino y además presentar un producto novedoso que respondía a una demanda que toda mujer en alguna ocasión podía haber hecho. Se trata del tacón de altura variable o con dos alturas. Esto es que los zapatos cuentan con dos tacones que se pueden intercambiar, de diferente altura, para que ésta se adapte según el momento. Está el de ocho centímetros, «para una imagen sexy y sofisticada», y el de cuatro centímetros, «para un momento más casual, relajado y funcional».

Han sido cuatro años de trabajo y de investigación para dar con la tecnología precisa, que se basa en imágenes, pero «no tiene ningún riesgo», explica Patricia, quien asegura que se han hecho muchas pruebas antes de lanzar el producto. Se han estudiado los imanes, su agarre, los materiales para que el zapato no se deforme…

Se han realizado muchos experimentos, «por ejemplo, si el tacón se engancha en una alcantarilla, se quedaría dentro, pero solo el tacón. También se han realizado pruebas de resistencia en el barro…»

DE LOCOS A GANARSE EL RESPETO DE LOS DEMÁS

Los inicios no fueron sencillos al tener que hacer una gran inversión, así como apostar por un producto tan novedoso y dedicar muchas horas de trabajo que compaginaban con otros empleos, porque los fundadores de Mossto lo tuvieron durante un tiempo como un proyecto paralelo. A todo ello se suma que la empresa nació durante la crisis económica, otro handicap que han superado creyendo aún más en su producto.

Hace año y medio comenzaron a venderlo. El resultado es que interesa, gusta, pero «nos dicen que si hubiésemos llegado en otra época…»

Aún así no se desaniman. Están apostando por las ferias y los resultados, fuera de España, son muy interesantes. Gracias a ellas están abriendo mercados en China, Japón, Dinamarca o Dakar. Ya tienen puntos de venta en Chile y están negociando otros en Méjico. A ello se suma su interés por entrar en Estados Unidos.

Mucho trabajo y muchos retos, que confían en ir logrando poco a poco.

«Somos aún un poco caros», señala Patricia, quien apunta que te puedes encontrar un Mossto a partir de 130 euros. Eso sí, aseguran que es un zapato de calidad que «no pasa de moda», con materiales naturales fabricados en España y resistentes al tiempo.

Entre sus diferentes tipos de modeles están los básicos, de salón, botines y botas. A ellos se sumarán los de novia y zapatos de plataforma, porque a veces solo ocho centímetros no son suficientes y hay quién busca 10 ó 12.

El camino ha sido duro, mucho papeleo y cierta incertidumbre, pero ha merecido la pena porque «se ha hecho realidad nuestra idea», aseguran desde la empresa.

Junto a Patricia forma parte de la empresa Juan Ángel Monteagudo, director general de Mossto.

Una empresa joven, cuyos fundadores tienen una edad media de entre 30 y 40 años, que apostó por la innovación, así como por la externalización de la fabricación.

Ahora están diseñando ya lo que se llevará durante el verano de 2014, aunque nos adelanta los colores que se llevarán el próximo otoño: lilas, verdes…

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