Una profesora de música, un ingeniero, una licenciada en bellas artes y una neurocientífica tienen en común Plumpos. Vayamos por partes. Son profesionales que han decidido apostar por el emprendimiento en un campo que les apasiona, la estimulación tempana para niños de cero a seis años. Gracias a Desafío 22 han conseguido dar forma a su sueño.
Su marido le dijo «tú vas a hacer bien todo lo que te propongas» y se animó a intentarlo. Luego encontró a Horizonte XXII, con su plataforma Desafío 22, y consiguió dar forma a su proyecto. Se trata de Carolina Varela Rodríguez, ahora emprendedora, pero su currículo es bien extenso, es neurocientífica, lleva 14 años realizando investigaciones científicas y actualmente trabaja como facultativa en el hospital de Ciudad Real.
Cuando nació su hija Elvira buscó alguna iniciativa desde donde se impartiesen clases de estimulación temprana.
Y, a partir de ahí, se desencadenó todo.
UNA OPORTUNIDAD EN EL MUNDO EMPRESARIAL
«La idea inicial es montar un centro de estimulación temprana en Ciudad Real», comentaba Carolina Varela, quien se ha rodeado de grandes profesionales en esta aventura. Junto a ella se encuentra Manuela Chico, profesora de música que lleva más de 30 años realizando talleres para bebés; María Monsalve, licenciada en Bellas Artes; y Anselmo Felipe, ingeniero.
Todos ellos son Plumpos Espacio Educativo, empresa de servicios de formación para padres y de estimulación temprana para niños de cero a seis años.
Desde Plumpos defienden el valor de la estimulación temprana como esencial para el desarrollo integral del niño, es un ejercicio basado en la repetición.
Se dirigen a los niño y también a los padres. El objetivo es ofrecerles a estos acompañamiento en el proceso de crianza de sus hijos para dotarles de herramientas futuras de solución de problemas y de capacidades cognitivas óptimas.
Está previsto que la empresa vea la luz este año, de momento están con todos los trámites burocráticos y los van cumpliendo en fecha y tiempo.
Carolina matiza: «Todos animan mucho a los emprendedores, pero no saben lo difícil que es». Eso sí, ilusión no les falta para llevar a buen puerto el proyecto.