Techco Security, una compañía internacional dedicada a los sistemas electrónicos de seguridad y la protección contra incendios, ha elaborado un decálogo de recomendaciones para proteger a las pymes castellanomanchegas de los ciberataques. Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), esta zona concentra el 3,91 por 100 de los ataques informáticos perpetrados en nuestro país y se posiciona como la octava comunidad autónoma que más agresiones cibernéticas recibe.
En cuanto a otras autonomías, la región que registra el mayor número de ciberataques es Cataluña (19,62 por 100), seguida de la Comunidad de Madrid (19,50 por 100), Andalucía (16,17 por 100), Comunidad Valenciana (9,66 por 100), Castilla y León (4,65 por 100), Galicia (4,49 por 100), País Vasco (3,93 por 100), la citada Castilla-La Mancha (3,91 por 100) y Canarias (3,27 por 100). Las dos comunidades autónomas que menos ataques reciben son Cantabria y La Rioja, con el 1,20 por 100 y 0,66 por 100, respectivamente.
Además, según el último informe del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información y el Incibe, en 2014 el gasto en ciberseguridad de las empresas españolas ascendió a los 700 millones de euros y se estima que en 2019 supere los 1.000 millones de euros.
Por su parte, los ciberataques más comunes en España son los zombies o bots, cuyo objetivo es enviar spam, virus o softwares maliciosos a otros equipos que quieren infectar.
Según Techco Security, las 10 claves que los empleados de una empresa deben tener en cuenta para prevenir ciberataques son: no conectarse a dispositivos no autorizados; no usar un ordenador sin antivirus; usar claves de bloqueo en el ordenador y teléfono móvil; contar con una buena contraseña puede proteger la información confidencial y los dispositivos; utilizar contraseñas difíciles de adivinar; ser cauteloso y desconfiar de emails y enlaces sospechosos; no instalar programas no autorizados en el ordenador del trabajo; no dar información confidencial; estar alerta e informar sobre cualquier actividad sospechosa; y no dejar la información confidencial encima del escritorio.