Los viticultores de la Denominación de Origen (D.O.) Valdepeñas han decidido paralizar la vendimia en protesta por la actitud de los industriales que, un año más, han «impuesto» unos precios para la uva «muy alejados de la realidad del mercado», una vez iniciada la vendimia.
La medida de protesta ha sido aprobada por la práctica totalidad de los más de 200 agricultores que han participado en la Mesa de Productores de la Denominación, horas después de que Bodegas Félix Solís colgara las tablillas con las cotizaciones del fruto para esta campaña que han calificado de «irrisorios».
«Si quieren uva con Denominación de Origen, que la paguen», han exclamado los viticultores, que consideran que no pueden seguir permitiendo que se les pague la uva por debajo de los costes de producción y sin que se negocie entre las partes, lo cual «sería lógico en un contrato de compraventa».
Asimismo, han barajado la posibilidad de no calificar la uva para destinarla a la elaboración de vinos con D.O. y entregarla para vinos de mesa, porque «el precio es prácticamente el mismo y no se reconoce el valor añadido de la calidad», han apostillado.
También pedirán a la Consejería de Agricultura y a los agentes implicados un exhaustivo control del cumplimiento del pliego de condiciones de la Interprofesional en el que se contemplan las normas de producción de uva y elaboración de vino.
Los productores han lamentado que sean ellos los que siempre tengan que perder, mientras que el volumen de comercialización ha crecido en el último año un 2,5 por ciento y el acumulado de los últimos cuatro años se sitúe en un 18 por ciento.
Además las existencias de vino han bajado de los 96 millones de litros de la pasada campaña a 90 millones de litros, han señalado los agricultores, que consideran que los precios de la uva son «paupérrimos», pese a que Félix Solís diga que han aumentado entre un 10 y un 40 por ciento respecto a 2014, ya que en esa campaña «sufrieron un descenso de entre el 33 y casi el 50 por ciento».