El secretario general del PP, Vicente Tirado, considera un planteamiento «coherente» que el presupuesto de la Junta para 2012 que se aprobará en las próximas semanas sea alrededor de 2.200 millones de euros menor al de 2011 y asegura que a partir de ahora la región tendrá presupuestos realistas.
Tirado, en una entrevista con Efe, expone que el Gobierno regional quiere volver a la senda del rigor presupuestario y acabar con una política de «frivolidad e irresponsabilidad» con la que los socialistas «ingresaban uno y gastaban dos».
Por ello, se ha puesto encima de la mesa un Plan de Garantías de los Servicios Sociales Básicos «pionero», que es «el más vanguardista, más serio, más riguroso» y el que necesitaba Castilla-La Mancha, pues supone la vuelta a la racionalidad en el gasto.
De ese modo, el presupuesto de 2012 será alrededor de 2.200 millones inferior al de 2011 (que fue de 8.616 millones) y será «real», pues de ahora en adelante los gastos coincidirán con los ingresos.
Tirado, que también es presidente de las Cortes autonómicas, opina que ese recorte presupuestario no va a dañar los pilares básicos del estado del bienestar, pues se hará trabajando con rigor, optimizando los recursos, eliminando todo lo innecesario.
Recuerda que la consecuencia de la política presupuestaria del anterior Gobierno es que, cuando el PP llegó al Gobierno, el déficit iba encaminado a terminar el año cerca del 13 por ciento, aunque los ajustes impulsados por María Dolores de Cospedal lograron reducirlo al 7,3 por ciento.
El dirigente del PP se muestra convencido de que este año el déficit se reducirá hasta cumplir el objetivo del 1,5 por ciento, un objetivo que reconoce «difícil y complicado», sobre todo porque ahora el dinero va dedicado a «pagar la juerga de los dirigentes socialistas y los intereses».
Recuerda Tirado que en 1995 la región tenía una deuda de 425 millones de euros y ahora, entre la bancaria y la de los proveedores, es de 10.300 millones de euros por culpa del «despilfarro socialista», que ha sido «una losa», «una lacra» para la comunidad autónoma.
Ahora, el PP está «poniendo los cimientos de una nueva economía, de la nueva Castilla-La Mancha, de una Castilla-La Mancha competitiva, seria, de futuro».
En ese proyecto, es fundamental poder vender la deuda que el Gobierno central ha autorizado a Castilla-La Mancha, pues de ello depende el pago pendiente a los proveedores, parte del «socavón» del que responsabiliza a los socialistas.
Tirado confía en que se coloque esa deuda, pues para ello Cospedal ha ganado en unos meses la «credibilidad» que perdió José María Barreda, y se está trabajando «mucho y bien» gracias a «un extraordinario consejero de Hacienda, Arturo Romaní».
«¿Es difícil?, claro que es difícil; ¿es posible?, claro que es posible; ¿se va a conseguir?; claro que se va a conseguir», porque se trabaja con discreción, determinación y ahora hay credibilidad y los bancos se fían», declara al respecto.
Durante la entrevista, deja claro que el PP no tiene ningún «plan oculto» para acometer nuevos recortes, pues el Gobierno ha hecho «de la verdad su bandera», cuando eran los socialistas los que tenían «planes ocultos, los que decían una cosa y hacían la contraria».
Tirado recalca durante la entrevista que el objetivo del plan de ajustes no es sólo reducir el déficit, sino también garantizar los servicios sociales y una educación y una sanidad públicas, gratuitas y de calidad.
En este sentido, se niega a aceptar lecciones del PSOE -«de los que en dos años destinaron 400 millones a la sanidad privada»- y se compromete a que «la gente que vaya a un hospital, sea gestionado de forma pública o mediante la externalización de la gestión, va a tener más calidad asistencial y va a ser gratuita».
También asegura que se va a resolver el conflicto abierto con las residencias de la tercera edad, cuya patronal, Artecam, ha denunciado esta semana que se quiere recortar el 40 por ciento el dinero destinado a ese servicio.
El secretario general del PP explica que se va a llegar a un acuerdo con Artecam y con la otra patronal (Acescam) para el pago de las plazas concertadas, pero deja claro que lo que no se va a hacer es sufragar plazas que no están ocupadas, como se hacía con el anterior gobierno.
«Convendrá conmigo en que pagar un ala de una residencia privada que estaba vacía no era lógico, y aquí se ha hecho», insiste Tirado, quien acusa a Barreda de «tirar con pólvora del rey» y dice que éste es uno de los ejemplos del «despilfarro socialista», como una sede del Sescam que ha costado 28 millones de euros o el «despacho de 400 metros cuadrados» que se estaba haciendo el anterior consejero de Sanidad, Fernando Lamata.