La Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Toledo ha iniciado los trámites para interponer una demanda de conflicto colectivo a Ferroser Servicios Auxiliares S.A, la encargada del servicio de limpieza de los tres hospitales del Complejo Hospitalario de Toledo. La demanda se debe al «caso omiso que la empresa lleva haciendo meses a las sanciones de la Inspección de Trabajo (ITSS) por vulnerar los descansos de la plantilla e imponer excesivas cargas de trabajo, que están perjudicando gravemente la salud mental y física de los trabajadores».
Según indica el sindicato en una nota de prensa, el conflicto se inició en el verano de 2018, cuando UGT denunció a Ferroser ante la Inspección de Trabajo por vulnerar el descanso de las trabajadoras y trabajadores en todos los hospitales del Complejo Hospitalario de Toledo, «llegando a darse el caso de que toda la plantilla del Hospital Virgen del Valle no tuvo ni una sola libranza en más de 34 días de dicho verano«. «Es una aberración contra el rendimiento laboral y un atentado contra la salud física y mental de los trabajadores, que afecta no solo a ellos sino a sus familiares que no pueden disfrutar de sus seres queridos ni un solo día de descanso al mes”, detalla UGT en el escrito de denuncia.
La Inspección de Trabajo dio la razón a UGT y concluyó en mayo de 2019 que, efectivamente, la empresa estaba solapando el descanso entre jornadas (de 12 horas) con el descanso semanal de día y medio (de 36 horas) y vulneraba así tanto el artículo 34.3 del Estatuto de los Trabajadores como el 37.1. Esto conllevó una primera sanción a Ferroser y medidas correctoras, entre ellas la entrega de varios cuadrantes de trabajo para comprobar que se habían modificado los descansos en un plazo de dos meses. La empresa no cumplió con esos requerimientos y en septiembre recibió un acta de infracción grave por ello.
Además, la Inspección de Trabajo instó también a Ferroser a realizar una evaluación de riesgos psicosociales inexistente en la empresa a pesar de ser obligatoria por ley desde 1995. Una vez realizada, «los resultados fueron nefastos y constataron que tanto la carga como el tiempo de trabajo eran muy elevados». A día de hoy la empresa también acumula otra infracción grave por no aplicar las medidas correctoras en este aspecto.
UGT considera que la situación es «inaguantable» y se ve obligada a interponer la demanda por conflicto colectivo, así como a denunciar por vía judicial todas las situaciones de acoso individual de las que el sindicato está teniendo conocimiento. «Las cargas de trabajo están perjudicando gravemente la salud física y mental de las trabajadoras, a lo que se suman las continuas presiones por parte de la dirección de la empresa: desde la no subrogación en el traslado al nuevo Hospital Universitario de Toledo hasta modificaciones sustanciales de jornada sin ninguna razón objetiva».
«Hay trabajadoras aguantando muchísimo estrés y miedo a perder su trabajo además de no poder organizar su vida personal por las modificaciones de jornada totalmente caprichosas que en ningún caso responden a bajas, permisos o asuntos propios de otros trabajadores de la empresa», detallan desde la federación.