Ana Carretero García, vicerrectora de Estudiantes y Responsabilidad Social en la UCLM y doctora en Derecho, habló en su ponencia de la «Vulneración de derechos económicos tras la ruptura matrimonial«.
Carretero comenzó recordando que «el ordenamiento jurídico reconoce derechos tanto en los matrimonios como en sus rupturas» y añadió que «una violencia sobre la que se da poca importancia es la económica tras una ruptura matrimonial (en la que se centró ella, ya que también puede darse durante el matrimonio mediante el control de los recursos por el marido), que se lleva a cabo por el incumplimiento de las obligaciones con los hijos y los cónyuges». También subrayó que «este incumplimiento intencionado debe tener una solución», en la que los poderes públicos pueden aportar.
El de esta doctora en Derecho fue parte del testimonio que narró a los cerca de 300 estudiantes que se dieron cita en la UCLM durante la II Jornada “Soy Mujer”, que encastillalamancha.es organizó el jueves 14 de marzo y en la que actuaron como colaboradores el Instituto de la Mujer de la Junta de Comunidades, la Diputación de Toledo, el Ayuntamiento de Toledo, la UCLM y el Colegio de Enfermería de Toledo.
Ana Carretero participó en la segunda mesa, denominada “Avanzando en la igualdad”, en la que compartió experiencias junto a Charo Navas, directora provincial del Instituto de la Mujer de Toledo; Noelia Martín, vicedecana de la Facultad de Enfermería; Javier Rodríguez Torres, profesor de Didáctica y Organización Escolar del Departamento de Pedagogía; y Rocío Baquero, profesora de la Facultad de Ciencias Ambientales. Mesa que moderó Mar G. Illán, directora de este periódico.
Ana Carretero destacó que el Convenio de Estambul hace una referencia expresa en la violencia económica que se ejerce contra la mujer, cuyo fin «no es la violencia física», sino la que se ejerce con el referido incumplimiento de las obligaciones económicas, lo cual incide «en la repercusión contra su salud y en daños psicológicos contra su persona».
[ze_summary text=»El control económico se convierte de esta manera en un instrumento más de sometimiento para causar aún más daño a la mujer»]El control económico se convierte de esta manera en un instrumento más de sometimiento para causar aún más daño a la mujer[/ze_summary]
El control económico se convierte de esta manera en un instrumento más de sometimiento para causar aún más daño a la mujer, aseguró la doctora en Derecho, para quien el fin de la violencia económica «es impedir la recuperación de la mujer y que ejerza el control sobre su vida, perjudicando además a los hijos«.
Es cierto, matizó que hay quien no paga porque no tiene recursos, pero hay quien puede y no lo hace. «Esto último es muy grave porque las mujeres asumen el cuidado de los hijos tras la ruptura«, destacó. Los impagos, obviamente, desembocan en procesos judiciales. Y mencionó que hay casos (referidos a los maridos que incumplen en los pagos) en que se descubre que la persona cobra «en B» para que no le puedan embargar el dinero de la cuenta.
[ze_summary text=»Los poderes públicos pueden hacer algo y lo hacen, a través de la figura del Fondo de Garantía del pago de alimentos»]