El Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes ha reconocido la labor de 30 centros educativos en la promoción del bienestar emocional. Entre los premiados se encuentra el Instituto de Enseñanza Secundaria ‘Francisco de Quevedo’, de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).
La Fábrica de Armas de la Universidad de Castilla-La Mancha ha sido escenario este miércoles de la entrega de los II Premios de Bienestar Emocional en el Ámbito Educativo.
Un IES de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), premiado
Una treintena de centros de todo el país han recibido estos galardones, que concede el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes a aquellos proyectos que mejor contribuyen a la promoción y el cuidado del bienestar emocional de la comunidad educativa.
A través de la música, el cuidado y disfrute de la naturaleza, el juego y otras herramientas, los proyectos premiados trabajan aspectos como la gestión de las emociones, el autocuidado, la convivencia o la salud mental de sus alumnos y alumnas, muchos de ellos pertenecientes a entornos socioeconómicamente vulnerables o que han atravesado situaciones de especial complejidad, como la erupción del volcán de La Palma.
Cerca de 300 centros educativos han presentado sus proyectos
En esta segunda edición, cerca de 300 centros educativos han presentado sus proyectos. La ceremonia de entrega ha tenido lugar durante el IX Congreso Estatal de Convivencia Escolar, que reúne hoy y mañana en Toledo a alrededor de 500 docentes y expertos en la materia.
Entre los objetivos está crear un espacio de intercambio y generación de conocimiento, establecer vínculos de colaboración entre los diferentes agentes de la comunidad e identificar buenas prácticas sobre la prevención de la violencia escolar, la mejora de la convivencia y el bienestar emocional del alumnado.
«Mejorar la convivencia»
En el acto inaugural ha intervenido la directora general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio, Mónica Domínguez, que ha subrayado que «mejorar la convivencia en el ámbito educativo, cambiar la mirada, es fundamental para proteger a los niños, niñas y adolescentes y garantizar su desarrollo pleno en un entorno seguro».