miércoles, 27 de noviembre de 2024
"Sobre la Guerra Civil está expuesto la izquierda, la derecha, el centro, lo de arriba y lo de abajo" 27/01/2014junio 9th, 2017

Cuando hoy lea estas líneas seguirá siendo general, ahora en la reserva, pero ya no será director delMuseo del Ejército en Toledo, la culminación de su carrera, un batalla larga, difícil, que ha culminado con éxito y un gran botín: un museo que hoy es aplaudido por todos, pero que tuvo comienzos dificilísimos en el que le tocó mantener la posición contra viento y marea y con muchos elementos en contra.
Hoy, cuando lea estas líneas, se le agolparán sensaciones, emociones y recuerdos. Y creo que, por encima de todos ellos, se dibujará una amplia sonrisa, la de la satisfacción del deber cumplido como protagonista de una carrera militar vivida en cuarteles, con misión de paz en Bosnia, años de enseñanza en la Academia de infantería de Toledo y una despedida por la puerta grande como director del Museo del Ejército, cuyo Patronato, unánimemente, reconoció, agradeció y aplaudió su labor en los tres años que lleva abierto en el histórico Alcázar de la capital de Castilla-La Mancha.
Naturalmente estoy hablando del general Antonio Izquierdo, hasta el 24 de enero director del Museo del Ejército, con el que encastillalamancha.es ha mantenido una entrevista. Boina verde, guerrillero de Operaciones Especiales de la Legión, profesor de Educación Física, paracaidista, participante en una de las misiones de paz de la OTAN en Bosnia-Herzegovina, diplomado del Estado Mayor, que fue coronel de la Jefatura de Estudios de la Academia de Infantería de Toledo y jefe de la Subdirección de Enseñanza del Ejército de Tierra, en Granada. Nacido en Tetuán, hombre culto, inquieto, conocedor y enamorado de la Historia de España y, como todos, preocupado por la situación que hoy vive el país y muy especialmente, por «la crisis de valores».

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“LA PUESTA EN MARCHA DEL MUSEO DEL EJÉRCITO ES UNA BATALLA QUE ARROJA ALGÚN HERIDO LEVE Y VICTORIA FINAL”

Metafóricamente hablando, podríamos decir que la puesta en marcha del Museo del Ejército en Toledo ha sido la última batalla del general Izquierdo. ¿Qué balance arroja?

Ningún muerto, alguna herida solo leve y victoria final. Pero solamente victoria final en un combate, no llega a batalla, porque el Museo del Ejército es prácticamente un bebé, tres años apenas es un suspiro y el Museo tiene una potencialidad tremenda. Solo hay que recordar sus 37.000 fondos, la mayor parte en los almacenes de reserva, y su potencial por el capital humano y las instalaciones que tenemos. Ha sido un combate con alguna herida, sobre todo inicialmente, de los momentos del traslado y la inauguración, pero herida leve. Y para este director, que ya se va, el combate ha finalizado con victoria; ahora queda el resto de la batalla y el resto de la guerra, que es a más largo plazo.

Ese combate arroja un botín de más de 300.000 visitantes al año…

318.567 visitantes.

“HEMOS TENIDO BUENA ACOGIDA POR EL PÚBLICO EN GENERAL Y POR LA CRÍTICA ESPECIALIZADA”

¿Qué más hay en el botín?

No solo números, que son importantes, porque entre los fines del Museo del Ejército está mostrar la historia del Ejército como parte integrante e inseparable de la Historia de España. Pero no solo destaco el número de visitantes, sino la acogida que hemos tenido como institución cultural. Aquí ha habido una exposición temporal que la prensa especializada llegó a definir como una de las imprescindibles en una Semana Santa, concretamente la de la concesión de la Laureada al Regimiento de Caballería Alcántara. Ahora mismo hay dos exposiciones temporales que están itinerando por España. Hemos tenido muy buena acogida por el público en general, buena acogida por la crítica especializada y más de 318.000 visitantes.

“ÉSTE NO ES UN MUSEO ELITISTA, DE MILITARES PARA MILITARES”

No habrá sido tarea fácil lograr esos objetivos. ¿Qué criterios ha intentado aplicar?

El concepto que tenemos es que éste no es un museo elitista, pequeño, de militares para militares. Los fines son inmutables, en tanto que están escritos en un Real Decreto, pero lo que tiene que implementar el director es cómo conseguirlos y nuestro criterio ha sido el de hacer un museo asequible, ameno, didáctico pero próximo… La cultura no es aburrida ni consiste en ver un peñazo de exposición. Con mis asesores y colaboradores hemos llegado a denegar algunas actividades culturales porque tienen que cubrir ese objetivo. Un museo es la extensión del aula, tiene que enseñar, pero de una forma amena y hay que llegar a cada grupo de personas según su capacidad. No se le puede explicar la conquista de Granada y, por lo tanto la unificación del Reino de España, igual a un chaval de un colegio que a un grupo de personas mayores.

Por lo tanto, el secreto del éxito ha sido abrirse a la sociedad…

Abrir las puertas a todos y de la forma más próxima, amena y entretenida para ellos.

“EL MUSEO TIENE AHORA MUCHAS MÁS CAPACIDADES QUE TENÍA EN MADRID Y ESO ES UN ÉXITO”

Visto lo visto y aunque no fue fácil traer el Museo del Ejército de Madrid a Toledo, ¿alguien duda de que era un acierto? Porque ha pasado de 30.000 visitas en Madrid a más de 300.000 en Toledo.

Sí, la media eran 25.000 o 30.000 en Madrid y aquí lo hemos multiplicado por 10. Pero para mí también hay otro éxito muy importante, piezas que necesitaban instalaciones que nos permitieran conservarlas para el día de mañana, como banderas que se han conquistado en combate… Los bienes de interés cultural que hay en el museo no son de los militares, son de todos, patrimonio nacional, que tenemos la obligación de conservar. Nuestros talleres tienen unos sistemas de conservación que garantizan que los bienes de interés cultural se conserven en las mejores condiciones que técnicamente se conocen. Ciertamente hay un éxito de público, pero también este museo ha sido un gran adelanto técnico para la conservación de los bienes de interés cultural. Y luego como apoyo a esas otras actividades que hay alrededor de un museo, como seminarios, conferencias, ya que tenemos un auditorio con 204 plazas, con posibilidad de traducción simultánea… El Museo tiene ahora muchas más capacidades que tenía en Madrid y eso es un éxito.

“A MUCHOS TURISTAS LES LLAMAN LA ATENCIÓN EL ALCÁZAR, VIENEN Y SE ENCUENTRAN CON UN MUSEO”

La fusión de la historia del ejército con un edificio tan emblemático como el Alcázar, supongo que es una fusión muy especial.

Le voy a contar un secreto que muy poca gente sabe. Hay visitantes que entran al Museo del Ejército sin saber que es un museo, entran a ver el Alcázar y no saben lo que hay dentro. Porque cuando se llega a Toledo, desde cualquier sitio, lo primero que se puede visualizar es el Alcázar, que es un edificio imponente, un Bien de Interés Cultural mueble que impresiona. A muchos turistas les llama la atención el Alcázar y vienen a verlo y encima se encuentran con un museo.

Dice su leyenda, general, que antes de que fuera el director, usted estuvo siempre entre los militares que defendían el traslado a Toledo del Museo del Ejército.

Yo no participé en esas negociaciones. Yo estuve de coronel en la Secretaría General del Estado Mayor del Ejército y participé en algunas de las reuniones para apoyar el traslado. Yo estaba asentado en Toledo, conozco Toledo y el marco tremendo que es el Alcázar. Pero es que hay otra cosa de muy fácil análisis. Madrid es la capital de España y donde están los grandes monstruos museísticos, con los que no podíamos intentar competir, como el Prado, el Reina Sofía… El Museo del Ejército en Madrid estaba a la sombra de la mejor pinacoteca del mundo, al menos para mí, que es el Prado. Y no había espacio de mejorar las posibilidades técnicas para construir talleres… Había que sacarlo de aquellas condiciones. También hay que recordar que coincidimos en la época de las vacas gordas, cuando presupuestariamente no había ningún problema y se podían acometer…

“CASI TODAS LAS BATALLAS PARA OPONERSE AL TRASLADO A TOLEDO ESTABAN PERDIDAS”

Obras importantes…

Sí, obras importantes, porque éste ha sido un traslado muy costoso. Era muy fácil defender el traslado desde la parte técnica y desde el punto de vista del número de visitantes, sin lugar a dudas. La única defensa posible para intentar dejarlo en Madrid era que una capital no puede estar sin un Museo del Ejército. Todas las demás batallas las tenía perdidas.

De estos tres años al frente del Museo, ¿cuál es la mayor satisfacción que le queda?

La inauguración costó mucho trabajo, hubo necesidad de trabajar en jornadas desde las 8 de la noche hasta las 9.30 de la noche para tratar de terminar… Así que más que una gran satisfacción en el momento de la inauguración fue un momento de expectativa… ¿Y ahora qué? ¿Qué pasa ahora? Recuerdo que bajamos a recibir al primer visitante, que fue un abuelo con sus dos nietos, le hicimos una foto, la publicamos y le regalamos un libro.

“FUE UNA GRAN SATISFACCIÓN QUE EL PATRONATO, UNÁNIMEMENTE, ME HAYA FELICITADO POR MI GESTIÓN”

Y, ¿momento de satisfacción?

Posiblemente cuando me puse delante de Patronato, que preside el ministro de Defensa, y el vicepresidente es el jefe del Ejército, y le presenté el proyecto del Plan Estratégico del Museo y el plan de actividades y por absoluta unanimidad se aprobó lo que expuse. Eso se complementa con la petición, por unanimidad, que hubo en el último patronato al que asistí, para que constase en acta el agradecimiento al director del Museo, con la felicitación por lo que el Patronato consideró que había sido una buena gestión, cosa que me da una enorme satisfacción haber podido cumplir con la misión y el servicio que me ordenó el jefe del Ejército. Me eligió para esta responsabilidad y me marcó unos objetivos y unos fines y haber cubierto las expectativas de aquellos que me consignaron esta responsabilidad sí es una satisfacción. Seguro que ha oído muchas veces eso de la satisfacción del deber cumplido… Y es verdad, es verdad…

Un término muy castrense, que nos han contagiado a los demás.

Yo cobro lo mismo si trabajo mucho que si trabajo poco, si hago algo muy bien, regular o medio bien, lo que queda es la satisfacción del deber cumplido.

“NO HE PODIDO PONER EN MARCHA EL PLAN DE PUBLICACIONES DEL MUSEO DEL EJÉRCITO”

¿Alguna espina? ¿Algo que quiso hacer y no le ha dado tiempo?

¡Si hubiésemos tenido algo más de personal…! ¡Si hubiésemos tenido algo más de medios…! Me voy con algunas cositas inconclusas, no con espinas. Quise poner en marcha el plan de publicaciones del Museo del Ejército y no lo he conseguido; sí tenemos todos nuestros catálogos de las exposiciones, incluso las temporales. Yo quería volcar en ese plan de publicaciones el resultado de las investigaciones que se hacen sobre algunos bienes de interés cultural, algunos documentos que tenemos, difundir más al exterior lo que tenemos. Solo hemos conseguido parte, mediante subvenciones. Y creo que casi nadie sabe que en el Museo tenemos una gran colección de fotografías antiguas, que mediante una subvención hemos conseguido catalogar en parte y colgar en un hosting para que pueda acceder todo el mundo que quiera. Y el último proyecto que dejo inconcluso es el de los yacimientos arqueológicos, porque teníamos la sensación en el equipo del museo que estaba mal explicado. Yo preguntaba a algunas personas… Señora, ¿qué le parece a usted esto? Y me contestaban: piedras viejas… (Se echa las manos a la cabeza)…

Ja, ja, ja… Y eso le dolía.

Se te cae el alma a los pies. Había que explicarlo y nos ha costado casi tres años, pero con un convenio con la Universidad Complutense de Madrid, se hizo un estudio georadar y de geoluminiscencia para ver qué es lo que hubo y se ha materializado en una recreación virtual como primer paso, en el que uno puede tocar de forma interactiva y se ve sobre el terreno una época y luego se recrea en 3D para llegar a ver qué es lo que hubo. Eso se tiene que completar con la realidad virtual, con que el visitante tiene que entrar con su tablet o su iphone y mediante un enlace seguir un orden lógico y no tenerse que amarrar a los pocos atriles que he puesto. Luego nos quedaría publicar la agenda arqueológica, el estudio completo, porque el Alcázar está ocupado desde el siglo III después de Cristo.

¿Qué consejo le daría a quien visite este museo por primera vez?

Entre en la página web, que tiene una magnífica visita virtual y no trate de ver todo el museo, porque se puede agobiar. Son más de 8.000 metros de superficie expositiva, 899 vitrinas… No trate de verlo todo, dese un paseo por el Museo y prepare su visita en la página web, para elegir lo que más le guste. Otro de los proyectos es que el Museo tendrá sus rutas. Y tendremos la ruta arqueológica del Alcázar, la del asedio, la de los tesoros… Tenemos la pretensión, que está muy adelantada, de hacer una ruta para ir a ver la mejor pieza de cada uno de las salas, con lo que conseguiremos que se pasee todo el museo y vea lo mejor de cada sala. Pero si ahora quiere disfrutar del museo, pierda cinco minutos y prepare su visita.

“EL MUSEO DEL EJÉRCITO EN TOLEDO ES EL ÚNICO MUSEO DE HISTORIA DE ESPAÑA”

Deme una razón para venir a ver el Museo del Ejército para quienes piensen que esto solo es una colección de armas y batallas.

Solamente le voy a decir una cosa. Éste es el único museo de Historia que hay en España. ¿Es importante ir a ver un museo de Historia? En España tenemos unas pinacotecas increíbles, algunos museos temáticos muy buenos, pero ¿cuál es el Museo de la Historia de España? La Historia de España está contada a la vez que la historia del Ejército en el Alcázar de Toledo en el Museo del Ejército. Para ver la Historia de España, hoy, al único sitio que se puede ir es al Museo del Ejército.

¿Cuál es el secreto mejor guardado de este museo?

¿Tenemos algún secreto?

“CUANDO LLEGUÉ COSTABA 4,5 MILLONES AL AÑO ABRIR LAS PUERTAS DEL MUSEO; AHORA, 2,6”

Algo que nadie conoce o que es prácticamente desconocido.

Que yo sepa no hay ningún papel clasificado. Las cuentas no son públicas, pero cada vez que me las preguntan las digo. Cuando yo llegué aquí abrir el Museo me costaba anualmente 4,5 millones de euros y hoy en día estoy cerrando a 2,6 al año. Hay quien dice que no enseñamos ni almacenes ni talleres, pero porque es una zona técnica, donde hay que mantener unas determinadas condiciones y lo abrimos una vez al año, coincidiendo con la conmemoración de la inauguración del Museo y también hacemos visitas técnicas para prensa. No ocultamos nada.

¿Cuál es su rincón favorito, aquel por el que siente debilidad?

Mi rincón favorito era pasear por la Sala del Siglo XX. El Museo está distribuido en dos tipos de salas: temáticas e históricas. Las salas temáticas son para enamorados, si me permite la expresión. Va uno a ver la Sala de Armas Blancas y solo hay armas blancas. Cuando uno va a las salas históricas son más amenas, hay fusiles, hay cañones, manipulativos, audiovisuales… En la parte final de mi mando me he pasado por almacenes y talleres y siento mucha más satisfacción paseando por ellos. Esta mañana me he dado una vuelta, he visto a Luis Miguel, que estaba microaspirando y retirando las piezas que se van a montar en febrero; hay una señora que está trabajando sobre nitrocelulósico y restaurando libros… Es la parte viva del Museo, donde hay gente que está permanentemente trabajando.

“SOBRE LA GUERRA CIVIL ESTÁ EXPUESTO LA IZQUIERDA, LA DERECHA, LO DEL CENTRO, LO DE ARRIBA Y LO DE ABAJO”

¿Cuál es su parte favorita de la Historia de España, esa que se puede aprender viniendo a este museo?

El siglo XX, que es muy importante para nosotros y es muy importante mostrarlo a los españoles. En el Museo del Ejército se muestra la Historia de España, no se interpreta, dejamos a la libertad de cada uno de nuestros visitantes que lo interprete, incluso que pueda haber interpretaciones torticeras. Y ahí está todo, no se ha ocultado nada; no puede estar todo expuesto, pero están todas las orientaciones. Algo tan controvertido en España como la Guerra Civil, pues está la izquierda, la derecha, lo del centro, lo de arriba y lo de abajo. Está Franco y está el general Vicente Rojo.

¿Fue quizás a lo que dieron más vueltas para poder mostrar todo sin ofender demasiado a nadie?

Y porque es importante, es una época de la Historia de España que hay que mostrar y hay que aprender. Y, además, es una zona que está muy bien montada, muy de mi gusto, tiene mucho manipulativo, personajes muy conocidos, es muy didáctica, hay algunos audiovisuales donde se puede aprender historia. La máquina Enigma, que tanta importancia tuvo en la II Guerra Mundial, que la utilizamos mucho en España, aunque se conocen por la utilización que hicieron los alemanes.

«TUVE LA TENTACIÓN DE DIMITIR, PERO SE ME PASÓ ENSEGUIDA Y ME ALEGRO»

¿En alguna ocasión ha estado a punto de dimitir, dadas las tensiones iniciales que se produjeron entre quienes no querían que el Museo mostrase lo concerniente a los dos bandos de la Guerra Civil?

Reconozco que tuve la tentación que, afortunadamente, paso enseguida y me alegro. Soy de los que no abandonan fácilmente una responsabilidad, en la que admito también que me ha dado muchas satisfacciones y alegrías. 

«CON LA MINISTRA CHACÓN TUVE MUY POCO TRATO, SOLO COINCIDIMOS EN LA INAUGURACIÓN Y EN LOS PLENOS DEL PATRONATO»

 ¿Qué tal se entendió con la ministra Chacón, la responsable de Defensa cuando se abrió el Museo?

Con la ministra tuve muy poco contacto personal, sólo coincidí con ella el día de la inauguración y en los Plenos del Patronato que presidía, relaciones institucionales breves y correctas pues y siempre en público.

«HUBO ALGÚN DESCONTENTO POR TRAER FARCAMA AL ALCÁZAR, PERO MENOR Y MUY LOCALIZADO»

¿Cómo fue la experiencia de Farcama? ¿Se admitió bien entre los militares eso de colocar un corazón rosa, el logotipo de la Feria, sobre los históricos muros del Alcázar?

La experiencia de Farcama fue satisfactoria sin duda para el Director del Museo, y me explico. El Museo tiene un Real Decreto y una Orden Ministerial que fijan su organización, fines, cometidos, la visita pública, precios, tasas, etc.  La segunda norma autoriza al Director del Museo a facilitar la utilización de los espacios públicos del acuartelamiento por otras instituciones, mediante la contrapartida del cobro de una tasa, pero nos pareció más interesante coordinar este alquiler de espacios con el fomento de la visita pública al Museo y en ese sentido el Ministerio de Defensa y el Gobierno de la Junta de Castilla-La Mancha firmaron un acuerdo en el que se contempló además la generación de una entrada única al Museo y Farcama, ello propició que el pasado mes de octubre se disparasen las visitas al Museo a más de 90.000 y que este año hayamos sobrepasado las 318.000. Si a eso añadimos el importante aumento de los ingresos por venta de entradas, los fines propuestos se han alcanzado de forma satisfactoria. No debo olvidar además, que el resto de los actores implicados en Farcama, los toledanos en general y los medios de comunicación social, también han valorado muy positivamente la experiencia. En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, debo reconocer también, que hubo en cierto y menor grado algún descontento, muy localizado y a los que teniendo en cuenta por supuesto, estimo que el logo de Farcama no produce daño alguno ni molesta. No siempre es posible convencer y alegrar a todo el mundo; a mí, el logo me pareció alegre, innovador y comunicativo, transmitía bien los mensajes de Farcama.

¿Con qué momento, batalla o personaje se queda de la Historia de España?

Quizás, por la importancia que tuvo para un determinado momento crucial de la Historia de España y por el foco que fue después para generaciones posteriores, incluso para otras naciones, el desembarco de Alhucemas. Fue la primera operación conjunta y combinada del Ejército español, en la que intervinieron Tierra, Mar y Aire y fue en conjunto con los franceses. Fue un elemento decisivo para la recuperación del territorio después de los desastres de Annual, de 1921…

Le iba a preguntar ahora cuál le parece el mayor error cometido por nuestros militares…

Se cometieron muchos errores en África en el año 1921. Yo he pisado aquella zona, en la que ocurrió el terrible desastre de Annual…

“DEL DESASTRE DE ANNUAL APRENDIMOS PARA OPERACIONES POSTERIORES, COMO LAS MISIONES EN BOSNIA”

Bueno, es que usted es “africano”…

Nací y me crié en Tetuán. Hay un momento que parece incomprensible qué fue lo que ocurrió allí, las masacres que hubo en un terreno absolutamente llano, con escasísimas defensas… Es difícil de entender lo que ocurrió si uno no llega a estudiar la historia, que por eso es importante. Técnicamente nos resultan inconcebibles, desde el punto de vista militar, las posiciones defensivas de 1921, ¡inconcebibles!… Jamás defendemos así los militares. Pero es que hay que tener en cuenta que estábamos en un protectorado, no estábamos en guerra contra Marruecos, fue un levantamiento contra los españoles que estábamos allí no para ocuparles sino para hacerles carreteras, colegios… Que era lo que estábamos haciéndoles, levantando el ferrocarril, y fue un levantamiento desde dentro. La organización que teníamos no era para defendernos, sino para apoyarles, y por eso fue el desastre. Ése quizás fue uno de los mayores errores de la historia y que yo creo que ya no volverá a pasar y que buena cuenta tuvimos de ello para posteriores misiones como, por ejemplo en Bosnia-Herzegovina, donde eran operaciones para el mantenimiento de la paz.

Usted estuvo en Bosnia…

Yo tuve el honor de estar allí en el año 1995 y sabíamos que estábamos para colaborar con ellos y para instaurar la paz. Cuando hubo que imponerla y pasar de una operación de paz a una de imposición de la paz, cuando nos quitamos el caso azul, no tuvimos los problemas que se tuvieron en el norte de África.

AQUELLOS MOMENTOS EN OPERACIONES ESPECIALES EN LA LEGIÓN…

De su vida militar, ¿con qué episodios se queda ahora que va a pasar a la reserva?

Desde mi primer destino de teniente coronel prácticamente no he elegido ninguno. La parte que yo he elegido más de formarme y, desde luego, la que me lo pasé muchísimo mejor, fue la primera parte de mi vida militar, que era la vida operativa. Mi destino en la Legión, en Operaciones Especiales, en guerrilleros, boinas verdes… El curso de gimnasia, el curso de guerrillero, el curso de paracaidista… Esos destinos operativos tan de contacto inmediato con el soldado… La primera parte de mi vida militar fue muy orientada a ese operativo.

¿Le ha tocado intervenir en alguno de los momentos de nuestra historia militar reciente?

Estuve destinado en el Centro de Operaciones Terrestres del Ejército de Tierra, en el Cuartel General del Ejército en Madrid y por estar allí tuve la satisfacción de poder estar proyectado del 18 de abril hasta el 4 de noviembre en Bosnia-Herzegovina. Allí estuve destinado en Mostar, en una operación de mantenimiento de la paz y en aquella época que se pasó de una operación de mantenimiento de la paz a una de imposición de la paz, a comienzos del 96, cuando se pasó de mandato ONU a mandato OTAN. El resto ha sido vida cuartelera y militar aquí en España.

¿Qué condecoraciones lleva? (Pregunto y señalo ignorante su hombro derecho).

En la parte de la derecha no son condecoraciones, son distintivos de tu nivel de perfeccionamiento y solo podemos exhibir tres. (Va señalando) Éste es el distintivo de Operaciones Especiales, el de guerrillero, boina verde; éste es el de profesor de Educación Física; éste es el de paracaidista y aquí tengo el de mi participación en Bosnia-Herzegovina. Y éste, que es muy poquito visible, que es la estrella de cinco puntas, que es el de diplomado del Estado Mayor.

¿Con lo que ha visto a lo largo de su carrera, diría que el hombre es bueno o es malo por naturaleza?

El hombre, por naturaleza, es malo. Solo hay que ver los horrores que son capaces de cometer y en nombre del hombre. He visto a corta distancia los horrores de Bosnia-Herzegovina, la cantidad de horrores que se hacían entre personas separadas por un bulevar, por una calle. La teoría es que el hombre es bueno por naturaleza, pero aún siendo bueno por naturaleza parece incomprensible que se lleguen a cometer esas tropelías.

Entonces, ¿el hombre es bueno o malo por naturaleza?

Dejémoslo en una respuesta políticamente correcta. El hombre es bueno por naturaleza, pero es capaz de cometer, en determinados momentos, aberraciones incomprensibles para un hombre. 

“LOS ESPAÑOLES NOS VALORAN, PERO PREGÚNTELES SI QUIEREN SUBIR EL PRESUPUESTO DE DEFENSA…”

La vida militar hace pensar en una vida espartana, de sacrificio, disciplina y con no mucha paga. A cambio los españoles piensan que los militares, junto con los Cuerpos de Seguridad, son lo mejor del país. ¿Compensa?

Permítame que sea un poco crítico con los españoles, porque lo dicen con la boquita pequeña. Pregúntenle a los españoles a qué ministerio quieren subir el presupuesto.

Ja, ja, ja… A Defensa no, eso es cierto…

Siempre.

Pero les consideran lo mejor del país. Están arriba, mientras que los puestos de cola se los reparten políticos, banqueros, sindicatos y hasta los obispos…

Pues eso solo puede responder a la satisfacción del deber cumplido. Esto es una carrera vocacional, al igual que el médico y otras… Y para tu familia impone sufrimiento. Yo me casé, vivía en Almería, de ahí pasé a Ceuta, Las Palmas… Eso en tres años. Es una vida ajetreada.

Y las misiones conllevan peligro para su propia vida…

No tienes sensación de peligro. Tenía más sensación mi mujer en España que yo allí en el territorio. El año 95 fue un año duro, el bombardeo de Sarajevo, la caída de Srebenica, la época de los escudos humanos… Yo tuve que recuperar algún escudo humano cuando nos los entregaron… Y contestando la pregunta de antes, nos compensaría un poco más si nos tuvieran en cuenta a la hora de repartir el presupuesto y esto parece más una contestación política que militar. Pero sí, compensa, porque es una profesión de servicio y si tu servicio es bien valorado, pues es la mayor satisfacción que puedes tener.

“LOS MILITARES TENEMOS LAS MISMAS PREOCUPACIONES QUE EL RESTO DE LOS ESPAÑOLES”

¿Los militares tienen tan buena opinión de la sociedad española como la sociedad española de ustedes o no?

Tenemos las mismas preocupaciones que los españoles y creo que los españoles están preocupados por la situación actual. Yo no vivo en una nube, me relaciono. Y en la sociedad española hay una preocupación social, de crisis de valores…

Hay una importante crisis de valores. ¿Qué valores podríamos extraer de la vida militar para aplicarlos en la sociedad?

Sí, yo creo que el tema es ése, de crisis de valores. Todo el mundo pensará que tengo que decir lo de la disciplina y todo eso… Vale… Muy bien, la disciplina, la lealtad, el compañerismo son valores, pero hay cosas que también lo son como la entrega, la dedicación, el sacrificio o el trabajo, que no tienen porqué ser valores típicamente militares. Hemos vivido en España muy cómodamente, por encima de nuestras posibilidades…

… No todos…

Hablo generalizando. Yo, desde luego, nunca he dejado de pagar al banco. El respeto, la educación y el trabajo son valores que hay que tener todos y que nos permitirían tener una sociedad mejor, entre todos.

¿Cómo han sido sus relaciones con los políticos, ya que ha tratado con todo tipo de administraciones?

Institucionalmente son muy correctas y en algunos casos son muy buenas y de amistad. Y, además, de distintas opciones políticas. Me llevo muy bien con personas que son socialistas, hay algún dirigente de Izquierda Unida, con el que me llevo muy bien y que le conozco desde que era niño.

Es que hay algún dirigente de Izquierda Unida en Toledo, como Javier Matero, cuyo padre era militar.

Por ejemplo, y al que le doy un abrazo y dos besos, porque lo conozco desde niño. Y también hay políticos del PP con el que me llevo estupendamente a nivel personal.

¿Se ha quedado algo en el tintero que no haya tenido la habilidad de preguntarle?

Simplemente quiero aprovechar la ocasión para darles las gracias. El primer punto del Plan Estratégico era crear una imagen del museo y luego consolidarla y me parece que en cuatro años y medio he invertido menos de 1.000 euros en el plan de comunicación.

“ALGUNOS ME HAN LLAMADO DE TODO, PORQUE HAN ENTRADO EN EL MUSEO Y HAN VISTO LO QUE NO QUERÍAN VER”

Pues qué bien lo ha hecho…

¡Menos de 1.000 euros! Traerme a RNE a emitir desde aquí en directo es impagable. La Cadena SER ha estado aquí emitiendo en directo. Cuando se celebró la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha aquí, el Museo del Ejército salió todos los días prácticamente en todas las televisiones españolas… La acogida que he tenido por parte de los medios nunca ha sido con reticencia, por ninguna de las dos partes, y la información que se ha dado del Museo ha variado de una situación muy desagradable a una muy buena. Cuando llegué al Museo viví una situación muy desagradable con la prensa, porque entonces de lo que se hablaba es de que estaba cerrado y había críticas por todos los lados hacia el Museo del Ejército. Había críticas completamente infundadas, como cuando se dijo que los bienes de interés cultural estaban tirados por el suelo en un barracón. Mis antecesores, los generales Luis Fernando Núñez, y Noaille hicieron un traslado que ha quedado para la historia de España, perfecto. Hubo maledicentes. Y la segunda situación que me encontré es que no se sabía cómo iba a ser el Museo y todo eran conjeturas y cábalas. Recuerdo algún periodista que tituló en primera página y en un periódico nacional, “Según el Museo del Ejército, la División Azul no ha existido”. Me llamaba mi jefe y me preguntaba qué ha dicho y yo no había dicho nada. Algunos me han llamado de todo, porque han entrado en el Museo y han visto lo que no querían ver y ese se descarga mandándote un mail insultante.

“AL PRINCIPIO SE PREGUNTABAN QUÉ VAN A HACER LOS MILITARES, A LO MEJOR SE CREÍAN QUE SOLO HABRÍA ¡MUERTE, SANGRE, CAÑONES…!”

O sea, que al principio fue duro…

Inicialmente había muy poca información del Museo, todo el mundo se hacía conjeturas sobre qué van a hacer los militares, qué van a poner, a lo mejor se creían que solo habría ¡muerte, sangre, cañones!… Pero aquello se atenuó, porque antes de inaugurar el Museo hubo un momento que me cansé, pedí autorización para hacer una rueda de prensa y dije voy a enseñar el Museo del Ejército. Hubo quién me llamó y me dijo, ¿qué vas a hacer, qué vas a hacer? Pues voy a enseñarlo, voy a explicarlo y dediqué una mañana entero a ello. Afortunadamente, prácticamente no ha vuelto a haber ningún comentario de aquellos, aunque algunos tampoco han reconocido su error. El que puso el gran titular de que la División Azul nunca había existido para el Museo del Ejército vino a la visita y cuando pasamos por los bienes de interés cultural de la División Azul lo recalqué especialmente y mirándole a la cara. Jamás volvió a escribir en contra de aquello, pero jamás lo ha corregido, jamás. A partir de ahí las relaciones con la prensa han sido magníficas, el plan de comunicación ha sido muy bueno… También me llegaron a llamar “general despistado”…

¿Por qué?

Una de las cosas que he hecho es traerme al Museo a los creadores de opinión… Me he traído a Amando de Miguel, a Mingote, a Alfonso Ussía y otros periodistas, para que nos conocieran. Y también creo que los que me mandan deben conocer nuestro trabajo y los que me mandan son los políticos. Entonces, en una ocasión, convoqué al presidente de la Comisión de Defensa del Congreso (Agustín Conde) y aquello provocó un auténtico maremágnum porque habíamos quedado un 18 de julio…

Recuerdo aquella cita con Agustín Conde…

Pero no fue malintencionado. Él me dijo que le venía bien un miércoles y le dije el que viene, sin mirar el calendario. Pero el titular de prensa fue “un general despistado”, no sabe en qué día vive o algo así. 

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