Guadalajara se prepara para recibir la Semana Santa. Este viernes, 8 de abril, tendrá lugar el pregón oficial a caro de Pedro José Pradillo. Uno de los mayores historiadores e investigadores de la provincia de Guadalajara que aportará más de un argumento para dejar de escuchar ese espíritu de «derrota» en las gentes de Guadalajara sobre aquello de que «aquí no hay nada«.
Técnico de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Guadalajara, artista e historiador con más de un centenar de publicaciones y varios reconocimientos.
Vocación y pasión al servicio de la historia de Guadalajara
P – ¿Cómo recibió la noticia de ser el pregonero de Semana Santa?
R – Vino el presidente de la Junta de Cofradías a comunicármelo personalmente. Me quedé agradecido y muy honrado porque el trabajo de los historiadores se conoce muy poco. Los trabajos que hacemos tanto investigadores como historiadores quedan relegados a publicaciones en revistas o actas de encuentro que tienen difusión muy limitada. Que te permitan dar a conocer al público amplio y en una circunstancia tan especial como esta las cosas que has trabajado y llevas investigando tanto tiempo, es un honor.
P – En este caso, supone también un reconocimiento a esa labor tras una vida dedicada al Patrimonio de Guadalajara.
R – Yo he llegado a la administración municipal a los 45 y llevo publicando desde los 20 años. Es una vocación innata y espero seguir publicando mucho tiempo, incorporando datos desconocidos y escribiendo páginas de la historia de la ciudad. Esta ocasión es más especial si cabe porque puedo explicarlo libremente a la ciudad.
P – ¿Cómo será el pregón?
R – Yo lo que voy a hacer es transmitir mi conocimiento y hablar de los orígenes de semana Santa. Para ello nos tenemos que remitir al Siglo XVI donde surge los problemas de la ortodoxia y la heterodoxia y cómo se entiende la fe. Cuestión que se resuelve con la ortodoxia con lo que la organización de los desfiles procesionales de Semana Santa y aquí, Guadalajara, está muy al principio porque hubo un brote iluminado importante, los pensamientos de Erasmo penetraron mucho.
Guadalajara y lo orígenes de la Semana Santa
Es a partir de 1950 cuando una cofradía ya tiene imagen un paso de Semana Santa con la Virgen recogiendo el cuerpo de su hijo bajado de la cruz entre sus brazos muy repetido en el resto de cofradías de la provincia.
No es hasta 1574 cuando se funda la Cofradía de La Soledad gracias a un escultor y pintor de la capital, quien genera con otros compañeros una serie de pasos: Cristo del Calvario, el descendimiento de la cruz, Las tres Marías, Cristo atado a la columna… Todo surge antes de 1.600, esto es importante porque Gregorio Fernández y los talleres de imaginería de castellana florecen a partir de 1610. Lo que para Guadalajara es un hito muy importante. Sin embargo, todos esos pasos se perdieron, algo que no está registrado. Salvo el gran incendio de julio de 1.666 donde se prenden varias iglesias, entre ellas la Ermita de la Soledad que era donde se concentraba el mayor número de pasos de semana santa.
P- ¿Cómo ha ido evolucionando la Semana Santa de Guadalajara?
R – He visto el declinar más absoluto. Cuando era un crío era una manifestación pública de fe multitudinaria, con muchos penitentes, largas cadenas, cruces pesadas… cuando me convertí en joven todo eso desaparición hasta quedar en nada. Ya en las últimas décadas del Siglo XX y XXI hemos visto un resurgir con un empeño tremendo por las cofradías con adquisición de nuevos pasos, renovación de carrozas, bandas de música… elementos que conmueven muchísimo. De pasar, en años anteriores, los tronos empujados por personas pagadas al efecto a ser llevadas a hombros.
El esfuerzo de una generación
Destaca Pedro José Pradillo en sus palabras el empeño de una generación que ha trabajado duro para que la Semana Santa volviese a recuperar su esencia: ser una manifestación pública de fe. Algo que considera el pregonero, debemos poner todos en valor.
P – ¿Qué es imprescindible de ver en la Semana Santa de Guadalajara?
R – Todos los desfiles son impresionantes. Las salidas de los pasos de las Iglesias con esas maniobras de fuerza y maña bien orquestadas por los capataces hasta el propio discurrir. Ahora mismo, la Semana Santa de Guadalajara es una de las mas representativas no solo de Castilla-La Mancha sino de todo el centro peninsular.
P – A su juicio ¿Qué falta por ser reconocido en la ciudad?
R – La ciudad ha ido poco a poco recuperando patrimonio. Desde comienzos de este siglo se han ido abriendo espacios como capilla Luis de Lucena, el Torreón del Alamín, el Brianda de Mendoza, Palacio de la Cotilla y salas abiertas a José de Creeft y Buero Vallejo. El Alcázar sigue atascado ahora con una intervención desproporcionada e incomprensible para los que nos dedicamos a esto… Queda poco pero tenemos que ir interviniendo porque hemos ido destruyendo todo lo que había a nuestro paso.
Había 10 iglesias parroquiales de mediados de la edad media y ahora solo queda Santa María No solo destrucción del patrimonio, hablamos de pasos de Semana Santa, pinturas, retablos… hay que hacer un esfuerzo tremendo para recuperar lo poco que queda y ponerlo en valor.
Siempre reclamar el Museo de la ciudad que es un proyecto de algo que se postuló y pretendió en 1972 cuando pudo tener su punto de salida en el momento en el que se expropió el Palacio de la Cotilla a los Marqueses de Villamejor. Ha habido tantas pérdidas: pasos de semana santa iglesias, conventos desconocidos… hay que hacer ese museo que nos permita poner en valor que esta comunidad debe reflexionar sobre lo que fue y lo que ha hecho para mirar hacia el frente con otra ilusión
En Guadalajara tenemos ese espíritu lacónocio de reconocer poco nuestros méritos y hablar con ese en Guadalajara no hay nada en tono despreciativo que no favorece a nadie.