Abraham García Aliaga, el nuevo míster del Toledo, es un hombre muy corpulento, todo físico, que sin embargo está más cerca de ser un intelectual del fútbol que un instintivo, aunque esto en él también se da. En realidad es un todo terreno de la cosa del balón, un hombre que vive el fútbol con pasión y con cabeza.
Se define como un trabajador perseverante, duerme «con lo más bonito que hay en el mundo» -su mujer-, lee libros técnicos y de fútbol, es un actor frustrado de «Resacón en las Vegas», se define en política como un «agitador»…
La primera pregunta le pone en guardia: «¿Milita en algún partido político?». «Eso es algo personal», responde de primeras, aunque enseguida recula, recupera el resuello y responde que sí, a una ONG.
Al entrar en lo suyo, el fútbol, el deporte, se le ve más relajado, ya que admite que las preguntas «irreverentes» protagonizaron un comienzo «duro» de entrevista.
Ahí es donde rezuma discreción, sabiduría, sensatez. Este hombre exuda fútbol por todos los poros de su piel, pero admite que hubo una vez en que llegó a estar hasta las narices, porque cree que el fútbol, de alguna manera, distorsiona la realidad. Así, gozó de un año sabático de tal manera que… Perdió 50 kilos y llegó recuperar una visión más adecuada de la realidad.
Los temas futbolísticos los torea con maestría este hombre que a pesar de su juventud, acumula mucha experiencia como técnico, no en vano comenzó muy pronto en esto del fútbol. De la ignominia deportiva de Del Bosque en el Madrid reconoce que fue muy injusto, como lo demuestra que el tiempo ha dado la razón al míster salmantino, hoy todo un marqués.
Termina la entrevista, a primera hora de la mañana, antes del entrenamiento, diciendo que «ha sido un placer». Muy educado en el trato, este hombre de fútbol completa su dedicación al balón con la propiedad de una firma deportiva.
El resto de la Entrevista Irreverente se puede leer mañana jueves en encastillalamancha.es