A este paso y como continúe metido en los «fregaos» en los que está, y no duden que va a seguir, se le va a quedar cara de Recesvinto. O de Suintila. ¿O ya la tiene? Ja, ja, ja… Pero no, señoras y señores, es el arqueólogo que se ha empeñado en ir más allá y descubrir todo lo que sucedió en épocas lejanas en el paraje de Guarrazar, en la localidad toledana de Guadamur, que hoy se ha convertido en un yacimiento arqueológico del mundo visigodo y que aún nos va a deparar bastantes sorpresas…
El protagonista de la Entrevista Irreverente de esta semana de encastillalamancha.es se llama Juan Manuel Rojas y, atención, porque esto seguro que no lo han escuchado mucho en su vida, ha sometido a su cuerpo… ¡¡¡A la dieta del Paleolítico!!! ¿Que qué es eso? Pues una dieta que prescinde de… Mejor se lo contamos mañana, cuando publiquemos, íntegra, la Irreverente. Ahora está metido de lleno en descubrir dónde están las tumbas donde se hallaron las coronas de los reyes godos, el Tesoro de Guarrazar, que ya tiene casi ubicadas. Bueno, casi no, él ya saben dónde están aunque diga que no al 100 por 100. Como otros misterios que desvelará y que harán del paraje un lugar de peregrinación arqueológica internacional…
Afirma que sí, que hay muchos Indiana Jones por la vida que han visto muchas películas, demasiadas quizás, y que lo que ha ocurrido durante los últimos años con la Vega Baja de Toledo, donde sobreviven bajo tierra no sabemos qué y cuántos vestigios visigodos, le indigna sobremanera.
Le encantaría excavar en Roma y en Mesopotamia y se muestra especialmente crítico con «esa picaresca mediterránea por la que no se valora el patrimonio y me duele muchísimo compararlo con el amor que tienen en otros países europeos a lo que aquí llaman cuatro piedras».
Y luego está su parte muy particular, que es, por ejemplo, que no le gustan ni Messi ni Cristiano Ronaldo ni nada de lo que representan, que no juega a la lotería precisamente porque no quiere que le toque (ya sabrán mañana por qué) y que los extraterrestres puede que no hayan venido a vernos a la Tierra, pero que dentro de las miles y miles de galaxias que hay por ahí fuera, pues que…
Ahhhhhh… Que no se me olvide. Cuando le preguntamos que si había practicado sexo en algún lugar raro y se atrevía a decirlo, dejó muy claro, pero que muy clarito, que en un ascensor no lo había hecho… Ja, ja, ja… Así, sin más.
Oiga, y entre un desnudo integral para una revista, un posado para un calendario Pirelli o atender un teléfono erótico, ¿con cuál se quedaría? Pues sí, sí… Eligió uno de ellos, aunque…
¡Hasta mañana, Recesvinto! Digo señor arqueólogo…