sábado, 23 de noviembre de 2024
Adelanto de la Entrevista Irreverente a Antonio Illán, escritor, maestro jubilado, expolítico… 20/11/2014junio 8th, 2017

Cuentista, cultureta, cuentacuentos, maestro, político… ¡Y a punto que estuvo de ser cura! ¡Vaya personaje! Ja, ja, ja… Conoció al cardenal Tarancón e inmediatamente después a «don» Marcelo. Y entrecomillo lo de «don» porque… «Tarancón era Tarancón y Marcelo era don Marcelo», recalca. «El hecho es que los seminaristas, acostumbrados a Tarancón, cuando tuvimos una reunión con don Marcelo nos salimos todos los de mi curso menos dos».

Vaya plantón que le pegaron. ¿Quieren saber por qué? Pues esperen apenas 24 horas y lo descubrirán, justo cuando publiquemos, íntegra, la Entrevista Irreverente que le hemos realizado en encastillalamancha.es a Antonio Illán Illán, escritor, profesor jubilado y expolítico toledano, de la que están leyendo un adelanto. Esperen y verán…


Por cierto, que se libró de que le echaran del seminario porque era buen estudiante, de lo contrario… Y es que la «armó» alguna que otra vez. Por ejemplo, cuando los curas interceptaron la carta de amor escrita en un papel rosa que a los 15 años envió a una estudiante ursulina y que terminó con una llamada del rector para que se presentara en su despacho. ¡Válgame Dios!

Militante socialista, cuenta a quién hubiera votado en las Primarias del PSOE, a quién votó al final e incluso quién sería para él la persona idónea para ser la candidata a la Alcaldía de Toledo. Apuesten… Es más, llega a afirmar que a él mismo le encantaría ser el alcalde de la capital regional pero que sabe medir sus fuerzas, conoce a la perfección el partido en el que milita y, por ende, que por ahí no podría…

Vamos al lío…

Hubo un día que le quisieron meter en chirona, allá por la época de los «grises» (policías), porque cuando estaba sentado (bueno, lo de sentado es un decir, ya entenderán por qué) con una joven en la madrileña Plaza de España, corría el año 1974, la lengua y las manos se les iban a los dos y…

¡Un escándalo público, oiga! ¡Menudo acojone le entró a Antonio! Ja, ja, ja…

Bueno, y la historia del teléfono erótico… Mejor dejarla para mañana, aunque les ofrezco un aperitivo: «¡Me ofrezco si alguien quiere contratarme para eso dos horas al día!». ¿Alguien quiere?

Y lo de la película porno… Mejor mañana, que ahora me da un poco de vergüenza…

La Irreverente terminó con «el San Antonio aquel que me bendijo el polvo…».

¡Que Dios nos pille confesaos!

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