Juan José González, llámenle Juanjo que seguro que no se molesta y es como le conoce todo el mundo, fue uno de los trabajadores de la entonces Standard que tuvo que recibir en Toledo al, átense los machos, generalísimo… Retrotraigámonos a principios de los convulsos años 70 en España…
Sí, sí, sí… ¡A Franco! Uno, el primero, que ya rumiaba la lucha social, que fomentaba el movimiento obrero, que vio cómo de repente aparecía un barrio en la capital regional al que se le conoce como Polígono, que no milita en partido alguno porque no encuentra cobijo en ninguno, que ha sido un hombre de las Comisiones Obreras durante toda su vida, que perteneció al entonces Partido Comunista de España, que tiene a Santiago Carrillo como «hombre» de cabecera…
Otro, el segundo, que… Bueno, pongan cada uno el calificativo que deseen, que hay para todos los gustos.
Bien, pues Juanjo fue uno de esos trabajadores ¡¡¡que dieron plantón a Franco cuando llegó a Toledo para inaugurar Standard!!!, «él en la tribuna y todo el mundo de pie y aplaudiendo. Bueno, pues un grupo de obreros ni aplaudimos ni fuimos a una comida inaugural que ofreció la empresa en un restaurante de Illescas. Nos negamos. Pero Franco no fue al taller, de la barandilla de arriba no bajaba, ¿sabes?, por si acaso se llenaba de grasa o algún obrero le contaminaba. Ja, ja, ja…».
Eran los inicios del despertar de su conciencia política, de los núcleos originales de Comisiones Obreras en Toledo, con Chema Díaz Ropero de avanzadilla.
¡Ufff…!
Transcurridos unos años, Juanjo era, o es, que ya no se sabe demasiado bien dados los tiempos que corren, muy amigo de Leandro Esteban, actual consejero de Presidencia y Administraciones Públicas y Portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha. Vamos, el número dos de Cospedal.
Ambos fraguaron las primeras reuniones entre el PP en el poder regional y las CC.OO. de José Luis Gil, cuando al principio la buena educación mandaba y daban los primeros y últimos pasos de la concordia entre ambas organizaciones, porque ahora no está precisamente el horno para bollos…
De IU a NI, Nueva Izquierda, o, lo que es lo mismo, que poco menos que fueron fagocitados por el PSOE en aquella operación en la que el entonces presidente de Castilla-La Mancha José Bono impidió que gracias a ese pacto ni Juanjo, ni Pedro Pablo Novillo ni siquiera José Molina pudieran ser elegidos en aquellos tiempos diputados regionales. ¿Bajada de pantalones? Pues esperen a leer lo que dice el propio Juanjo sobre aquel episodio. Mañana, cuando encastillalamancna.es publique la Entrevista Irreverente íntegra.
Por cierto, Juanjo no se ha leído el libro de Bono «ni tengo especial interés, no es una lectura que me interese, porque por lo que he visto en los medios de comunicación puede que cuente su versión de las cosas y no exactamente la realidad; ja, ja, ja…».
Fueron también sonadas algunas de sus broncas con quien fuera uno de los grandes líderes comunistas de este país, Julio Anguita, bueno, «muchísimas». Lo dice él, por unas diferencias de fondo que fueron eternas.
Y si bajamos al fango… Pues Juanjo erradicaría de forma absoluta la prostitución y, miren ustedes por dónde, penalizaría por lo civil o por lo penal a los clientes, que en definitiva fomentan el oficio más antiguo del mundo.
Duerme en pelotas, por si a alguien le interesa saberlo, «como Dios me trajo al mundo, si es él el que me trajo, se lo dice un laico, porque creo que los pijamas están muy bien para los hospitales; ja, ja, ja…».
¿Y su travesura? Tirar una piedra de gran peso sobre…
Mejor se lo contamos mañana, no quieran saber todo en apenas un instante. ¡La que se lio! Él, que parece que no ha roto un plato en su vida…
¿Cree que el tamaño importa? ¡Pero Juanjo, qué es lo que tienes…!
Ja, ja, ja… Mañana, íntegra, la Entrevista Irreverente a Juanjo González, uno de los hombres más carismáticos de las Comisiones Obreras de Castilla-La Mancha.