Continuamos con nuestro repaso a las mejores Entrevistas Irreverentes de 2011 que publicamos en la revista ECOS y que ahora les ofrecemos en encastillalamancha.es. Hoy le toca el turno a Emilio Bravo, actual vicepresidente de la Diputación Provincial de Toledo y alcalde de Mora. Cuando se la hicimos, en febrero de 2011, era presidente del Grupo Popular en la Diputación. ¡Saboréenla!
De nuestro personaje irreverente de esta semana dicen que es un tipo muy leal, muy amigo de sus amigos y muy sentimental. Y él añade continuamente que es muy de pueblo. ¡Pues no se lo ha pasado nada bien cuando era crío en la era! Emilio Bravo Peña tiene 47 años y muchos chascarrillos que contar.
Se divertían en una época completamente diferente a la actual. Su familia era humilde, «en la leche que nos daban en el colegio los que tenían cola-cao lo echaban para que fuera negra, pero los que no teníamos masticábamos chocolate y lo juntábamos con la leche, pero… Había gente que ni siquiera tenía para chocolate…». Un tipo sumamente divertido que echa de menos las «rebanás» de su abuela y los juegos en la era de su pueblo, cuando disputaban un partido de fútbol y a veces terminaban a cantazos, cuando mataban sanjuanistas y…
Presidente del Grupo Popular en la Diputación de Toledo, el próximo 22 de mayo aspirará a ser alcalde de su pueblo, Mora. Porque entiende que llevará un equipo a su altura y porque cree que ha llegado el momento. Tratará de imitar a su padre, Valentín Bravo, quien ocupara el puesto al que el hijo aspira ahora.
¿Candidato a la Alcaldía de Mora a su pesar o no?
¡Ah no, por supuesto que no! Con mucha ilusión y ganas por trabajar por mi pueblo.
En el Grupo Popular de la Diputación de Toledo, ¿quién manda? ¿El presidente?
Es una dirección compartida entre Jaime Ramos y yo. Muy bien llevada, ¿eh?
¿Nunca le han dicho eso de: ¡Bravo, qué bravo es!?
Sí, me lo solían decir cuando jugaba al fútbol. Ja, ja, ja… Era muy malo pero era muy bravo. Jugaba de centrocampista.
¿Tipo Xavi o Iniesta?
Yo era más bien brusco. Ponía mucho interés, pero…
¿Recuerda cuando, siendo niño, su padre le mandó regar y la armó?
Mi padre, desde chiquito, me ha enseñado lo que es trabajar. Mi padre estaba de alcalde y me dejó que regase los pimientos y los tomates del pequeño huerto de la familia. No fui capaz de hacer las tornas y se me iba el agua por todos los sitios. ¡Cuando llegó mi padre estaban todas las matas flotando! La que lié… Ja, ja, ja…
¿Y cuando cogió el coche a su padre, se fue con un amigo a Benidorm y…?
Eso estuvo bien. En aquella época, claro, ¡yo no tenía coche! Me acababa de sacar el carné y le dije a mi padre que me iba a Benidorm y me dijo que no me dejaba el coche. Se fue al campo sabiendo que me lo iba a llevar. Diría: me voy y así no le veo. Me lo llevé, claro, y a la altura de Tembleque se estrechaba mucho la carretera, vino un camión, saltó una piedra y nos rompió la luna delantera. ¡No iba a volver a Mora a cambiar el cristal! Llegamos a Villacañas como pudimos, quitamos lo que quedaba de luna y lo demás ya no sé si es verdad o es anécdota, pero lo pasamos muy bien con unas gafas de buzo. Ja, ja, ja… ¡Para que no nos diera el aire en la cara! Yo fui con mis gafas de sol y detrás tenía unas gafas de buzo que alguien utilizó. Así llegamos hasta Benidorm, no había tantos problemas como ahora. Allí pusimos un cristal nuevo, si llego a volver a Mora seguro que no habríamos ido a Benidorm. Ja, ja, ja…
¿Ligaron mucho en Benidorm?
Yo no he ligado en mi vida. Mucha intención ponía, pero ligaba poco. Ja, ja, ja…
¿Es Paloma Barredo la mejor candidata que tenía el PP para Toledo? Se lo pregunto porque dicen que era la cuarta o la quinta opción…
Paloma es la mejor. Es más, va a ser la alcaldesa de Toledo, lo tengo clarísimo. Conoce muy bien los problemas de Toledo, por el trabajo que tenía antes. Tengo amistad personal con ella, es muy amiga mía y me sorprende cuando voy con ella por la calle gente que a lo mejor no tienen el perfil del votante del PP con qué cariño la saludan.
¿Le gustaría ser, algún día, presidente de la Diputación de Toledo?
No me lo he planteado nunca. Me gustaría ser alcalde de Mora, eso sí.
¿Está de acuerdo con la pena de muerte?
No. Nadie tiene derecho a quitar la vida a nadie.
¿Milita en alguna ONG o asociación?
No… En el Mora Club de Fútbol. Soy del Real Madrid gracias a Dios y a la Virgen de la Antigua. Me gusta mucho el fútbol. Voy todos los sábados a ver a mis hijos, que juegan en el juvenil y en el infantil. La gente me dice que estoy moreno, y es de ir al campo de fútbol. Soy abonado del Mora desde los 18 años. Como no valía para jugar… Yo no soy de los que se enfadan. No valía y me hice socio.
Sin trabajo ni prestación social, ¿qué estaría dispuesto a hacer para comer?
Intentaría primero pedirlo. Es una pregunta comprometida, para ver qué está pasando en la sociedad. No robaría para comer, sí pediría, pero… Es una pregunta difícil de contestar en estos tiempos.
¿Prohibiría la prostitución?
Ayudaría a que estas mujeres, u hombres, que también los hay, que por necesidad o que son pasto de las mafias… Intentaría ayudarlos.
¿Cuál fue su primer sueldo y en qué se lo gastó?
¡Esto te va a encantar! Con 15 años entré a trabajar de botones en Caja Rural. Cobré 17.000 pesetas y no me lo gasté en nada. De lo que más orgulloso me siento es de que se lo entregué a mi madre porque en mi casa no nos sobraba nada. Luego me fui a la mili y terminé como director en Sonseca durante 16 años.
Y cuando iba a la era y se perdía la misa de los domingos, ¿sólo jugaban al fútbol?
Jugábamos al fútbol, matábamos sanjuanistas, rompíamos las jícaras… ¡Es que yo soy muy de pueblo, macho! Jugábamos los de la calle la Flor y los del Arrabal. Los de la Flor eran los más pudientes de Mora y los del Arrabal éramos los más pobres. Si íbamos perdiendo, terminábamos a cantazos. Lo pasábamos bien. En verano montábamos en el trillo con la mula y por la noche había unos insectos, que los llamábamos sanjuanistas, que hacían un ruido especial y estaban alrededor de la cebada. Hacíamos corridas de toros con ellos porque los matábamos con alfileres. ¡Lo que se hacía entonces!
¿Con qué duerme? Si duerme con algo, claro.
En verano, en pantalón corto; y en invierno en pantalón corto y una camiseta.
¿En qué película le hubiera gustado actuar?
¡Joder, macho, en una que me encanta y me emociona! En «Pretty woman», de Richard Gere. ¿Que quién hubiera sido ella? ¡Ah, no sé, eso ya no… Eso ya no… Ahí no entro! Ja, ja, ja…
Cuando va al fútbol, ¿insulta al árbitro o a los rivales?
Nunca. Además, me molesta. No suelo hablar en el fútbol.
¿Su mayor travesura?
¡He hecho muchas! Gracias a Dios los niños entonces hacíamos travesuras. ¡Pero no malas! Había un taller mecánico en Mora, el de los Chavos, que como no cabían todos los coches dentro los dejaban fuera con las llaves puestas. Un verano esperamos a que los Chavos se fueran de trabajar para coger un coche y dar una vuelta por el pueblo. ¡Pero sin carné y sin nada! Éramos cuatro o cinco y, ¡fíjate qué locura, la que podíamos haber liado!
¿Qué libro está leyendo?
Acabo de terminar uno que me regalaron en Navidad, «Los días de gloria», de Mario Conde.
¿Qué personaje histórico le gustaría ser?
No me cambio por nadie, pero como soy católico y creyente, no muy practicante, un personaje histórico que me marcó mucho y levantaba mi pasión fue Juan Pablo II. Siempre. No sé por qué.
¿Cuál es la mayor multa que le han puesto?
Me pusieron una multa, creo que de 100 euros, por hablar por el móvil con Vicente Tirado. Ja, ja, ja… ¡Me pillaron! ¿Que si la pagó Vicente? ¡No, la pagué yo! Desde entonces llevo manos libres, ¿eh?
¿Qué programas del corazón ve?
Todos, soy muy cotilla. No estoy puesto, pero a mí me gusta mucho, como dicen en mi pueblo, el maromeo. Ja, ja, ja…
¿De derechas, de izquierdas o de centro?
Soy muy liberal, las cosas no son blancas ni negras, todo el mundo tiene parte de razón. Pero milito en el PP porque en lo que yo creo está todo más definido ahí.
¿Cree que el tamaño importa?
¡Hombre, yo como soy de Curro Romero y de Morante…! Creo más en la calidad, en el arte… Los que somos toreros de arte… Me gusta el pellizco. Ja, ja, ja…
¿El juego del parchís es cosa de hombres? Se lo digo porque ya sabe aquello de que nos comemos una y contamos 20…
Yo, normalmente, no cuento nada. Creo que un hombre no tiene que contar nunca nada. Es más, quien lo cuenta normalmente es que no se come nada.
Y el que no lo cuenta, ¿se lo come?
No lo sé, habrá quien sí y habrá quien no, yo qué sé…
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?
No, no, no… En ningún sitio raro. Soy muy normalito y, además, soy muy vergonzoso. Tengo que estar muy inspirado… ¡Y me gusta mucho! Pero hay que ir centrado, de raro nada. Ja, ja, ja…