Lleva el periodismo en la sangre, su trayectoria es impecable y dejó bastantes muestras de su profesionalidad allí donde ejerció, tanto en las agencias Europa Press y EFE como en el diario El Mundo, de cuyo equipo fundacional formó parte, en el que ejerció varias décadas y del que durante años fue presidente del Comité de Empresa. Agustín Yanel es el protagonista de la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es, periódico en el que es columnista. Talaverano de adopción, de hecho él nació en Madrigal de la Vera (Cáceres), acaba de ser reelegido secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP).
Reconoce, no lo suelen hacer muchos, que no se ha leído completo «El Quijote»; que los extraterrestres son como los billetes de 500 euros o que la plaga de falsos autónomos en el periodismo actual…
Mejor lean ustedes…
Venga, sin mentir, ¿te has leído El Quijote?
Tengo en casa tres ediciones distintas, pero he de confesar que completo no lo he leído.
Tortilla de patatas o percebes, solo puedes elegir uno.
Me encanta la tortilla de patatas pero, puestos a elegir, me quedo con los percebes.
¿La vez que más hiciste el ridículo?
No las llevo por cuenta, pero más de una vez, seguro.
Agustín Yanel, los extraterrestres, las meigas y los billetes de 500 euros
¿Crees o no en la existencia de los extraterrestres?
Los extraterrestres son como las brujas gallegas, las meigas, que haberlas, haylas. O como los billetes de 500 euros, los llamados Bin Laden, que casi nadie los ha visto pero existen.
Y si de repente llegas a una playa nudista y no lo sabías, ¿qué haces?
Nunca me ha ocurrido, pero supongo que me retiraría discretamente y con disimulo a una zona no nudista.
¿En qué época te hubiera gustado vivir?
Estoy satisfecho con el momento actual. A pesar de los muchos problemas de la Humanidad, el mundo de hoy merece la pena. Y los problemas están para que intentemos resolverlos, que si no todo sería muy aburrido.
¿Cuál ha sido el mayor susto que te has llevado en tu vida?
Por problemas de salud de familiares muy directos y queridos.
¿Has ligado o te han ligado?
Más veces lo segundo que lo primero, no he sido demasiado lanzado. Pero sin exagerar, ¿eh?, que no es cuestión de aprovechar esta entrevista irreverente para tirarse faroles.
¿El destino donde siempre has soñado ir pero todavía no has podido?
Hay muchos lugares en España y en otros países que me gustaría visitar. Pero, por citar algunos cercanos, Oporto, París y el nacimiento del río Mundo, por ejemplo.
No regresaría a Argel y el regalo que más ilusión le hizo fue…
¿Dónde no volverías a viajar?
A Argel, capital de Argelia. Hace años tuve que pasar una noche en su aeropuerto, en una escala hacia Túnez, y no se lo recomiendo a nadie. Espero que desde entonces hayan mejorado en el trato que dan a los turistas, porque con nosotros fue lamentable.
¿Con qué canción te enamoraste?
No fue con una canción.
¿El regalo que más ilusión te ha hecho?
Me gustó y me hizo mucha ilusión, porque me la regalaron mis sobrinos Mateo y Paula, una pieza de cerámica blanca esmaltada que se llama jarronejo. Es un jarrón diseñado por Abe The Ape y producido en Centro Cerámico Talavera, de cuatro caras y con una cabeza de conejo en cada una de ellas como asas. Es muy bonita.
Heidi, Mazinger Z, Oliver y Benji, Pipi Calzaslargas… ¿Cuál fue tu serie preferida?
Esas series llegaron cuando yo ya había pasado mi adolescencia. He visto algún capítulo a veces, pero me pillaron mayor para seguir ese tipo de dibujos.
Viviste la época dorada del diario El Mundo, ¡qué tiempos aquellos! ¿Cuál fue la noticia que más te agradó publicar?
Es muy difícil elegir una, porque durante los 25 años que he trabajado en El Mundo he publicado unos cuantos miles de noticias, primero de información judicial y posteriormente de información parlamentaria y política. Pero recuerdo que, cuando me dedicaba a la información judicial, a veces publiqué algunas noticias sobre alguien que debía ingresar en prisión para cumplir una condena de tres o cuatro años de cárcel que le habían impuesto 10 o 15 años antes, por un robo que había cometido a los 18 o 19 años cuando estaba enganchado a las drogas, sin que hubiera sabido nada de esa sentencia hasta el día en que se presentaba la Policía en su casa para comunicarle que debía cumplir esa sentencia en la cárcel. Después de haber transcurrido tanto tiempo, esa persona estaba rehabilitada, trabajaba, pagaba sus impuestos, tenía una familia, educaba a sus hijos y se había reintegrado plenamente en la sociedad. En varias ocasiones, al publicarse esas noticias intervinieron el juez o el tribunal y la Fiscalía, y la persona afectada fue indultada, porque se consideró que su ingreso en la cárcel hubiera sido muy negativo y que tanto retraso en ejecutar la sentencia no había sido por responsabilidad del condenado. Eso me producía una satisfacción especial. Porque las condenas hay que cumplirlas, pero cuando se retrasan tanto sin que sea culpa del condenado y el delito cometido no es excesivamente grave, la justicia tan lenta no es justicia. He publicado otras noticias más importantes y con mucha más trascendencia pública, pero esas que he citado me gustaban.
«Los periodistas deben negarse a trabajar como falsos autónomos»
¿Qué hay que hacer para combatir la plaga de los falsos autónomos en las empresas periodísticas?
Lo mismo que en las demás empresas, pero en el periodismo abundan mucho más: que la Inspección de Trabajo multiplique el número de inspectores y haga más visitas por propia iniciativa a las empresas, sin necesidad de que alguien deba presentar una denuncia; que los periodistas se nieguen a trabajar como falsos autónomos, que es lo que algunas empresas quieren de trabajadores de su plantilla a los que despiden y les proponen que sigan haciendo el mismo trabajo sin estar en la plantilla y con menos salario; que los sindicatos denuncien a las empresas que tengan a profesionales en esas condiciones, etcétera. Se deben hacer muchas cosas y eso es lo que defendemos desde la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) y los sindicatos que la integran. En las empresas periodísticas, esas personas deben ser de plantilla o ser trabajadores autónomos en condiciones legales, cuando corresponda, porque su trabajo contribuye a elaborar el producto informativo que las empresas ofrecen a la ciudadanía. Por eso pedimos que estén en el régimen general de la Seguridad Social, cotizando en proporción a sus ingresos mensuales y cotizando también por ellos las empresas lo que les corresponda.