martes, 1 de octubre de 2024
Entrevista Irreverente a Julián García, "Jule", pintor 02/05/2015junio 8th, 2017

¿Alguien piensa que Jule tiene 79 años? Pues sí, aunque no se lo crean. Hijo de la Guerra Civil, nació en el 36, sus primeros años los pasó jugando a ser bombardeado en Quintanar de la Orden (Toledo), donde le pilló la contienda porque su padre «se alistó en la intendencia republicana porque no quería pegar tiros a sus hermanos, a sus primos ni a sus paisanos. Estuvo allí de panadero. Quintanar fue una burbuja, nadie lo invadió nunca y no fue ganada por nadie, cuando terminó la Guerra cada uno a su sitio».
Este señor que pinta con amor, que coge el pincel y se despendola pero que está entre los grandes, tiene como aficiones, además de «Las Meninas», del Museo del Prado y del Louvre, el campo. Porque le encanta andar y perderse por el campo. Todavía hoy.
Es Julián García, aunque en realidad solo atiende al nombre de Jule. Toledano del barrio de Santo Tomé, es un cachondo que solo tiene bromas en la cabeza. Sí, sí… A sus 79 años…
Lean la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es…

SI NO PUEDE VER LAS FOTOGRAFÍAS, PINCHE AQUÍ


 

¡Otra exposición de Jule!

Desde 2011 no hacía una exposición seria. Llevaba tiempo pidiendo hacer una exposición en San Marcos, pero nunca hemos firmado. A la hora de la verdad, según el Consejo de Administración de Liberbank, me cobraban 6.000 euros por darme la llave, pero luego tienes que hacer un catálogo… Yo les dije que mi currículo estaba por encima de todo eso y que si tratían a alguien de fuera con un currículo similar al mío, o incluso menor, le tendrían que pagar la exposición, hacerle un catálogo y todas esas historias. Les dije: señores, esto lo váis a tener cerrado para toda la vida… Entonces, que se vayan a Oviedo.

Entonces expone en Ar+51…

Sí. De esos 50 cuadros grandes que tenía para exponer en San Marcos he escogido dos nada más y unos cuantos pequeños, de los que hago entre grande y grande, y he montado una exposición con 15 cuadros porque el espacio de la sala no da para más.

¿Qué fue lo primero que pintó en su vida?

Empiezas a hacer dibujos, cositas en plan de chiste cuando eres un crío… Recuerdo que yo tenía una vecina que era un poquito coja y le hice una vez una gracia de estas de crío que es un poco gamberrete y sin mucho sentido… Le hice un dibujo y la ponía debajo: su majestad es coja. Y le daba a escoger ciertas cosas, ¿no? Pues se terminaron las amistades, claro, porque la sentó muy mal cuando le di el dibujo. De ésas cosas hacía muchísimas. Ja, ja, ja… Luego me fui a la Escuela de Artes y empecé a hacer dibujos de los que te pedían en plan académico y tal. Pasé a hacer las cositas muy bien hechitas, como las exigían entonces, yo era muy detallista, hasta que…

Hasta que…

Hasta que fui despendolándome e hice lo que me dio la gana y quise. Y así sigo.

Oiga, ¿los pintores están un poco locos o…?

No sé a qué llamas loco…

No sé, no sé…

Ojalá estuviera todo el mundo como los pintores, por lo menos con la libertad que vivimos.

¿Usted ha cogido la brocha gorda y ha pintado alguna vez las paredes de su casa?

Sí, claro. Cuando estuve en el Ejército fui el jefe del servicio de mantenimiento del cuartel. ¡Hice las veces de sargento sin galones! Ja, ja, ja… En África.

¿Dónde?

Estuve en Segangan y en Nador. ¡Ya ni me acuerdo cuándo la hice! En 1960 o por ahí… Y nos trataban como si fuéramos esclavos. Sí, sí, sí, sí…

¿Y eso?

Yo recuerdo de la mili que a mí me embarcaron en Málaga y nos metieron en la bodega de un barco para ir hasta Melilla, 12 horas, había mar agitada, temporal, y pasaba el agua por encima de la bodega y nos inundaba de agua. Allí, en la bodega, entre vomitos de 100 personas, el agua que nos caía, cuando salimos… ¡¡¡Yo no sabía ni cómo me llamaba!!!

¡Fue el viaje de su vida!

El viaje de mi vida… Luego los siguientes ya los hice en cubierta, vestido de militar. El primero, de recluta: ¡hala, todo el mundo a la bodega! ¡Como esclavos! Cuando llegamos al puerto de Melilla nos pedían la identificación, ¡a ver si alguno se había escapado de la bodega! Yo no me acordaba ni de cómo me llamaba, tuve que reflexionar. Fueron 12 horas como en la vida las he conocido…

Si tuviera que hacer una exposición con otro pintor, ¿a quién elegiría?

Por ejemplo, a Luis Pablo; puede ser Eduardo Sánchez Beato… Un pintor que sea más o menos de mi talla, ¡no digo de estatura, ja, ja, ja…!, digo artística, que me lleve bien con él y que nos sepamos entender. Me da lo mismo que tenga un aire pintando distinto o no, todo lo contrario, es bonito comparar dos tendencias en una misma exposición, me parece lo ideal.

¿Cuál es el museo por excelencia para Jule?

Uno de los museos más importantes y completos, aunque no lo creamos, es el Museo del Prado. El Louvre es ya una cosa fuera de serie… Pero en pintura, ¡el Prado! Lo que pasa es que el Louvre no te cansa. Yo he estado durante tres meses yendo constantemente al Louvre y estudiando y comiendo allí… No te cansas, porque ves todas las tendencias artísticas. Claro, nosotros no hemos tenido políticos que hayan ido a Egipto y lo hayan saqueado en tiempos determinados…

¡Seguro que disfrutó París a lo grande!

Viví el mundo de París… Por la noche éramos varios los que nos fugábamos de la residencia donde estábamos… Ja, ja, ja… Nos perdíamos y a las tantas de la madrugada, cuando alguien pensaba que había que volver porque si no nos echaban, cogíamos un taxi porque no sabíamos volver.

Elíjame un cuadro, solo uno, para que le regale. ¡Pero solo le puedo regalar uno!

Pues venga, ahora mismo. ¡Las Meninas! Lo tengo clarísimo, porque creo que encierra todo. Hay un mundo del arte encerrado ahí. Lo he visto montones de veces y nunca te cansas. Es un cuadro que tiene atmósfera, tú formas parte de ese cuadro, te invita… Casi en realidad a quien estaba retratando Velázquez era a los Reyes, que los tiene detrás, en un espejo, que los tiene de frente… ¡Te imaginas que eres tú a quien está retratando! Es una composición…

¿Qué pintamos en este mundo?

Para cierta sociedad política y demás no pintamos absolutamente nada.

Entonces, somos pintamonas…

¡Somos pintamonas todos! Sí, sí, sí, sí, sí, sí… Pero te estoy hablando históricamente, no ahora, ¿eh? ¡Nunca hemos valido para nada! Somos monos, ¡peor que los monos! Somos una cosa que vive y ya está. Pero dime, ¿a quién le ha interesado el ser humano? Cuando ha llegado uno y ha dicho, venga a matarse por esto, por lo otro o por lo de más allá. Tratan de dirigirnos como si fuéramos bichos, sin conocimientos, sin mentes, sin saber pensar… ¡No han pensado nunca en el ser humano, en el pueblo!

¿Quién fue su primer amor y a qué edad?

¡¡¡Jooooodddeerrrrrrr…!!! ¡Eso mejor no acordarse! ¡Pero cómo me voy a acordar! Una chica del barrio Santo Tomé y tal que una vez, de buenas a primeras, ¿quieres ser mi novio? Pues a lo mejor había tres o cuatro a la vez… ¡Antes no se llamaban novios!

¿Le han dado calabazas amorosas?

¡Muchas! Como es lógico. Ja, ja, ja…

¿Usted hubiera dado la orden de matar a Bin Laden?

No. Ni le habría alimentado para que fuese Bin Laden.

¿Alguna fobia confesable?

Tengo un poquito vértigo… Pero sí estaba deseando que hicieran la tirolina en Toledo para tirarme por ella. ¡Que luego la quitasen! Pero la experiencia es la experiencia.

¿Es partidario de que las parejas de homosexuales adopten niños?

Pues yo creo que sí.

¿Alguna anécdota en un viaje?

Llegando a Milan, con una tormenta terrible, y el avión iba con una borrachera tremenda…

Vamos, que iba acojonado…

¡Y tanto! Como que mi mujer me dijo que no montaba más en avión… ¡Y no ha vuelto a montar más! Hace 21 años de eso. ¡Eso fue horrible, eso no se olvida en la vida! Y al final no pasó nada. Ese miedo, que tú ves la muerte ahí… ¡Es angustioso! Pero en el momento que el avión empezó a bajar para tomar tierra la tormenta desapareció. El avión iba dando tumbos.

¿Algo desconocido de Jule que nos sorprendería?

Tengo pocos secretos, a mí me gusta contar mi vida como me gustaría que la gente me contara las cosas que hace, pero son muy retraídas, muy secretistas, no saben comunicarse, a mí me gusta contar mis anécdotas de vez en cuando…

Sea sincero, ¿qué piensa de los periodistas?

Hombre, según, hay muchos tipos de periodistas. Ja, ja, ja… Los hay que, fíjate, a los que yo prefiero no llamarlos periodistas; hay otros que sí, por supuesto, son muy serios y dignos de alabar. Pero hay muy poquitos, porque hoy todo cuesta mucho, estamos por el dinero, hay mucha prensa que se vende… Entonces yo, a esas personas, no los suelo leer, sencillamente.

¿Cuál fue su primer sueldo?

Yo no he tenido nunca sueldo.

¿Alguna vez ha cobrado en B?

Bueno, pues yo creo que en tiempos sí. Cuando no se llamaba B todavía. Había una libertad que no hay ahora para evadir, ahora solo hay libertad para ciertas personas, pero para el público en general no lo hay.

¿Tiene algún tatuaje o piercing?

No. Ni me ha llamado la atención nunca.

En caso de necesidad, ¿qué estaría dispuesto a hacer? Uno, robar para comer; dos, prostituirse; o tres, engañar a Hacienda.

Para comer, lo primero que te digo que hago es comprar una sartén como he comprado hoy. Y nada más. Siempre me las he ingeniado…

Pero, ¿robaría para comer?

No.

¿Se prostituiría para comer?

Sí. Pero prostituirme en el buen sentido de la palabra. Prostituirme en hacer una pintura que a mí no me gusta.

¿Engañaría a Hacienda para comer?

No.

¿Le gusta bailar?

No, no me ha gustado nunca.

¿Con quién se echaría un bailecito?

Pues hombre, con una persona… Lo primero, que yo la pueda manejar, y yo tengo los brazos muy cortos, como la estatura, y hay pocas mujeres a las que pueda manejar. Si es más alta que yo, te sientes un poquito inferior; y si es un poquito cargada de peso, como soy corto de brazos, no la puedo aparcar, pues me lleva ella…

¿Pena de muerte sí o no?

No.

¿Ha robado algo?

No.

Y a usted, ¿le han robado?

Tampoco. Que yo recuerde, no.

¿La famosa que más le atrae físicamente?

Bueno, pues como buen español, yo siempre he dicho, pero no por grandes cosas, siempre poníamos como referencia a Lola Flores. La Lola de España, aunque nunca he creído en esa frase. Pero lo digo en plan jocoso… Por ejemplo, Ingrid Bergman, que fue una gran actriz, maravillosa, una mujer que llenaba la pantalla, no necesitabas ni argumento, ni diálogos ni nada, ella era suficiente.

¿Qué nos puede contar de la primera vez que hizo el amor?

¡Es que ni lo sé! Esas son cosas… No, no… No se puede… Es que yo creo que cuando haces por primera vez el amor estás tan obnubilado que al final ni te acuerdas…

(Visited 71 times, 1 visits today)