domingo, 24 de noviembre de 2024
Adelanto de la Entrevista Irreverente a la atleta Vanessa Veiga 21/11/2013junio 12th, 2017

Pero, oiga, ¿correr no era de cobardes? «Ja, ja, ja…». Es la primera respuesta de esta gallega-toledana, o viceversa, que corre que se las pela y que ya ha puesto rumbo a Río de Janeiro, a los Juegos Olímpicos de Brasil, donde quiere llegar como una de las maratonianas del equipo español. Ella es la atleta Vanessa Veiga y lo que leen es el adelanto de la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es que, íntegra, publicaremos mañana viernes.

Pues ahí donde la ven tiene un carácter… Que lo dice ella misma, ¿eh? Y si no, lean: «¿Que si me he pegado alguna vez con alguien? No de llegar a las manos, pero sí soy bastante follonera, se puede decir. Sí… Ja, ja, ja… ¡La follonera de Valparaíso! Ja, ja, ja… Soy una persona con mucho carácter y no soy de las que se calla. ¡No me callo nunca! Soy muy clara y se me ve venir».


Su eterna sonrisa, a veces, pues… Pues eso, que se lo cuenten a sus vecinos en las reuniones ésas en las que cada uno se defiende como puede…

Es curioso, porque a temprana edad, apenas 24 años y después de ser campeona de España en prácticamente todas las categorías, sobre tierra o tartán, dejó de dar pasos rápidos uno detrás de otro por amor a uno de los atletas castellanomanchegos que más alto han llegado, Julio Rey. Se conocieron en un cross de Palencia, luego hicieron mucho por verse en sucesivos campeonatos de Europa donde ambos coincidían y… Todo fue rodado. ¡Corrieron muy deprisa! Vanessa Veiga decidió entonces que llegó el momento de ser madre (de hecho, si no fuera atleta sería educadora infantil, le encantan los niños) y dejó aparcado el atletismo.

Hasta que regresó con 30 años, ahora tiene 34. Fue llegar y… ¡Olé! Ganó la maratón de Madrid y se puso como objetivo los Juegos Olímpicos de Río.

Por cierto, ya que hablamos de irreverencias, entre posar en top-less o hacer un desnudo integral para una revista, posar para el atractivo calendario Pirelli o atender un teléfono erótico… ¿Por cuál de ellas se decidiría si tuviera que ganarse la vida?

Pues he de decir que eligió… ¡Dos de ellas! Una quedó absolutamente descartada. ¿Se imaginan cuál sería su decisión?

Mañana más…

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