TTV por definición de ella misma. O toledana de toda la vida, como quieran, aunque en realidad sus primeros cuatro años transcurrieron en el barrio de Santa María de Benquerencia, por lo que es una «poligonera» de tomo y lomo, ¿eh? «¡Además que yo del Polígono tengo unos recuerdos geniales!».
Es Claudia Alonso, diputada regional del PP y concejala en el Ayuntamiento de Toledo, y lo que leen es el adelanto de la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es que, completa, publicaremos mañana viernes.
Que dice que no, que en absoluto la molestó no ser la candidata «popular» a la Alcaldía de la capital regional en las elecciones de mayo de 2015 a pesar de bregar una legislatura entera, cuatro años, día sí día también; y piensa, como su compañero Velasco contó también en este periódico, que en 2019 debería repetir Jesús Labrador. ¿Por qué lo piensa? Esperen 24 horas y verán.
¿Ha tirado la toalla para intentar ser alcaldesa de Toledo? ¿Le gustaría ser alcaldesa de Toledo algún día? ¿Pero le gustaría ser…? Una detrás de otra, hasta en tres ocasiones se lo preguntamos. Y Claudia… «¡O presidenta del Banco Mundial!». Ja, ja, ja…
Dice, sobre un tema muy concreto, que si el Ayuntamiento de Toledo «me quiere poner una multa, tendrá toda la razón del mundo». ¡Oh, la, la…!
Que su peor momento como concejala fue el histórico Pleno municipal en que todo el grupo municipal del PP, salvo una concejala, abandonó el salón justo antes de hablar el padre de un niño enfermo de cáncer, «es que nosotros cuando nos fuimos no sabíamos quién iba a hablar. Evidentemente, si nosotros hubiéramos sabido quién iba a hablar, pese a que nosotros nos fuimos por lo que había sucedido antes, no nos hubiéramos ido».
Tiene fobia a las cucarachas y de hecho en una ocasión durmió en el sofá porque en su habitación había una; fue azafata de congresos, despachó hamburguesas en un McDonald’s, repartió guías telefónicas… Así hasta que se hizo abogada y política.
Se echaría un bailecito con un periodista toledano, se admiten apuestas para saber quién es, pero ya les digo que él baila hasta dormido; y de la primera vez que hizo el amor… «¡Que no me pongas ojitos!». Ja, ja, ja…
Pues eso, que mañana conocerán el desenlace de todo esto…