domingo, 20 de octubre de 2024
Entrevista Irreverente a María de los Ángeles Martínez ("la Bonilla"), presidenta de la Cámara de Comercio de Toledo y empresaria 13/12/2012junio 13th, 2017

Simpática y amable como ella sola. Así es «la Bonilla», como la conoce muchísima gente en Toledo. Aunque en realidad ella es María de los Ángeles Martínez Hurtado, tiene 57 años, «nunca oculto la edad; ja, ja, ja…» y es natural de Buendía, en Cuenca.
Y se ha sometido a la Entrevista Irreverente porque sí, sin pega ni protesta alguna, como debe ser. Es, desde hace pocas semanas, presidenta de la Cámara de Comercio e Industria de Toledo y se hizo empresaria hace nada menos que 31 años, cuando montó Talleres Bonilla, en la capital regional, con Juanjo, su marido. Entonces eran cuatro en total, ahora…
Pues eso, que es una empresaria de los pies a la cabeza y tiene una afición por bandera. Bueno, dos. La primera, el mar, sentarse a admirarlo y escucharlo, porque también habla, y pasear por la playa «el mar me vuelve loca, me apasiona». Pero, sobre todo, sus dos nietos, Martina y Nikos.
Lo demás…
Pues ustedes lean y pasen un buen rato, que merece la pena.

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¿Quién le «engañó» (entre comillas) para ser presidenta de la Cámara de Comercio de Toledo?

Hombre, pues engañarme no me engañaron, lo que pasa es que no era mi intención en ningún momento. ¡No se ría…!

O sea, que no tenía ninguna intención de ser presidenta…

No, no, no, no… De hecho, tuve que cubrir un Pleno complicado porque me pidió Ángel Nicolás que lo presidiera yo pero, vamos, yo me vine a mi casa después y… En ningún momento lo habíamos hablado. Pero bueno, luego vista la situación se pensó desde Fedeto (Federación de Empresarios de Toledo) que hubiese una transición lo más tranquila posible. No era lógico que fuera Ángel por los cargos que ya tiene y cuando al principio me lo propusieron dije que no rotundamente, que me iban a echar de mi casa, ja, ja, ja… Primero, no me engañan; pero luego me lo piden y hay veces en las que tienes que ser coherente con las situaciones. Porque a los puestos bonitos está muy bien, pero en estos momentos ir al puesto de presidenta de la Cámara… Es un momento complicado. Bueno, al final tomé la decisión. Pero no lo considero un cargo, sino una carga. Ja, ja, ja… Sí, sí…

¡De aquí a presidenta de Cecam!

¡Sí, por lo menos! No quiero ya tantos cargos, que mi puesto está aquí, en mi empresa, donde me gano el pan de cada día.

Será usted una de las poquitas presidentas de Cámaras de Comercio que hay en España.

Me dijeron que creían que había una en Melilla, pero no, hay tres: en Melilla, Menorca y Vitoria. Y yo cuatro.

¿Se considera empresaria o quizás emprendedora, como se les llama ahora?

Yo me considero empresaria desde el primer momento. Vengo de una familia de mujeres empresarias, porque mi madre tenía en Buendía (Cuenca) un comercio de toda la vida, mi abuelo había tenido un casino… Allí te podías encontrar desde un puchero hasta un zapato, un hilo, comestibles… De todo.

¿Cómo vivió el divorcio entre Fedeto y la Cámara de Comercio de Toledo? Que habrá sido desagradable en algún momento…

Desagradable total, porque todo lo que ha salido en la prensa no es la realidad y lo que hubiéramos deseado es que las cosas fueran tranquilas. Todos apreciamos a Fernando Jerez, yo los 10 años que he estado con Fernando somos casi los mismos y la Cámara la hemos puesto en un lugar con mucha diferencia a otras Cámaras.

Pero sí es cierto que había un divorcio entre ambas instituciones o bien entre sus dirigentes, Ángel Nicolás y Fernando Jerez… Eso es innegable.

Divorcio no lo sé, porque Fernando ya había manifestado en dos o tres ocasiones que él se iba a ir, veía que todo tiene su fin. Debemos tener claro que cuando estamos en un puesto de estos no nos ganamos la vida, sino cosas contrarias, estás de paso. Y cuando ves que no tienes la confianza de tu comité o de la gente que te sigue pues… Yo creo que hay que saber irse y punto.

Usted tiene un taller mecánico, pero… ¿Ha cambiado alguna vez una rueda?

He tenido la suerte de no haber pinchado nunca y no he tenido que cambiarla en la carretera. Pero sí hace muchos años, cuando estaba metida de lleno en el taller, dije que iba a cambiar… Pero ahora le digo a la gente que llame a la asistencia. Muchas veces es imposible aflojarlas.

¿Pero usted ha sido mecánica o no?

Nooo… Yo he aprendido mucho porque me gusta mi negocio. Pero sí me he puesto el mono de trabajo, sí. Y he llegado a coger la grúa en algún momento. La primera vez que la cogí fue para subir por La Bastida y la verdad es que pasé un poco de miedo, sobre todo al bajar, pero no, no me ha importado.

¿Por qué no ha ganado Fernando Alonso el campeonato del mundo de F1?

Ayyy… Yo creo que no lleva coche suficiente.

¿Está de acuerdo con la pena de muerte?

No, no… No hay que llegar a eso. En algunos casos, cuando ves las violaciones o los atentados, dices… Pero no, no…

¿Milita en algún partido político, asociación, ONG o en algo?

En partidos políticos no, me gusta verla desde fuera. Y colaboro con muchas ONG, pero no milito.

Sin trabajo ni prestación, ¿qué estaría dispuesta a hacer para comer?

Pues menos una cosa, casi todas. Menos la prostitución… Me da igual fregar que barrer, que cargar, cualquier cosa. ¿Robar? ¡Ay no!

¿Prohibiría la prostitución?

La regularía. Prohibir… Prohibir no lo veo lógico.

¿Cuál fue su primer sueldo y en qué se lo gastó?

Uyyyy… Yo tenía la central de teléfonos de mi pueblo y era la telefonista. Nos enterábamos de todo, ¡eso era una maravilla! Cuando yo conocí a mi marido él trabajaba en Telefónica montando las centrales y hablábamos todos los días. Pero nos vigilaban las vigilantas de los pueblos, que tenían acceso a meterse en las líneas por libre. Sabían que las telefonistas, en aquellos tiempos, cuando iban cuatro a llamar… Nos enterábamos de todo lo que hablaban. Pero ellas pinchaban las líneas para ver si hablábamos. Un día yo estaba hablando con Juanjo, mi marido, y otra compañera me dijo que las vigilantas nos habían pillado. Por lo que me pasaron el cargo, ¡900 pesetas de entonces!

¿Qué personaje histórico le gustaría ser?

Como empresario, admiro a Amancio Ortega, me parece ejemplar porque ha puesto la figura de España muy en valor fuera. Luego, la Madre Teresa de Calcuta por esos mundos… Si yo pudiera hacer algo un año o dos… Mi ilusión sería irme a algún sitio, sé que no es fácil, con una ONG y estar en lo real. Me encantaría.

¿Con qué duerme? Si duerme con algo, claro.

Duermo con algo, si, con camisoncito chico siempre, sea verano o sea invierno. A estos les llamaban picardías, pero vamos, camisón corto.

O sea, que duerme en picardías…

Sí; ja, ja, ja… ¡Jo, César, por favor, qué peligro tienes! Ja, ja, ja…

¿Qué libro está leyendo?

Estoy pendiente de comprarme el de la hija de Eduardo Punset, el de Elsa, que he estado en algunas conferencias que ha dado y me gusta. Y el nuevo de María Dueñas.

¿En qué película le hubiera gustado actuar?

No soy muy…

¿Su mayor travesura?

Es que no he hecho muchas, ¡de jovencita era una niña muy buena! Mira, cuando ya conocí a mi marido, con otra amiga escondimos las bicicletas al lado de la carretera y nos fuimos con ellos en coche a un pueblo de al lado, Sacedón. ¡Eso en aquellos tiempos… Vamos, era una aventura tremenda!

¿Qué programas del corazón ve?

¡Ninguno! Los viernes hay veces que hago un poquito… Digo, voy a ver quién ha ido hoy, pero no veo casi nada la tele.

¿Cuál es la mayor multa que le han puesto y por qué?

No, no… Ninguna multa. Me la deberían haber puesto ya por hablar por teléfono, cosa que está fatal, pero no…

Defínase: ¿de derechas, de izquierdas o de centro?

De centro moderada, me gusta que hagan las cosas bien y que gobierne quien mejor lo haga y quien ayude a España.

¿Cree que el tamaño importa?

Sin respuesta. Ja, ja, ja… (Risas durante 10 segundos).

Me refiero al tamaño del miembro viril, por si hay alguna duda…

Ya, ya… Pues sin respuesta. Ja, ja, ja…

¿Eso significa que le importa o que no le importa?

Es que si te digo la verdad… ¡Como no conozco nada más que una! Ja, ja, ja… ¡No he podido hacer comparaciones! Ja, ja, ja…

¿El juego del parchís es cosa de hombres? Se lo digo porque ya sabe aquello de que se comen una y cuentan 20…

¡Yo creo que ha sido siempre más de mujeres!

¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?

No. Eso sí que es una parte muy íntima mía y ni ahora ni nunca hablaré de ese tema.

¡A no ser que sea delante de su abogado!

¡Para eso no necesito abogado! Ja, ja, ja…

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