sábado, 23 de noviembre de 2024
Entrevista Irreverente a Roberto Martín, presidente del Colegio de Enfermería de Toledo 08/11/2014junio 8th, 2017

Roberto Martín tiene 51 años y su principal afición son sus hijos, Mario y Laura, «me encanta estar con ellos. Siempre me han gustado mucho los niños». Además de todo lo relacionado con la naturaleza, leer papeles relacionados con su profesión, escuchar la radio y escuchar a gente que sabe… Ahhh… Y no le gustan nada de nada los ambientes serios, «soy totalmente lo contrario a eso, sin perder el respeto a nadie, claro. Me gusta mucho la cercanía con las personas».
Lleva 20 años como presidente del Colegio de Enfermería de Toledo y lo que leen es la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es.
Se hizo enfermero «por vocación, aunque sea un poco pedante decirlo. Estudió Enfermería en la Universidad Complutense y «he tocado todos los palos, pero me encanta ponerme todos los días del año el uniforme de trabajo, a las siete y media de la mañana siempre me coloco mi pijama azul en el Hospital Provincial de Toledo. Me podría haber liberado, pero no lo he hecho».
Afirma que la encanta la psiquiatría y que el éxito del Colegio de Enfermería de Toledo, y eso lo recalca una y otra vez, «es que me he rodeado de gente de altísimo nivel tanto en la Junta Directiva como en los trabajadores que tenemos. Son los mejores. Y al trabajar con gente de primer nivel es facilísimo ser presidente, no tienes problemas».
Por cierto, comencemos con el Ébola…

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Les acojonó el Ébola, ¿verdad?

¡Mucho! No estaba previsto en el guión que alguien se infectara. Era algo nuevo, que no conocíamos… Y faltaba información, faltaba formación y faltaba, sobre todo hacia los profesionales, destreza para tratar este tipo de patologías.

Y hasta que no llegó a España…

Efectivamente. Tuvimos un caso, vino a España, se pusieron en marcha, o creímos que se ponían en marcha todos los dispositivos, creo que se hicieron bien los traslados, pero cuando hubo un contagio de un profesional… Se sacaron a la luz muchas cosas que se estaban haciendo mal. ¡Muy mal!

¿Por ejemplo?

La formación que debían tener los profesionales que tenían que atender a los pacientes, en este caso infectados y en fase de tratamiento. Lo hemos visto a partir de que la enfermera Teresa Romero se infecta. Pero hay que hablar con los profesionales de enfermería… Un dato a tener en cuenta: el 95 por 100 de las atenciones que se hacen a este tipo de pacientes las hacen profesionales de enfermería. Constatado en los libros de registro de estos pacientes. Estos profesionales de enfermería deberían estar sobradamente formados, informados y adiestrados. Yo os podría presentar un documento de enfermeras del hospital de La Paz, en Madrid, que en agosto presentaron una denuncia en el Juzgado porque no estaban formadas para atender posibles casos que aún no teníamos. Eso son realidades, no un brindis al sol.

Desde luego…

Hubo un contagio y tenemos las declaraciones reales de los profesionales que han estado atendiendo directamente a estos pacientes, que una vez que las hayas leído, los que son creyentes… Claramente dicen porque Dios existe, si no hubiera habido más contagios. Ha habido una falta de todo. De manejo, de medios y de adiestramiento a esos profesionales que tenían por obligación que entrar a atender a los pacientes.

¿Se han sentido conejillos de Indias?

No, nos hemos sentido personas que han tenido, por obligación, que hacer unos trabajos que muchos de ellos, con nombres y apellidos, no sabían dónde iban ni tenían la formación adecuada para atender a este tipo de pacientes. No porque no fueran enfermeros competentes, sino porque tenían que utilizar, habida cuenta de la patología, unas técnicas y unos medios absolutamente desconocidos para ellos. Algo tan sencillo y vulgar, visto desde este lado, como es ponerse un uniforme que prevenga este tipo de contagios es una cosa tremendamente difícil. Y dos, trabajar en estas condiciones y con este tipo de material hay que saber utilizarlo, no todo el mundo está preparado. Hemos detectado crisis importantes de ansiedad, miedos e incluso lipotimias porque insisto, trabajar en estas condiciones no es fácil. ¿Se puede hacer? Sí. ¿Se puede adiestrar? Como todo en esta vida, si lo hubiéramos hecho todo bien no estaríamos hablando de esto.

¿En Castilla-La Mancha también han tenido miedo?

Sí, porque no sabíamos a lo que nos podíamos atener. En un momento determinado, cuando la primera semana de octubre comienza todo este movimiento, en todos los hospitales y centros de salud se desata una fiebre por la formación, empiezan a llegar equipos que estaban almacenados pero no reúnen las condiciones, se pone en marcha una serie de medidas formativas rapidísimas, más con el ánimo de cubrir el expediente que de ser realistas… Y las cosas creo que ya están calmadas. Efectivamente, ya hay unos protocolos que yo avalo porque son correctos, hay unas unidades en Ciudad Real preparadas por si hay una emergencia… Pero eso se tenía que haber previsto ¡antes!, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) da las primeras señales de alarma.

¿Eso significa que si hubiéramos tenido algún caso de Ébola en Castilla-La Mancha antes de octubre hubiera pasado lo mismo que en Madrid?

Creo que hubiera ocurrido lo mismo que en Madrid, porque aquí hasta entonces, hasta esa primera semana de octubre, no había los medios necesarios para cubrir esa situación.

Si tuviera frente a usted al consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, ¿qué le diría?

No ha hecho bien su trabajo. No se puede criticar tan abiertamente como ha hecho a la profesional que estaba infectada. Aun en el caso de que fuera cierto, a una persona que se está debatiendo entre la vida y la muerte no se la puede criticar como se la ha criticado. ¿Debe haber una investigación posterior? Por supuesto. ¿Hay que atajar posibles fallos de los profesionales o no profesionales? Por supuesto. Pero creo que sus declaraciones, en el momento crítico de una persona que posiblemente podria perder la vida por cuidar a otros no se merece eso.

¿La parte positiva es que a los enfermeros ahora la sociedad aprecia mucho más su trabajo?

¡Por supuesto! Creo que nos sentimos plenamente avalados por el conocimiento que tienen, ahora más que nunca, nuestros conciudadanos de nosotros a la hora de atender sus necesidades. Ellos nos conocen porque en el día a día los atendemos en los centros de salud y los hospitales, pero ahora se han dado cuenta de que hemos estado en el disparadero en un tema tremendamente grave.

Porque la gente se acuerda generalmente de los médicos, pero de los enfermeros… ¡No tanto!

En el caso de Miguel Pajares (el misionero de La Iglesuela que murió en agosto tras llegar a España desde Sierra Leona infectado de Ébola) hubo 108 entradas en la habitación, porque quedan registradas. Pues 102 de esas 108 entradas fueron de profesionales de enfermería. ¡Son datos! Lo que significa que el 95 por 100 de las intervenciones en este caso fueron de personal de enfermería.

¿Me cuenta algunas «anécdotas» que hayan vivido enfermeras y enfermeros durante estas semanas que han vivido al rojo vivo?

De profesionales que estaban allí, contándonos en tiempo real estas cosas. Mira, ha habido enfermeras que han tenido que dejar de llevar a sus hijos durante un tiempo al colegio porque las otras madres no querían que sus hijos estuvieran con los suyos. ¡Son casos reales! Ha habido compañeros de enfermeros que no querían que se cambiaran de ropa en el mismo vestuario que ellos, familiares que les pedían que no volvieran a casa hasta que no terminara este proceso… ¡Eso está ocurriendo en nuestra sociedad! Pero eso ha ocurrido. Y le ha ocurrido a los profesionales de enfermería.

¿Ha pasado alguna noche sin dormir pensando en el Ébola y sus consecuencias?

Sí. Si eso que pasó en Madrid llega a ocurrir en Castilla-La Mancha… Y yo represento a un colectivo que podría estar ahora mismo padeciendo las consecuencias de una mala praxis de algo que desconocíamos y sobre lo que no teníamos absolutamente nada preparado.

Más tranquilos ahora, ¿no?

Sí. Claro, porque ya se han puesto los medios y todo el mundo se ha puesto a trabajar. Pero deberían haberlo previsto, porque se pudo. Nos habíamos ahorrado mucho dinero… ¡Ahora está invadido todo el país de trajes! ¡Todo el país! Porque no hay comunidad autónoma, hospital, ayuntamiento y sociedad privada que no haya comprado cientos de estos trajes… Si no hay que llegar a esa situación, pero hombre, haga usted el favor…

¿Se puede saber a quién votó en las últimas elecciones generales?

¿Generales? ¡Ah, ya me acuerdo! ¡No, no te lo voy a decir!

¿En autonómicas?

Tampoco.

¿En municipales?

Tampoco. Una cosa sí te voy a decir: mi voto no coincidió en ninguna de las tres. Fueron tres votos completamente distintos.

¿Casaría a dos personas del mismo sexo?

¿Por qué no?

¿Messi o Cristiano Ronaldo?

Noooooooo… ¡Coke, indiscutiblemente! Y por encima, el Cholo Simeone. ¡Del Atleti a muerte! Hombre… ¡La duda ofende!

¿Tiene algún parado en su familia o entre sus amigos? ¿Ha podido hacer algo por ellos?

No, pero he tenido algún familiar que lo ha pasado mal donde trabaja, aunque afortunadamente se están recuperando.

Si fuera juez, policía, banquero, abogado, cerrajero, funcionario de Justicia… ¿Intervendría en un desahucio u objetaría?

Vamos a ver… Hay que… Va a depender de lo dramático de la situación. Cuando hay gente enferma, niños por medio, discapacitados, gente que necesita el apoyo de la sociedad y de la administración, indudablemente que no los desahuciaría. Dicho esto, tampoco estoy de acuerdo con el caradura que se mete en una vivienda y quiere que se la den. No.

¿Cuál ha sido su mayor locura por amor?

Ehhhhhhhhhh… Ja, ja, ja… Jugando con una compañera en el trabajo, cosa que no se podía hacer… Jugando con agua, ella se rompió un dedo de un pie. Hoy, ella es mi mujer. Ja, ja, ja… ¡Fue hace 22 años!

El jueguecito por amor…

Le salió caro. Ja, ja, ja… Estábamos jugando como gilipichis y… ¡Pum! Se pegó una hostia…

¿Cuántos idiomas habla?

Vamos a ver. Hablo, cuando no me equivoco, el español; soy de francés a la antigua usanza y como les digo a mis hijos, que por fortuna hablan perfectamente inglés, y mi mujer también aunque le da mucha vergïuenza, tengo un vocabulario en inglés tan suficientemente escaso pero tan aprovechado que cuando viajamos al extranjero soy el que mejor me defiendo de todos. Ja, ja, ja… ¡De verdad!

¡Sobre todo es que le echa jeta, vamos!

¡Y me sale bien! Era capaz de comer, dormir, viajar… ¡Sin ningún problema!

Si mañana le tocara la lotería…

Hombre, echaría una manita a los que más lo necesitan. Sí, en ese aspecto soy solidario.

Si fuera presidente del Gobierno de España, lo primero que haría sería…

Me pillas en fuera de juego… Vamos a ver… El presidente del Gobierno o cualquier otro alto cargo público el gran problema que tienen es que no saben convivir con la realidad de la sociedad. Incluso el que llega a presidente del Gobierno hace ya muchos años que ha perdido el contacto con la realidad, con los problemas que tienen realmente los españoles. Desde un despacho se pueden hacer muchas cosas y no dudo que sean muy importantes, pero preguntar a la gente de la calle cuáles son sus problemas y sus necesidades… ¡Eso tenía que estar en el manual del buen gobernante!

¿Existen los extraterrestres?

Yo creo que sí. ¡Pero cuanto más tarden en llegar, mejor! Ja, ja, ja… ¡Por si acaso!

¿Por cuál de estas situaciones pasaría para ganarse la vida? Uno, hacer un desnudo integral para una revista; dos, posar para el calendario Pirelli en el caso de que hubiera uno para hombres; o tres, atender un teléfono erótico.

Si tuviera unas condiciones perfectas me encantaría aparecer en el calendario Pirelli o posar desnudo. Lo que lamento enormemente… Ja, ja, ja… ¡¡¡Es que esto (se señala su cuerpo) ni para una película de Fernando Esteso!!! ¡¡¡No tendría tipo!!! Ja, ja, ja…

¿Actuaría en una película porno?

No. Porque son de esas cosas que nunca me han atraído. Me atraería otro tipo de películas, pero ésas no. De aventuras, por ejemplo, sí.

¿Monarquía o República?

En esto siempre he sido conservador en tanto que la Monarquía que hemos vivido ha hecho ese papel institucional más o menos importante, pero… Hace unos días, hablando con algunos de mis sobrlnos, me preguntaron que cómo podía ser posible que una jefatura de Estado se pudiera heredar simplemente por ser «hijos de». Y no supe qué contestar. Reconozco que me chirriaron los engranajes.

¿Se ha pegado con alguien alguna vez?

Sí, de chaval. Me crié en Menasalbas y… No, no… Pues eso, éramos chavales y sí, vamos… Lo recuerdo con agrado, no eran peleas… Pero de mayor nunca, he evitado totalmente… Intento concienciar a mis hijos de que una gilipollez en un enfrentamiento de tráfico, en un semáforo o tal, te puede costar un disgusto. Al otro o a ti.

¿Ha recibido propuestas sexuales de una persona de su mismo sexo?

No. ¡Y del sexo contrario no tantas como hubiera querido! Ja, ja, ja… ¡Me mata mi mujer! Ja, ja, ja…

¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?

Huuuummmm… No, porque no he practicado sexo en ningún sitio extraño. No obstante, si me hicieras una tercera Entrevista Irreverente procuraré para entonces tener algún lugar raro que contarte. ¡Voy a buscarlo!

¿Me lo promete?

¡Sí! Ja, ja, ja… Sí, sí, sí, sí… ¡Ya tengo asegurada una Irreverente nueva! Ja, ja, ja…

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