«Voy a comer a Adolfo» ha sido durante años, y es, una frase típica. Está en todas las guías gastronómicas que se precien y no hay toledano que no le conozca. 60 años han pasado desde que Adolfo Muñoz viniera al mundo en Belvís de la Jara (Toledo), donde siempre vuelve…
Ésta es la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es.
Entre sus aficiones está… «¡La cocina!». Y la comunicación, «me gusta mucho conversar, de hecho dejé aparcada mi timidez gracias a la comunicación. Y si no estoy ducho en lo que se habla, me callo y como mucho hago alguna pregunta». Un dato importante en su vida: «Tengo muchos amigos por ahí, por eso me han dado el Premio Nacional de Hostelería. Ja, ja, ja…».
Recuerda que cocinó por primera vez a los 12 años, en la huerta, donde su padre, que era hortelano, le dijo que fuera pelando las patatas y las fuera haciendo. «Eché el agua del pozo, las patatas peladas y rotas, lavadas en la alberca, cogí tres o cuatro pimientos y lo hice. Aunque ya ayudaba a mi madre, con siete u ocho años, a llenar esos botes de pimientos asados, de pisto…».
Se nos hace la boca agua…
Pero no fue hasta que con algo más de 20 años se dio cuenta de lo que le gustaba verdaderamente la cocina, «la primera vez me pelé casi 40 kilos de gambas, hice algún pestiño, alguna magdalena, algún croissant, alguna empanada… Ves a la gente que se lo come y te dice: ¡Esto está rico!». Desde los 17 años estudió cocina y todavía continúa. «Recuerdo en la Venta El Quijote, donde Enrique me enseñó a hacer esas carcamusas a los 14 años. Calamares fritos, gambas al ajillo… Vendíamos muchos pinchos morunos, con esos adobos tan ricos, las leches merengadas, los sorbetes, los helados…».
Oiga, chef, ¿cocina minimalista o cocina tradicional de toda la vida? La respuesta no tiene desperdicio: «Existen las minifaldas y los pantalones campana, ¿por qué hay que elegir?».
Pues eso, pasen y degusten la Irreverente…
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Cuénteme lo que le ocurrió hace años durante la inauguración de la oficina de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Bruselas, cuando tuvo que cocinar… ¡En la rampa de un garaje!
Eso es. Ja, ja, ja… ¡En una rampa y debajo de una escalera! Allí cocinamos. No tuvimos suficiente espacio, precalentamos en el hotel que teníamos en la misma calle pero el toque final lo hicimos allí, porque se llenó. Hubo lo menos 450 personas en aquel momento. Pero salió muy bien, genial.
¿A quién le gustaría cocinar pero no ha podido?
A El Greco. Le prepararía unas croquetas de verdura, por su aspecto podrían ser de remolacha; unos buñuelos de bacalao; una perdiz estofada y un pisto dulce.
¿Y a quién no volvería a dar de comer?
No recuerdo a nadie que pueda odiar… No sé, no… No hay alguien que me haya hecho pensar que no le iba a volver a dar de comer. Y me sentaría además a comer con él. No he tenido nunca problemas en ese sentido.
Julio Iglesias tuvo claro cuando llegó a Toledo a dar un concierto que tenía que comer con Adolfo…
Sí. Ja, ja, ja… Es verdad, sí. Ya hace por lo menos… Algunos luego me echarán un poco la bronca. Fue una actuación que tuvo en el campo de fútbol, le habían invitado a cenar y le pasó lo que a otro amigo mío, Carlos Herrera, que le habían invitado a cenar a otro sitio y se vino conmigo. Pasó eso, sí. Entonces era novio de la que hoy es su esposa, Miranda. Yo ya sabía un mes antes que quería comer conmigo, porque me dijo que mi comida era muy buena porque él calculaba los restaurantes por la sal que ponían en los platos. Puntuaba del 1 al 20. Y yo era de los más bajos, tenía un 7 sobre 20, por eso quería comer con nosotros.
Elija un plato para cocinar usted.
Siempre me ha gustado mucho cocinar verduras. También es verdad que mi padre era agricultor, hortelano; y mi madre hacía muchas cosas con verduras. Siempre he tratado de cocinar esas verduras «al dente» porque te dan un sabor y un aroma diferentes. Sólo con una gota de aceite y unos cristales de sal es suficiente, así no se apaga la verdura. Yo llegué a tener 52 verduras diferentes en una historia que hicimos en el cigarral sobre El Quijote, con «Las bodas de Camacho».
¿Y para que le cocinen y se lo coma?
Un buen pescado al vapor o a la sal.
¿Dónde iría a comérselo?
A cualquier chiringuito del mar. Ja, ja, ja…
¿Es cierto que le llegaron a ofrecer, hace ya unos años, ser presidente de la Federación de Empresarios de Toledo (Fedeto)?
Sí. Una vez me lo ofrecieron. Fue hace muchos años. Pero no tocaba y había una cosa importante, porque podía dejar mi profesión, la cocina, un poco tocada. En la vida hay que elegir y yo ya había prestado mis servicios a la Asociación de Hostelería, había sido presidente en Toledo cuatro años y cinco en la región, había sido también tesorero… Unos amigos me lo propusieron y supe decir que no. Nunca me ha pesado decir que no. Pero tampoco me hubiese importado serlo.
¿Quién es, para Adolfo, el mejor cocinero de España?
Bueno… Hay muchos. Un cocinero importante es que… ¡Te podría nombrar 20! El mejor cocinero es el que quiere a sus clientes. Esa cocina que se hace con el alma, que intentes sacarle lo más importante y lo más saludable a ese cliente. Adriá, Arzak, Berasategui, Quique Dacosta, Manolo de la Ossa, Pepe Rodríguez Rey, los de Atrio, Sergi Arola, Mario Sandoval, Salvador Gallego… El cocinero que yo subiría arriba en estos momentos sería un hombre parecido al Papa actual, y en este caso sería Santa Teresa.
Y hay madres que son incluso mejores cocineras que algunos de los mejores chefs, pero no se las conoce… Y que cuidan mucho a sus clientes, que son su marido y sus hijos.
Sí. Sus hijos y sus maridos. Totalmente de acuerdo. La gran cocinera, la madre, no ha sido bien reconocida. Hay algunas reconocidas, pero muy pocas. Con las materias que ellas cocinaban, muchas cosas de cuatro o cinco días, tenían lo que tenían en la alacena o en el corral, pues hacían esas tortillas de toda la vida, esas patatas con un pimiento verde y una gota de aceite, esas alcachofas espectaculares…
Oiga, ¿y Chicote es tan ogro como él mismo se pinta en los programas de televisión? Porque llega a los restaurantes y deja acojonados a los dueños…
Ja, ja, ja… Si le vieras en persona… ¡No tiene nada que ver! Pero hace un papel que cuando él está trabajando es el mismo. A la gente que tenía alrededor siempre les ha tenido con la espada en alto, nunca dejaba que una cocina o un mostrador estuviera sucio. Él viene de ahí. El personaje hace lo mismo que él en la realidad, no de esa manera tan dura y severa como en los programas.
Adolfo ha dado de comer a todo el mundo…
Bueno, a todo el mundo no. Ja, ja, ja… A mucha gente sí, es verdad. Los Reyes, los Príncipes, las infantas, presidentes de varios países, al emperador de Japón, directores generales y presidentes de compañías… ¡Y a mucha gente normal! Y la mayoría se han ido muy contentos. Alguno se habrá ido enfadado, no digo que no, pero nunca por culpa nuestra. Nunca hemos provocado que eso suceda. Somos humanos, como cualquiera, y un cocinero y un camarero también pueden tener un fallo.
¿Casaría a dos personas del mismo sexo?
Síííííííí… Sin problemas.
¿Messi o Cristiano Ronaldo?
Cristiano Ronaldo. Ja, ja, ja…
¡Qué cachondo, porque es del Real Madrid! Y ahora sinceramente, ¿Messi o Cristiano Ronaldo?
Ja, ja, ja… Son grandes jugadores los dos. Pero si tuviera que decir uno, el futbolista que más me ha gustado de siempre diría que Zidane. Pero me has hecho una pregunta muy fácil, por lo tanto, Cristiano Ronaldo. Ja, ja, ja…
¿Tiene algún parado en su familia o entre sus amigos? ¿Ha podido hacer algo por ellos?
En estos momentos no tengo a nadie, pero si he tenido la ocasión de ayudar a cualquiera lo he hecho. No lo he dudado ni un momento.
Si fuera juez, policía, banquero, abogado, cerrajero, funcionario de Justicia… ¿Intervendría en un desahucio u objetaría?
Lo último que haría sería echarle. Procuraría por todos los medios y remedios no echar a nadie de su casa. Tener una casa y un trabajo es lo mínimo que deberíamos tener todos los humanos.
¿Cuál ha sido su mayor locura por amor?
Lo tengo que decir claramente, estuve y estoy locamente enamorado de mi mujer. Ja, ja, ja… ¡Que me trae frito! Ja, ja, ja…
Defíname «que me trae frito», por favor.
Ja, ja, ja… Coño, que todavía tengo pasión por ella. ¡Y menuda pasión! Ja, ja, ja… Es una chica, todavía la llamo chica. Tiene 60 años como yo y si nos ves a los dos… Nos conservamos muy bien y Julita no aparenta ni 53, te lo digo sinceramente.
¿Cuántos idiomas habla?
Español y poco. Ja, ja, ja… De los demás digo palabrejas sueltas.
Si mañana le tocara la lotería…
Seguiría siendo empresario, estaría seguro, y montaría algún hotel y sobre todo varios restaurantes en el mundo e intentaría ayudar a gente que lo necesita.
Si fuera presidente del Gobierno de España, lo primero que haría sería…
Intentar por todos los medios una cosa. Y tiene remedio. Reconvertir este país en que la Constitución se cumpla, que todo el mundo tiene derecho a un trabajo. Ya no estoy diciendo otra cosa, ¡un trabajo! No pararía hasta conseguir pleno empleo. ¡Incluso a algunos les obligaría a trabajar! Ja, ja, ja… Y luego elegiría a los mejores para que estuvieran a mi lado, fueran de donde fueran, de un lado o de otro, para que esto saliera. Porque yo creo que esto no es tan difícil.
¿Existen los extraterrestres?
Hay vida, pero… Bueno, no hay personajes como nosotros, pero sí hay agua, bacterias… En principio creo que no, pero ahí estaba Julio Verne, quien dijo que el hombre iba a subir a la Luna y se ha subido. Ahora, sí te digo una cosa, somos pura energía. Entonces, no sé si nuestra energía llega a otros planetas, que a lo mejor ni conocemos y… Pero en principio creo que no hay vida en otro planeta.
¿Por cuál de estas situaciones pasaría para ganarse la vida? Uno, hacer un desnudo integral para una revista; dos, posar para el calendario Pirelli en el caso de que hubiera uno para hombres; o tres, atender un teléfono erótico.
Haría las tres cosas. Ja, ja, ja… No, yo creo que… Me daría igual. Por trabajar, por salir adelante… Me daría igual. Ahora, de las tres, si tuviera que elegir una… ¡Yo qué sé! Hombre, para hacerte famoso lo mejor sería un desnudo en la portada de la revista. ¡Y de ahí ya no te haría falta ni trabajar!
¿Pudiera ser entonces que viéramos al cocinero Adolfo Muñoz en pelotas en la revista Interviú?
Ja, ja, ja… ¡Lo haría! No tengo ningún problema, sinceramente.
¿Actuaría en una película porno?
Ahí está más difícil la cosa… ¿Sabes qué pasa? Podría actuar también, tampoco sería… ¡Bueno, si tuviera que comer por supuesto! Pero no, no… ¡Creo que tengo otras prioridades! Ja, ja, ja… ¡Yo no me encuentro en eso! Y si fuera por salvar a cualquier persona también lo haría, pero no, en principio no…
¿Debería abdicar el Rey ya en el Príncipe?
En estos momentos tan difíciles… La Monarquía no la tocaría. Tiene que pasar el tiempo, no se puede decir de hoy a para mañana que esto tiene que cambiar. Estando en sus cabales yo creo que… No es el momento.
¿Se ha pegado con alguien alguna vez?
Ja, ja, ja… Sí, sí… De pequeño me pegaba en Belvís de la Jara, mi pueblo, con algún amigo, pero de mayor no. Pero sí, sí… ¡Nos zurrábamos!
¿Ha recibido propuestas sexuales de una persona de su mismo sexo?
No, no… He tenido muchos amigos homosexuales, pero ninguno ni siquiera se ha insinuado. No, nunca.
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?
Bueno, raro, raro… ¿Más allá de la cama? Es que cualquier sitio… En el cielo… Bueno, en el cielo, ¡en un avión! Ja, ja, ja… ¡Y en una montaña helada!
¿En un avión? ¿Qué trayecto hacía?
¡No me acuerdo ahora mismo! Ja, ja, ja…
¡No se acuerda porque estaba en otra cosa, claro!
Ja, ja, ja…
A ver, explíqueme eso de la montaña helada…
Pues en una montaña helada con sol. Ja, ja, ja… En la nieve… ¡No hacía frío! Ja, ja, ja…