domingo, 24 de noviembre de 2024
Entrevista Irreverente a Juan Sánchez, director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha 21/03/2014junio 9th, 2017

Juan Sánchez Sánchez tiene 61 años y si mañana desaparecieran las bibliotecas sería poco menos como si le quitaran sus pies y sus manos. No en vano, es director de una, la más imponente, la de Castilla-La Mancha, situada en el Alcázar de Toledo.
Entre sus aficiones está… «Leer fundamentalmente, la música y ahora me estoy aficionando mucho al deporte, por mi hijo, pero sólo como acompañante. Ja, ja, ja… Y hablar con los amigos, no soy de los que milita en la desesperanza más absoluta y no estoy de acuerdo con la gente que piensa que todos los políticos son malos, unos defraudadores y unos ladrones… Creo que no y me gusta hablarlo con los amigos».
En 1973 comenzó a trabajar en la Biblioteca pública de Toledo y, acto seguido, en el servicio de Bibliobuses. Fue de 1973 a 1976 y recuerda que su compañero y él «tuvimos que hacer huelga cuando no había derecho de huelga. Uno visitaba con un bibliobús 100 pueblos de la provincia y el otro los 100 restantes. Nos íbamos los lunes y comíamos y dormíamos fuera, pero eso no nos lo pagaban, por lo que planteamos el tema y nos dijeron que aguantáramos. No nos negábamos a trabajar, pero sí a salir fuera y correr con los gastos, por lo que nos negaron el acceso, nos declararon en situación de huelga y nos demandaron. Al final nos despidieron. Fuimos a juicio y ganamos, pero decidieron indemnizarnos con cuatro perras y a la calle».
Fue entonces cuando opositó y entró a trabajar en el Institucio Nacional de Previsión, destinado en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, de administrativo en suministros. Hasta 1983, que le llamó el entonces consejero socialista José María Barreda, «a quien había conocido en Pau (Francia), y me hicieron un contrato como jefe de gabinete, ganando menos dinero, pero me apeteció. Desde 1984 a 1990, que presenté mi dimisión y regresé a la Consejería, puesto que era funcionario, como técnico base de administración. Hasta que me ofrecieron ser jefe de servicio regional de Libros y Bibliotecas, que no quería serlo nadie. Asumí el reto y estuve 15 años, de 1991 a 2006, cuando me destituyó Blanca Calvo».
Poco después le ofrecerían ser director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, donde hoy continúa. «Era la tercera vez que me lo proponían y todo el mundo me decía que no se me ocurriera en estos momentos, que no había recursos y estaban despidiendo a gente, pero me apeteció. Llevo un año y tres meses y estoy contentísimo, cada día que pasa estoy más contento. Porque es una actividad que te engancha y dirigir esta Biblioteca es un reto».
Es historiador y ha publicado numerosas investigaciones, además de ser académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Y aparte de todo eso…
Lean, lean…

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Imagínese que aparece por la Biblioteca de Castilla-La Mancha el fantasma del general Moscardó. ¿Qué libro le recomendaría?

El catálogo de la exposición que hicimos durante el 15 aniversario de la colección Borbón-Lorenzana, «Historia de una colección», para que viese que ha merecido la pena utilizar el Alcázar para conservar estos fondos y que se unan realmente los libros y la cultura en este edificio, que ha estado destinado a muchas cosas. No ha sido sólo un centro militar, fue casa de caridad, por ejemplo, en el siglo XVIII, que eso a veces se olvida… El cardenal Lorenzana hizo un centro ocupacional para que los pobres pudiesen estudiar algún oficio. ¡Eso fue muy avanzado! Teníamos la idea del episodio de 1936, del recinto militar, del palacio, pero ahora el general Moscardó estaría contento con un edificio que vive su edad de oro y que es utilizado por los ciudadanos. 600.000 personas que vienen a la Biblioteca y al Museo del Ejército.

En este edificio convive todo, las armas y las letras, algo que hace años nadie se podía imaginar…

Claro. Recuerdo que en 1997, antes de la inauguración de la Biblioteca, hicimos una visita a la que vinieron bastantes miembros de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas y yo tenía un poco de miedo de la reacción de alguno de ellos, pero vieron que había existido buena voluntad.

¿Hubo alguno que reaccionara mal? ¿Ni un mal gesto?

No. Incluso alguno, que había escrito en contra del proyecto inicialmente, cuando vio la seriedad de este proyecto se hizo partícipe. La Biblioteca ha sido un elemento de integración sociológica, es un centro abierto a todas las personas, a todas las ideologías, sin barreras… Y eso es lo que destacan los ciudadanos, que lo que quieren son servicios públicos. Hemos tenido actos a los que han venido representantes de todos los grupos políticos, ¡y eso me llena de orgullo! Yo sólo les digo una cosa: aquí sólo hay un límite, que es el respeto a los demás. La verdad se busca entre todos y para encontrarla hay que respetar al otro. La Biblioteca en el Alcázar ha servido para cicatrizar heridas y gente que inicialmente pensaba que iba a ser algo agresivo hacia determinadas ideas e ideologías, yo creo que no, creo que se ha hecho bien.

¿Y si mañana le dicen que se echa el cierre a la Biblioteca?

Sería una irresponsabilidad. Las Bibliotecas tienen que estar a pie de calle, y aquí la hemos hecho a pie de cielo. Hay que hacer muchas veces de la necesidad virtud. Lo importante es que los ciudadanos tienen una gran biblioteca y un centro vivo. Cerrarla hoy sería una gran irresponsabilidad. La imagen… Tengo cuatro hijos y recuerdo cuando eran pequeños y el Alcázar había acogido a la Biblioteca muy recientemente, dábamos la vuelta al Valle, no decían mira el Alcázar, papá; decían mira la Biblioteca. Ese es un cambio ideológico muy importante.

¿Por qué no se abre la Biblioteca de Castilla-La Mancha también los fines de semana completos y los días de fiesta?

Yo defiendo que las bibliotecas estén abiertas como otros servicios públicos, siete días a la semana. Pero es verdad que es muy costoso. Hay profesionales que no defienden eso, porque dicen que no es comparable este servicio público a otros como, por ejemplo, la Sanidad. Pero yo he defendido que este servicio público es, para los ciudadanos, de primera necesidad, básico, como la Educación y la Sanidad. Y si se pudiera, a mí me gustaría que la Biblioteca estuviera abierta domingos, festivos, con las plantillas que eso necesita. El problema de este edificio es que hay que abrirlo entero, no una parte, es un problema económico. En Castilla-La Mancha hemos tenido una política bibliotecaria muy progresista que ha permitido que tengan biblioteca los municipios de más de 1.000 habitantes e incluso menores. Ahora, con la nueva legislación de régimen local me da miedo porque alguien puede tener la tentación de pensar que las bibliotecas son caras y no hacen falta porque ya está Internet. Sin embargo, las bibliotecas son la puerta democrática de acceso a la información, es un centro vivo de debate, de encuentro, con la crisis vienen más ciudadanos para informarse… Son más importantes que nunca. Habrá que quitar de otros sitios, pues habrá que tirar menos cohetes o hacer otras cosas, pero las bibliotecas públicas son centros auténticamente neurálgicos en la ciudad.

Hubo un tiempo en el que la Biblioteca dejó de recibir material e incluso pedían libros a los usuarios…

Sí. Yo no comparto ese criterio. Los que somos servidores públicos tenemos que tener la situación que en cada momento tenemos y utilizar esos servicios con la mayor rentabilidad y buscar fórmulas imaginativas para cuando llegan las vacas flacas. Pero yo no soy partidario de que los usuarios traigan libros a la Biblioteca porque no podemos comprarlos. Como no soy partidario de que lleven jeringuillas a un centro de salud porque no puedan comprarlas. ¡Los servicios públicos son servicios públicos! Los pagamos los ciudadanos y tienen que ser dignos. ¿Que tenemos menos recursos? Pues tendremos que ver cómo lo hacemos. Este año tenemos un presupuesto de 30.000 euros para adquisiciones, pero estamos buscando fórmulas de mecenazgo e intentando la complicidad con otras instituciones. ¿Cuál es mi responsabilidad como director? ¿Llorar y decir que tenemos menos recursos? ¡No! Mi responsabilidad es generar una fortaleza en este centro y que venga todo el mundo. La Biblioteca es un centro democrático y gratuito.

Explíquele a un joven por qué tiene que coger un libro antes que irse de «botellón»…

Pues porque los libros son la luz. El libro ilumina. El «botellón» tiene una parte de estar con los amigos, de hablar, pero a mí eso… Hicimos una experiencia de «bibliobotellón» que vamos a repetir, para que vean que las palabras también merecen la pena, que podemos dialogar en la Biblioteca. ¿Por qué los jóvenes tienen «botellón»? Porque la sociedad no les está brindando los servicios públicos necesarios para su ocio. Si hubiese más bibliotecas, más centros sociales para ellos probablemente no estarían bebiendo en la calle. Estoy convencido de que si tuviésemos más horario tendríamos aquí a muchos jóvenes en vez de estar bebiendo por ahí. Las administraciones públicas tienen que ser conscientes de que tienen una responsabilidad en la formación de las personas. ¡Lo tienen las familias, pero también los políticos! ¿Por qué no puede haber un sitio donde hagan teatro, música…? Si yo no digo que no se pueda beber una cerveza o una copa en compañía, si lo hemos hecho todos cuando hemos sido jóvenes, pero no sólo beber copas…

¡A las barricadas! Recuérdeme ese Comité en Defensa de la Biblioteca Pública que montaron hace ya muchos años…

Fue para defender a la Biblioteca pública de Toledo, que primero fue cerrada por falta de espacio y de personal, que cuando el Ministerio había encontrado una solución para ampliar su sede del Miradero a Santa Fé decidieron que no era sólo para la Biblioteca sino también para el Museo y no resolvía el problema de nadie y yo me puse al frente, con otros jóvenes intelectuales, creadores, sindicalistas… E hicimos la primera rebelión ciudadana que se ha hecho en Toledo por una biblioteca. Eso fue a finales de los años 70 del siglo pasado. Luego hubo que hacer esto mismo en otros momentos, por ejemplo, cuando se iba a instalar la Biblioteca aquí, en el Alcázar, hubo un momento de grave crisis, ya que se decidió que no podía ocuparse todo y sólo una planta, la noble, lo que suponía que al Alcázar sólo hubiera venido el fondo antiguo, la colección Borbón-Lorenzana, los fondos restantes quedarían en el Miradero y la Biblioteca regional no se creaba. Yo era jefe de servicio de Bibliotecas y eso me pareció que era una barbaridad, pero conseguimos buscar la complicidad de la sociedad y se articuló otra vez un Comité en Defensa de la Biblioteca Pública y convencimos a las autoridades de entonces de que ésa no era la solución. Y de la planta noble pasamos a la última planta, con lo que se ganaron muchos metros. De mil y pico metros pasamos a tener cinco mil y pico.

Elija un libro para leer usted.

Estoy leyendo ahora un poemario de María Luisa Mora que me encanta. Y otro que me impresiona mucho es «Querigma», del fundador de un movimiento religioso, Kiko Argüello, del camino neocatecumenal, que cuenta cómo surgió el camino entre los pobres en Madrid y está ayudando a mucha gente. Yo soy creyente y explica cómo se puso a Cristo entre los hombres en las barracas de Palomeras Alta. Libro que está teniendo una difusión impresionante en todo el mundo. Al principio lo leí y ahora lo estoy releyendo.

Me dice que es creyente, pero a mí me dicen que es muy, muy creyente…

Bueno, ¡no sé…! Ja, ja, ja… Yo soy creyente y me siento miembro de la Iglesia. Publiqué el año pasado un libro, «Hombre en camino», donde intento dar testimonio de la fe y de lo que la fe hace en las personas. Tengo muchísimos amigos no creyentes y respeto a todos, igual que quiero que me respeten. Me siento amado, me siento un hijo de Dios, me siento feliz en la Iglesia, amo a la Iglesia y creo que la Iglesia ha hecho en la sociedad una labor impresionante que mucha gente no conoce.

¿Y el libro que le hubiera gustado escribir?

Me gustaría escribir un libro en el que yo me vea en Toledo, en el que me meta en Toledo, porque es la ciudad en la que vivo, a la que amo, de la que no he querido marcharme… No sé si algún día lo haré, porque tengo envidia de Félix Urabayen y de estos escritores.

¿De quién fue la idea de montar la Biblioteca en el Alcázar?

Yo creo que fue una idea compartida. Recuerdo que comenté a José María Barreda la necesidad de resolver el problema de la Biblioteca pública y me dijo que qué me parecía el Alcázar. Le respondí que magnífico. Pero yo no sé si previamente el propio presidente José Bono había tenido la idea. Sí sé que yo entonces, que era jefe de gabinete del consejero de Educación y Cultura, Barreda, hablamos de este tema e hicimos una visita. Confieso que no había estado nunca en el Museo y creo que Barreda tampoco. Era el Museo del asedio y bueno, no habíamos venido. Entonces sacamos dos ticket, porque lo que queríamos era ver el Alcázar, el edificio en sí, y comprobamos que era un espacio muy desaprovechado para lo que podían ser servicios públicos. Y nos pusimos manos a la obra porque pensamos que se podía montar un gran centro cultural. Al final se consiguió con mucho esfuerzo y mucha cordura, aunque se tardó muchos años.

¿Con qué autor tendría una charla y se tomaría un café?

Con Félix Urabayen, una persona que era muy crítica pero muy constructiva. Una persona que fue muy atacada pero del que algunos dicen que fue el que mejor ha escrito sobre Toledo.

¿Casaría a dos personas del mismo sexo?

No. Porque soy partidario de que el matrimonio sea siempre entre un hombre y una mujer. Lo cual no significa que no entienda a las personas que piensan que tienen otra identidad. Pero yo digo… Entiendo que otra persona lo haga, una autoridad o un juez, pero yo no lo haría. Cada uno tiene su libertad para vivir su vida y compartirla con quien desee. Pero para mí, desde mi experiencia vital, creo que la mejor fórmula es el matrimonio para toda la vida. Me casé en 1978 y estoy muy contento, entiendo los problemas que surgen… Cuando surge un divorcio entre amigos y tal me hace daño y veo el sufrimiento. Soy partidario siempre de reconstruir las historias e intentar. Pero hay otras personas que prefieren… Yo soy un luchador. En todos los matrimonios hay problemas y fases peores. Pero si en otras cosas he sido un luchador, en los temas personales también.

¿Messi o Cristiano Ronaldo?

¡Qué curioso! Les digo en la Biblioteca que yo no soy ni Messi ni Cristiano Ronaldo para dirigirla, yo creo más en el equipo que en las individualidades. No podría hacer nada si no fuese porque tengo un equipo. En los partidos de fútbol a veces las grandes individualidades no resuelven. ¡Yo soy del CD Toledo!

¿Tiene algún parado en su familia o entre sus amigos? ¿Ha podido hacer algo por ellos?

Tengo, que esté en edad de trabajar, mi hija mayor, pero no hago nada porque tiene que buscarse ella la vida. Cuando estamos en determinados puestos no solamente hay que ser bueno sino que además hay que parecerlo. Yo le digo que eche todos los curriculums, que se forme… Siempre tienes familiares y amigos que están en el paro, y aunque no es fácil, la gente tiene que buscarse sus salidas. A mí nadie me ha regalado nada, quedé muy pronto sin padre y eso te marca para toda la vida, te hace luchar mucho…

Si fuera juez, policía, banquero, abogado, cerrajero, funcionario de Justicia… ¿Intervendría en un desahucio u objetaría?

Objetaría. Me produce mucho dolor.

¿Cuál ha sido su mayor locura por amor?

Pues probablemente… La elección más difícil es casarse. Porque cuando eliges a una persona estás rechazando al resto de miles… Entonces, ¡casarme! Y no sólo no estoy arrepentido, sino que cada vez más contento, lo cual no signifique que, como en cualquier matrimonio, no surjan problemas.

¿Cuántos idiomas habla?

La verdad es que bien solo el castellano. Un poco de francés y un poco de inglés.

Si mañana le tocara la lotería…

Intentar pagar la hipoteca, que me vine a Toledo hace tres años y medio y es la tercera o cuarta vez que hipoteco. Tengo hipoteca hasta el año 2020. Soy de pocas necesidades, y si me sobrase lo donaría a alguna ONG, a Cáritas, Manos Unidas… No haría nada en especial.

Si fuera presidente del Gobierno de España, lo primero que haría sería…

Es que puede ser muy frívolo… Yo establecería una legislación, la ley de bibliotecas, con la obligatoriedad de la biblioteca pública como servicio para todos los ciudadanos de este país. No lo ha hecho nadie.

¿Existen los extraterrestres?

Pues la verdad es que cuando veo a Íker Jiménez, que me parece una persona seria, pues al final creo que sí. No soy muy partidario de… Pero me hablaban de este programa, de «Cuarto Milenio», y un día mi mujer me dijo que me fijara en las cosas que decía este hombre. Siempre tiene una intervención final en su programa que me parece de una sensatez, de una mesura, que es una persona profunda… Viendo una persona como ésta, que conoce ese entramado, pues yo creo que sí, por qué no van a existir los extraterrestres… ¡Creo que sí!

¿Por cuál de estas situaciones pasaría para ganarse la vida? Uno, hacer un desnudo integral para una revista; dos, posar para el calendario Pirelli si hubiera uno para hombres; o tres, atender un teléfono erótico.

Pues haría objeción y no haría ninguna de las tres. ¡Aunque me muriese de hambre! Me iría a recoger aceitunas o lo que sea, pero no lo haría. Hay artistas que objetan, yo sé de gente que dice que no actúa en una película y no les llama nadie. La gente que tiene convicciones me gusta, todos tenemos errores, hacemos algo mal, el que esté limpio de culpa que tire la primera piedra, como dice el Evangelio, pero las cosas que tengo claras deseo ser consciente de ellas y no hacerlas.

¿Actuaría en una película porno?

No. Porque va en contra de mis principios. Desde pequeño me enseñaron una serie de cosas, el pudor y tal, y se lo estoy enseñando a mis hijos. Y sería una contradicción conmigo.

¿Debería abdicar el Rey ya en el Príncipe?

Dice Santa Teresa que en tiempo de tribulación no hacer mudanza. Creo que nadie es imprescindible, pero ahora mismo no sería bueno que abdicase. Porque podría afectar incluso… La Corona ha dado estabilidad política a este país, lo que pasa es que probablemente haya que hacer las reformas constitucionales que sean necesarias, pero creo que la abdicación del Rey podría crear más problemas y más confusión… Lo que podría ser aprovechado por personas que quieren desestabilizar más el régimen.

¿Se ha pegado con alguien alguna vez?

Sí. De chiquitito. De mayor no. Recuerdo que yo era muy nervioso de crío y me pegué un día con un chaval, yo vivía en Nambroca y había un teleclub, donde íbamos a ver la televisión porque no había en las casas. Entonces la parroquia compró un televisor y allí íbamos todo el pueblo y pagábamos unos céntimos, estoy hablando de los años 60, y recuerdo que entonces yo era seguidor del FC Barcelona, mientras que todos los del pueblo eran del Real Madrid. No sé qué pasó en el partido pero sí nos pegamos un chaval y yo, aunque la cosa no pasó a mayores. Luego, con los años, me fui pacificando y tengo vocación de diálogo y de pacificador.

¿Ha recibido propuestas sexuales de una persona de su mismo sexo?

Nunca. Por lo menos no he sido consciente.

¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?

Yo soy muy conservador. El amor lo concibo con mi mujer, nada más, y en la cama, efectivamente.

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