El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha abogado por ayudar a los sectores agrarios que más dificultades están teniendo, sectores entre los que mencionaba al del cultivo del olivar -«no se puede mantener la misma ayuda a un cultivo de bajo rendimiento sin agua que a uno de mucho rendimiento con agua»- o del girasol.
Esta es una de las prioridades mencionadas por el responsable del Gobierno regional durante su intervención en el desayuno informativo «Espacio Reservado» organizado encastillalamancha.es en Alcázar de San Juan, un foro patrocinado por Globalcaja con la colaboración de la DO La Mancha y del Hotel Intur en el que también ha puesto el acento en otros cuatro retos, dos de ellos la definición del agricultor y de la agricultura que queremos y la desaparición de los derechos históricos. Sobre esto último ponía de manifiesto las «contradicciones del sistema» ya que «no puede ser que un señor esté cobrando por un olivar de regadío que tenía en 1999 cuando hoy en día tiene otro tipo de cultivo». Para el consejero el mayor problema en este sentido lo tiene Andalucía y «somos mayoría las comunidades autónomas que queremos que desaparezcan estos derechos». Su apuesta también pasar por tender a un modelo de convergencia de ayudas, de tal forma que el propietario de un olivar de Castilla-La Mancha pueda cobrar lo mismo que el de otra parte de España, máxime cuando -añadía- la ayuda media por hectárea a nivel nacional es de 154 euros y en nuestra región es de 105 euros. «Por eso soy tan crítico».
Ante un auditorio de alrededor de 200 personas -sobre todo representantes del sector agrario y ganadero, pero también del ámbito político y económico- en esta exposición de retos Martínez Arroyo no ha pasado por alto su defensa del establecimiento de un techo de ayudas por explotación, ayudas cuya cuantía estaría entre los 60.000 y 100.000 euros y «un límite que la explotación podría superar cuando genere empleo».
El pago redistributivo a los empresarios para dejar atrás el «café para todos» fue el quinto de los aspectos planteados por el titular de Agricultura como reto a afrontar.
«No queremos perder a ningún agricultor entre los beneficiarios de la PAC»
Durante el desayuno informativo, Francisco Martínez Arroyo volvió a mostrarse confiado en que en la negociación de la Política Agraria Común (PAC) al final habrá una propuesta que mejorará la rebaja de fondos planteada al inicio, una cuestión -apuntaba- que se resolverá a lo largo de este mes.
Afirmaba que «no queremos perder a ninguno de los agricultores y ganadores de la región que reciben ayudas de la PAC», un total de 100.000, comprometiéndose con aquellos que crean más riqueza y más puestos de trabajo, pero sin olvidar -expresaba- a los pequeños y medianos productores.
Apuesta por dar cabida a todos en la Política Agraria Común, para lo cual propone reeditar un régimen de pequeños agricultores con una ayuda básica y trabajar de manera decidida con los grandes productores.
Sobre la importancia de la PAC el consejero ha dicho que representa el 56 por 100 de los fondos que llegan a España, unos fondos que «van directamente a agricultores y ganadores», siendo Castilla-La Mancha la comunidad que primero paga el anticipo, algo sobre lo que se mostraba «muy orgulloso».
«Estamos hablando de 700.000 agricultores perceptores de la PAC en España, 100.000 en Castilla-La Mancha; y de 800.000 trabajadores asalariados en España y 50.000 en la región. Con estas cifras es muy importante hacer un esfuerzo para mantener los recursos públicos de la PAC», explicaba.
Esta cuadragésimo novena edición de «Espacio Reservado», que se ha desarrollado en el Hotel Intur de Alcázar de San Juan, ha contado con el patrocinio de Globalcaja y con la colaboración de la DO La Mancha y del propio hotel Intur.