Tres torres y una base de muralla de unos 30 metros que estaban ocultas es el balance de lo que se descubrió durante las obras de restauración que el Ministerio de Cultura llevó a cabo en la muralla medieval del Paseo de Cabesteros, en Toledo.
Hallazgo que fue adelantado en marzo por encastillalamancha.es.
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Los trabajos, llevados a cabo por la Dirección General de Bellas Artes, a través del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), contaron con una inversión inicial de 237.601,95 euros.
Un torreón de planta rectangular, un tramo de muralla…
Gracias a los trabajos de control arqueológico, al realizar los tareas de limpieza de la muralla, se pudo documentar la presencia de un torreón de planta rectangular, así como un tramo de muralla de origen andalusí.
A partir de este primer hallazgo e, incorporando los estudios de Arqueología de la Arquitectura y análisis arqueométricos, se detectó cómo, embutida en fases posteriores, existían dos torres más que fueron amortizadas por construcciones modernas, principalmente por la construcción del Hospital de Santiago.
El califa Abderramán III
En total, tres nuevas torres y un tramo de muralla que pertenecen a las obras de Al-Hizam construido por el califa Abderramán III en Toledo en el primer tercio del siglo X.
El aparejo de esta obra, realizado mediante una técnica de sillares a soga y tizón, pertenece a la denominada arquitectura oficialista del Califato Omeya, donde se muestra el poder a través de las formas de edificación en sillería y modulación de las piezas en su colocación.
Un hallazgo de gran importancia ya que, por primera vez, se pudo documentar arqueológicamente el cierre suroriental de esta área palatina de los Omeyas en la ciudad de Toledo.
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Limpieza, estabilización de taludes…
Y al haber podido constatar la cronología y presencia de este gran espacio Omeya, se podrá comprender mejor el resto de los tramos de muralla de este costado de la ciudad, donde pueden existir más tramos de este recinto.
Se consolidaron los lienzos accesibles y se completó la zona de coronación en la que se había producido pérdida y caída del material pétreo. La consolidación se realizó con hormigones de cal compatibles con los materiales originales. También se limpiaron y estabilizaron los taludes situados sobre la muralla, dándoles acceso para facilitar su mantenimiento y colocando drenajes y líneas de vida para evitar caídas.