Acumulamos años vertiginosos como si fueran un mal día. El mundo global es volátil y los problemas se agigantan, expanden y olvidan -que no solucionan- a un ritmo de vértigo. Pandemia, guerra, olas de calor como nunca -más sequía y ciclones-, asesinatos machistas sin fin y en modo récord son palabras y situaciones que antes eran por sí solas el problema del año, a veces el lustro o la década. Ahora, todas en 12 meses… ¡Qué mareo!
Pero vivimos momentos a bordo del primer cuarto de hora del siglo XXI en los que no podemos dedicar tanto tiempo a un solo problema. Arrancamos 2022 aún con ola de Covid, aunque las vacunas habían dado una tregua a los efectos más graves y a las cifras de fallecimientos. Aún llevábamos mascarilla obligatoria y en la sanidad era visible el coronavirus y sus efectos sobre la atención rutinaria.
A punto de dejar atrás lo peor de la pandemia, estalló la guerra de Ucrania por la invasión de Rusia. Los efectos humanitarios siguen siendo terribles y los económicos no van a la zaga, sin que se adivine el final de unos y otros. Los refugiados con acento ucracinano han sido un rostro conocido por todos los lugares, también en esta comunidad autónoma.
No era nuevo de este año, pero 2022 ha sido de los más trágicos de eso que llamamos serie histórica. En Castilla-La Mancha, el peor de todos con registro de crímenes machistas. Despedimos el año con la tragedia en Escalona tras el asesinato de una mujer a días de dar a luz a su bebé, también muerto por las puñaladas que se llevó la madre. Con Elena sumaron 7 las mujeres asesinadas a manos de su parejas o exparejas. La violencia machista campa a sus anchas. Es evidente que no hacemos lo suficiente.
En 2022 no nos visitó Filomena, pero tuvimos sequía, olas de calor que aumentaron el poder devastador de algunos incendios y fenómenos extremos con fuertes daños por tormentas dejadas por DANAs, ciclogénesis y otros términos meteorológicos recientemente aprendidos y que suelen venir acompañados de desgracias cada vez que los pronunciamos. Dicen que en esta misma década conoceremos los 50 grados.
Soy de natural optimista y confiada, así que prefiero quedarme con el hecho de que somos la sociedad más pacífica, la más inclusiva e igualitaria y la más avanzada científica y tecnológicamente, al menos en este lado del mundo. Hemos sido capaces de responder con ciencia en muy poco tiempo a una amenaza tan terrible como el coronavirus. Y me gusta ver a las nuevas generaciones responsabilizadas con la sostenibilidad y a muchos de los que somos anteriores a la inteligencia artificial decididos e implicados en mejorar nuestra conciencia verde.
Pese a todo, la economía aguantó. Y hasta le ha llegado esperanza al Tajo, el «delito» ecológico que nos rodea por un trasvase que es al mismo tiempo una injusticia histórica, una sangría medioambiental y una condena económica para un territorio del que se saca el agua en favor de otro al que se le deriva desde hace más de 40 años.
El ser humano, capaz de lo peor, también nos ha dejado grandes historias para la fe en Sapiens. Relatos que hemos convertido en noticias con ejemplos de superación, de investigación, de solidaridad, de éxito por el esfuerzo y el talento y de cuantas cualidades pueden reunir las personas cuando la brújula guía en la dirección correcta.
Os dejo a mano el resumen en noticias, fotografías y vídeos del año que acabamos de despedir.
Y os deseo un 2023 lleno de buenas noticias.
Así fue 2022… El año poscovid en 38 noticias de encastillalamancha.es
Así fue 2022 en Castilla-La Mancha, las fotos que nos lo han contado
Así fue 2022 en Castilla-La Mancha, los vídeos que nos lo han mostrado