Cerca de 66.000 personas atendidas en más de 144.000 respuestas repartidas por 80.000 kilómetros de territorio, en una de las poblaciones más dispersas de Europa, con mucha población mayor y predominio del medio rural son cifras que dan idea de la ingente labor de Cruz Roja en Castilla-La Mancha durante la pandemia de coronavirus que nos azota.
Pero las estadísticas no reflejan del todo el impacto en la salud, las emociones y, en definitiva, las vidas de las personas de lo que supone ver el rostro de alguien que recibe una bolsa de comida tras perderlo todo.
Los datos no son suficientes para plasmar cómo es la mirada agradecida y humedecida por las lágrimas de gratitud de la persona mayor que dispone a domicilio de su medicina cuando no puede desplazarse a por ella.
Los números tampoco son suficientes para describir la satisfacción de quien encuentra una voz amiga y entregada cuando llama con la voz de la desesperación.
Para conocer las cifras, pero también para poder contar las historias humanas que hay detrás -o mejor, delante- de ellas, hemos hablado con responsables y voluntarios de la ONG en la comunidad autónoma.
Nos han dejado su testimonio para #ENCLMTienesTodo Jesús Esteban, presidente de Cruz Roja en Castilla-La Mancha; Jesús Rodríguez, coordinador regional; y los voluntarios Quique Jiménez Silva y Leticia.
Jesús Ortega: «La respuesta de CLM ha sido impresionante»
«Hemos atendido a más de 60.000 personas, con más de 144.000 respuestas; es decir, que a una misma persona la hemos ayudado varias veces. Y pretendemos atender en CLM a 50.000 personas más«, comienza contándonos Jesús Esteban.
Y es que considera que «la respuesta en Castilla-La Mancha ha sido impresionante, con la incorporación de más de 850 nuevos voluntarios«, pero ni siquiera esta cantidad de recursos ha sido suficiente para llegar a todo y a todos ni para borrar pesadillas como «ese momento en el que parece que las residencias están desbordadas y que allí no hay nadie que pueda atender a las personas. A mí me afectó mucho…»
«En positivo, que cuando he ido a la compra he visto a la gente mucho más cercana, nos sentíamos seres humanos, que antes pasábamos como máquinas», apostilla el presidente de Cruz Roja en CLM.
Cruz Roja sigue en alerta
La alerta sigue en las asambleas de Cruz Roja, consciente de que les queda mucho trabajo por delante mientras el virus campe a sus anchas. Los 11 millones de euros de la campaña “Responde”, impulsada con la colaboración de Pau Gasol y Rafa Nadal, que logró recaudar 11 millones de euros en 10 días, ya es historia.
Se necesita más y Jesús Esteban llama a mantener vivo el espíritu solidario de los primeros meses.»La gente responde muy bien en momentos puntuales, pero luego se cansa eso que se llama la fatiga de la solidaridad y ahora ha caído en picado».
[ze_summary text=»Hay que mantener vivo el espíritu solidario, los efectos del Covid siguen, recuerda Jesús Esteban»]Hay que mantener vivo el espíritu solidario, los efectos del Covid siguen, recuerda Jesús Esteban[/ze_summary]Esteban precisa que «nunca hemos nada a nadie sin un informe previo de los Servicios Sociales».
Y lamenta que sigamos viendo «cosas que sencillamente no tendrían que existir, me estoy refiriendo por ejemplo al asentamiento de temporeros de Albacete, que eso existiera el 1 de enero, mal; pero que siguiera existiendo el uno de mayo… no le encuentro ninguna justificación…». Cruz Roja equipó en horas un polideportivo para mejorar la situación, pero teme que con la vendimia y otras campañas agrícolas por delante la situación se repita en este o en otros lugares.
«Mi nieta me dice, abuelo, a que cuando se vaya el virus seremos todos más felices?». Ojalá tenga razón la niña.
Este es el testimonio de Jesús Ortega:
Jesús Rodríguez y los momentos más complicados
Jesús Rodríguez, coordinador de Cruz Roja de Castilla-La Mancha, tiene claro los momentos más duros. Y los recuerda emocionándose. Imposible contener las lágrimas rememorando situaciones como «cuando nos enteramos del fallecimiento de una compañera. Fue uno de los momentos más complicados».
La cara de la moneda ha sido «vislumbrar cómo esa solidaridad primaria que se da en todas las sociedades se puso en evidencia».
Organización, planificación, coordinación
Una de las cosas que ha dejado clara la actuación en pandemia es «la importancia de la organización, la planificación y la coordinación«, que son elementos claves en el trabajo de Cruz Roja y, por ende, en la eficacia de las respuestas.
Cruz Roja comenzó a prepararse a mediados de febrero, previendo escenarios, haciendo acopio de material, elaborando planes de contingencias… Aún así «nos quedamos cortos en la respuesta vinculada a las necesidades de las personas, calculamos un tercio de lo que al final ha sido necesario».
En cuanto a la ayuda sanitaria, Jesús Rodríguez cita que han podido ayudar al sistema de salud con acciones como las ambulancias que se llevaron a Albacete y Azuqueca de Henares o con «el traslado de medicamentos, fundamentalmente de farmacia hospitalaria, alguno comunitaria», especialmente en los hospitales Virgen de la Salud en Toledo, y Santa Bárbara, en Puertollano.
«Uno de los ámbitos en los que más se trabajó es con las personas mayores que tenían alguna dificultad para acceder a los medios básicos», recuerda Jesús Rodríguez.
Miles de llamadas
Además de acompañar telefónicamente a través del programa «Responde»: «A 12 de junio se ha atendido a 3.700 personas, fundamentalmente mayores, se les llamó con frecuencia y a otras 7.000 se les venía informando de distintas cuestiones».
Más de 11.000 unidades familiares, que han recibido 23.000 ayudas. 65.554 personas atendidas por Cruz Roja en la comunidad autónoma desde el sábado 14 de marzo.
Y listos para continuar, conscientes de lo que queda con respecto al coronavirus y sus consecuencias para las personas en todos los sentidos.
Este es el testimonio de Jesús Rodríguez:
Enrique Jiménez Silva y la entrega de alimentos
Enrique Jiménez Silva es un veterano en la ONG. En esta ocasión ha trabajado como voluntario de Cruz Roja en el programa de distribución de alimentos.
Tiene claro que “la ventaja de una organización como Cruz Roja es que ya hay mucho camino recorrido».
Y explica que «cuando uno es vulnerable, en momentos de pandemia te haces muchísimo más vulnerable y se amplía mucho ese nivel de población que necesita ayuda. Nosotros hemos estado allí y lo que hacíamos fundamentalmente, con el filtro de los servicios sociales, era recibir a una serie de familias que necesitaban alimentos básicos: leche, pastas, legumbres…».
«Veías en la cara de la gente ese ¡menos mal que estás ahí!»
Cuándo le preguntamos que veía en los rostros de las personas a las que llevaba alimentos, su respuesta es contundente: «Que estabas haciendo útil todos los grandes discursos, dices si al final es dar una botella de leche a esta señora. Lo que veías era sobre todo agradecimiento y esa cara de ¡menos mal que estáis ahí!».
Piensa que «de las tres patas importantes de esta crisis el daño social es el que menos se está visualizando,, pero también es el que se está atendiendo de una manera más completa, aunque sea más callada».
«He confirmado lo que sabía, que se saca mucho más de lo que se da. He visto la necesidad de tener una gran organización hasta para ser solidarios, no basta con la voluntad».
Este es el testimonio de Quique Jiménez Silva:
Leticia: «Una bofetada de realidad»
Leticia Cedido llamó por teléfono a mediados de marzo a Cruz Roja para ofrecerse como voluntaria. Fue incluida en el programa Responde, desde el que la ONG atendía telefónicamente distintas situaciones.
«Al otro lado del teléfono había un poco de todo, pero la mayor parte de la gente llamaba para pedir ayuda, gente que estaba sola, gente que tenía mayores en casa y no sabía si salir para no ponerlos en riesgo, gente que se quedó sin nada… Y también gente que, sobre todo, necesitaba hablar», relata Leticia.
Día tras día, a cada hora, «una bofetada de realidad estar al teléfono, te das cuenta que hay verdaderos dramas, auténticos problemas y te das cuenta que lo peor a lo mejor no es estar en un ERTE, sino gente que se había quedado literalmente en la calle, sin nada. Gente que está aislada y no entendía nada y desde Cruz Roja esa labor ha sido muy importante».
«Hay que confiar en el ser humano»
Su experiencia la lleva a decir que «recibes muchísimo cuando te haces voluntario» y en su memoria quedan, sobre todo, las llamadas de «las personas mayores, que son las que más hondo te llegan, sientes que son las más vulnerables…».
Su lección, en medio del dolor y la tragedia que nos deja la pandemia de coronavirus, es que «hay que confiar en el ser humano. He visto un montón de gestos bonitos. Me llevo la impresión de que el casi todos los seres humanos tienen muy buen corazón y son muy solidarios. Y en España, más».
Este es el testimonio de Leticia:
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