Mandado edificar por los Reyes Católicos a Juan Guas en 1476, “se ha llegado a afirmar que San Juan de los Reyes es el primer monumento de Toledo que no adopta la más leve señal del arte árabe o mudéjar”, dice la página web oficial del monasterio de San Juan de los Reyes, el hermoso templo que corona el barrio de la Judería toledana y el lugar elegido por el presidente de las Cortes de CLM, Jesús Fernández Vaquero, para recomendar a los lectores de “En Navidad, Toledo”.
Aquí se casó hace 40 años y aquí bautizó al primero de sus tres hijos, por lo que este emblemático edificio que impresiona tanto por dentro como por fuera evoca al político “añoranza, recuerdos, cariño y muchas sensaciones únicas”. En aquella época su esposa y él eran docentes en la localidad manchega de Villacañas.
[ze_summary text=»Me casé hace 40 años en San Juan de los Reyes; el monasterio y mi matrimonio, de las pocas cosas que no han cambiado en Toledo»]Me casé hace 40 años en San Juan de los Reyes; el monasterio y mi matrimonio, de las pocas cosas que no han cambiado en Toledo[/ze_summary]
Limpiado y restaurado recientemente, el templo suma a sus maravillas arquitectónicas el descubrimiento de nuevas pinturas murales aparecidas con las últimas obras. La nave cubierta con bóvedas de crucerías, magnífico artesonado o un doble claustro con los signos de los Reyes Católicos y el archicitado “tanto monta, monta tanto” son paradas inolvidables de la visita al monasterio de San Juan de los Reyes.
Vaquero bromea: “San Juan de los Reyes y mi matrimonio son de las pocas cosas que no han variado en Toledo en los últimos 40 años”. Si bien, se alegra de que “hoy Toledo es una ciudad mucho más abierta y menos encerrada en sí misma”.
Mazapán para todo el año
Buen conocedor de la gastronomía toledana, Jesús Fernández Vaquero ofrece varias recomendaciones. Así, recuerda que “siempre que veníamos mi mujer y yo a Toledo íbamos a Casa Ludeña, en la plaza de Bahamontes, a comer carcamusas. Evidentemente ya estaban los famosos mazapanes de Santo Tomé y el de las monjas. Y también era típica la famosa perdiz toledana de la Venta de Aires, un plato exquisito y típico de la zona”.