Formando parte del reportaje «Legado artesano, inconfundible», para dar a conocer la marca de excelencia «Legado Artesano de Castilla-La Mancha», encastillalamancha.es expone las experiencias de cinco maestros artesanos de la cuchillería (Manuel Fernández, de Cuchillería Artesana Fernández, Albacete), cerámica (Santos Timoneda, Talavera), bordados (Rocío Lozano, Lagartera), damasquinado (Raquel de la Torre, Togashi, Toledo) y encajes (Mari Carmen y Paqui Manzano, Encajería Casa Manzano, Almagro), buenos exponentes de la mejor artesanía de Castilla-La Mancha, que se rige por los mayores estándares de calidad.
En el especial «Legado Artesano, inconfundible» de encastillalamancha.es queremos dar a conocer todo lo que tienes que saber sobre el nuevo sello de calidad, con información útil para diferenciar la buena artesanía que se hace en Castilla-La Mancha y con testimonios de sus «guardianes», los artesanos y artesanas de la región que mantienen viva la llama de unos oficios que son pura esencia castellanomanchega.
Manuel Fernández Rovira (Cuchillería Artesana Fernández, Albacete)
Cuchillería Artesana Fernández, regentada por Manuel Fernández Rovira en Albacete, es una empresa de tradición familiar dedicada a la fabricación de navajas y cuchillos con una elaboración totalmente artesanal.
Manuel Fernández Rovira es la cuarta generación de cuchilleros artesanos. Empezó en el oficio a los 16 años. A los 22 decide dedicarse de lleno a la artesanía y a realizar sus primeras piezas.
Todo lo hace a mano, desde la hoja en el yunque hasta el templado de la misma en la fragua y los trabajos de empuñaduras a base de lima y martillo. Otra de las especialidades de la casa es la reproducción de cuchillería antigua española y francesa de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Lo que hace es de colección y cuchillería deportiva (esta sobre todo para uso, en montaña y para la caza y pesca). En cuanto a la navaja y cuchillo de colección, es lo que más le representa. Lo que más vende es la cuchillería clásica de Albacete, que es una pieza única pero para uso, como una herramienta de corte y trabajo para llevar en el bolsillo. Todo lo elabora artesanalmente, hecho a mano: la hoja, la empuñadura, el sistema de cierre; y con materiales naturales (el 90%, (maderas nobles, huesos, caparazones…).
Acuden a él sabiendo que su artesanal es 100% artesanal
Manuel no tiene que preocuparse de que el cliente “descifre” si su producto es 100% artesanal o no, ya que acuden directamente a él conociendo la pureza artesanal de su producción: “El 80% del cliente que me compra sabe quién soy. Son coleccionistas que me buscan, no al revés”, explica.
«La marca de calidad es muy importante»
Para este maestro artesano, la marca de calidad “Legado Artesano de Castilla-La Mancha”, a cuya presentación asistió, es “muy importante” para ellos: “La marca que más usamos en Albacete es AB-Cuchillería, una patente creada para empresas que garantiza que la pieza está creada 100% en Albacete. Estas cosas son muy importantes”, subraya.
“El Legado Artesano de Castilla-La Mancha, creado hace unos meses, me hizo ilusión porque hay muchos tipos de artesanía pero esto representa como a la ‘alta’ artesanía. Es importante que tenga su propia marca”, añade.
Cerámica Santos Timoneda (Talavera)
Santos Timoneda (calle Templarios, 1, 45600 Talavera de la Reina, Toledo) es una empresa talaverana de cerámica que elabora todo tipo de productos para particulares e instituciones. Es de carácter familiar, conformada por cuatro hermanos que han heredado la creación del padre, Santos, allá por 1969.
Esta empresa talavera también elabora productos de temática religiosa, imágenes de todo tipo. Ahora tienen una pendiente para un convento. Los religiosos son artículos de cerámica “que siempre se han usado, tanto por particulares como por instituciones”, destaca Santos, uno de los hermanos, quienes han cambiado el sistema de fabricación “ya que la venta ha cambiado totalmente, no hay clientes mayoristas que antes vendían a otras tiendas”, explica Santos.
«Se valora más la cerámica, está mejor vista»
La forma que tienen de desenvolverse actualmente es a base de encargos (hay mucha competencia de fuera). A juicio de Santos Timoneda, sí es cierto que “se valora un poco más la cerámica, está mejor vista”.
Entre todos los productos de Santos Timoneda, lo más demandado hoy día sigue siendo la azulejería, “para todo tipo de establecimientos, bien comerciales, como los hosteleros, o los religiosos, o para particulares (que quieren pilastras, fuentes)».
También los típicos objetos artesanales para particulares, como una escribanía para un escritorio, regalos personalizados, bandejas, platos, todos con imágenes y recordatorios. También tienen mucha demanda de objetos heráldicos.
¿Trucos para discernir la artesanía auténtica?
¿Hay trucos para que el cliente distinga la cerámica “pura y dura”, 100% artesanal, de la que no lo es?
Santos Timoneda cree que eso depende “de los conocimientos del cliente”. En ese sentido, dice que hay personas que sí distinguen la auténtica calidad, no sin comentar que se está promocionando cada vez más la cerámica de calidad “para que se sepa cómo está fabricada”. A tal efecto, considera que en ello puede tener que ver la Declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. “La gente cada vez conoce más la dificultad de la fabricación”, subraya.
Según este ceramista talaverano, en la actualidad, en general se hace una cerámica de más calidad que en los años 80, cuando se hacía un producto más comercial. “La gente va conociendo cada vez más cómo es la cerámica, el valor que conlleva, esto sí se ha puesto en valor, sobre todo a nivel provincial y regional”, sostiene.
«Diferencia de calidadades»
Por último, Santos Timoneda, cuando se le pregunta por la competencia de una producción no tan artesanal en su ámbito, el de la cerámica, se refiere a la “diferencia de calidades, que ha existido siempre”, afirma. “Todos hacen la pieza siguiendo el mismo proceso pero no con la misma calidad, bien por dificultad técnica o porque no todo el mundo dispone de un personal muy cualificado… pero de ahí a competencia desleal, cada vez menos, ya que los talleres son progresivamente más pequeños, pero con una producción que ha ganado en calidad”, concluye.
Rocío Lozano Montero, bordadora de Lagartera
Artesanía Rocío Lozano (Avenida Maestro Guerrero, 61, 45567 Lagartera, Toledo): Rocío Lozano Montero es una bordadora de Lagartera (Toledo) que continúa una saga familiar que se remonta a 1915.
Especializada en todo tipo de ropa de casa, confeccionada con bordados hechos a mano y con materiales de primera calidad, recurre a la técnica del bordado a mano en telas de lino, acrílico y algodón y usando aguja, dedal e hilos, como se hacía antaño en la cuna de este tipo de bordado, Lagartera (Toledo).
Rocío Lozano también hace ropa religiosa: alba y roquetes (dos tipos de vestimentas) para los seminaristas y sabanillas para el altar (todo lo que se componga de bordados).
«Que el cliente mire al revés todas las prendas»
Entre sus principales artículos se encuentran mantelerías, cojines, colchas, juegos de cama, toallas, tapetes, cortinas… También objetos religiosos y heráldicos. Rocío, a sus 60 años una bordadora aún entusiasta, aconseja, para que el cliente descubra si un producto es o no 100 % artesanal, es que “mire del revés todas las prendas”.
“Porque si el producto está hecho a máquina, esta por detrás tiene una especie de canilla, que no es del mismo hilo con el que estamos bordando por arriba. Si está hecho a mano, se verá el mismo hilo por arriba que por abajo”, explica. “Porque cuando yo bordo”, añade, cojo la parte de arriba y de abajo, pero la máquina no. Se está recurriendo a muchos trucos, pero quien sabe bordar, lo distingue rápidamente», especifica. “Es verdad que hay mucha gente que no sabe de qué va esto a la que le pueden dar gato por liebre», constata Rocío Lozano.
«Los bordados hechos a mano no se pueden hacer con cualquier tela»
Su taller vende directamente al cliente una producción muy cuidada en la calidad, empezando por la tela (los bordados hechos a mano no se pueden hacer con cualquier tela), explica. “A la hora de bordar, tiene que ser una tela limpia, sin nudos que me interrumpan la puntada, ya que el bordado es geométrico, tiene que ir todo cortado al hilo. Si la tela tiene algún fallo, no queda bien el bordado”, sigue explicando.
“Al ser prendas que se tienen que manchar porque van sobre la mesa, hay que lavarlas, y tienen que durar. Si son buenas, son eternas”, prosigue Rocío Lozano, para la que lo más importante son los materiales, las telas y los hilos para bordar.
En Lagartera, el boca a boca
En Lagartera siempre ha funcionado el boca a boca, la venta por encargo a la casa, recurriendo a la red clientelar de familiares y amigos, a raíz de la cual su mercado logró dejar de ser local.
El prestigio de esta firma es tal que un cliente ya habitual es la tienda del Museo del Prado, que le suele pedir dibujos bordados, que varían año a año.
Raquel de la Torre, Togashi Damasquinado, Toledo
Raquel de la Torre tiene 34 años y regenta Togashi Damasquinos en Toledo. Ha aprendido el oficio de su padre.
La gama de sus productos es muy variada: pendientes, cajas de madera, colgantes, tapones, esposas, pulseras… en los que mezcla la geometría y motivos naturales y que representan la naturaleza, no en vano tiene muy en cuenta en su trabajo el cuidado del medio ambiente. Emplea materiales de calidad y refleja una historia en cada pieza única. Su producción es completamente artesanal “y con las técnicas de siempre”.
«El brillo y el dibujo», diferencias entre lo hecho a mano y a máquina
¿Cómo lograr que al cliente no le den gato por liebre cuando elige productos de damasquino? Además de que Raquel de la Torre expone en su página web todos los procesos de elaboración del damasquino, o sea las diferencias entre el damasquino hecho a mano del hecho a máquina, explica que una de las características principales es el brillo: “A mano, ya introduces oro puro ya sea en lámina o en hilo; en el damasquino hecho a máquina es un baño. El efecto de bruñido que conseguimos en el acabado a mano es imposible lograrlo en una pieza hecha a máquina», explica.
También otra diferencia es el dibujo: “La pronunciación del dibujo; en el damasquinado a máquina te das cuenta del uso de electrolisis u otra técnica, cuando se tiene más profundidad. En el damasquinado no, primero porque está dibujado con hilo (se van a ver los hilos). Y tira un pelín más hacia afuera”, detalla.
“En el proceso industrial es más como un sello y luego le dan un baño, es como si tira más hacia abajo, mientras que en el damasquino a mano, eso no pasa porque no creas ningún sello, sino que estás incrustando realmente en una base de acero”, añade.
‘Legado Artesano’, «una buena labor»
A Raquel de la Torre la marca de excelencia ‘Legado Artesano de Castilla-La Mancha’ “está haciendo muy buena labor”, pero pide que abarque a todas las edades.
Encajería Casa Manzano, Almagro
Encajería Casa Manzano es una empresa artesana fundada en 1945 por José Manzano, de la que fue diseñador. En la actualidad siguen al frente las hermanas Paqui y Mari Carmen Manzano Moreno, que dan vida a los diseños y encajes que posteriormente salen al mercado con el sello de calidad de la firma.
Encajería Casa Manzano elabora productos para el hogar y uso personal: mantillas, pañitos, mantelerías, juegos de cama, tapetes, colchas, cuadrantes de cama, cubrecamas, apliques variados, abanicos y artículos relacionados con el encaje. También productos para bebés y visillos. Asimismo hacen pulseras, gargantillas…
Su técnica es artesanal, reconocida por la Junta de Castilla-La Mancha, que se remonta a los siglos XVII o XVIII y cuya evolución se ha dado más en los complementos que en la técnica propiamente dicha.
Las piezas más pequeñas
Habla Mari Carmen, quien asegura que los que más venden son las piezas más pequeñas, como pañitos de mesa, cubre-bandejas, pañuelos, bolsitas… “las cosas más asequibles”, enumera.
Esta artesana del textil, al referirse a la pureza artesanal del producto, recalca que “cada maestrillo tiene su librillo”, como dice el refrán, e incide en dos factores para el éxito de la producción: la calidad de la confección y la situación geográfica del lugar, en su caso una plaza en el centro de Almagro, un enclave privilegiado.
“Ante esas cosas (la producción menos artesanal) no se puede luchar, pero nosotros seguimos trabajando en nuestra línea. La mejor propaganda y garantía es que el cliente se vaya contento”, explica.
«La buena dirección, el mejor truco»
¿Trucos para que el cliente pueda discernir lo que es puro artesanal de lo que no? “La buena dirección de lo que hacemos es muy importante. Y que la confección vaya bien, así se nota más que es artesano. Que estén bien hechas las cosas”, afirma.
“Cuando hago el picado, lo hago bien, porque el resultado final es lo más importante”, insiste. “Si el cliente no entiende de técnica, por lo menos que lo vea desde la estética, que le llene”, concluye.
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