«Las marcas del carbón», los humildes en el devenir de la historia y la «osadía» de Consolación González Rico

Poder presentar tu novela en la Feria del Libro de Toledo, citas que son un estímulo para cualquier escritor. Consolación González Rico estaba a punto de hacerlo con su último novela, Las marcas del carbón (editorial Ledoria), pero un virus se interpuso en su camino. Y no era ficción.

Una criatura infecciosa y letal llamada Covid apartó a «Conso» del contacto directo con el público… Pero el compromiso con sus lectores pudo más y tuvo la «osadía» de publicar en plena pandemia.

«Mi idea no era escribir una trilogía, sino solo Una mujer de la Oretana. Pretendía recuperar la historia de las mujeres que vivieron acontecimientos como el voto femenino, la República, la Guerra Civil… Pero a raíz de una pregunta de una lectora sobre Crisanta, la protagonista, pensé en irme al siglo XIX y recrear la historia de Federico, el padre de Crisanta«.

La novela ya está en librerías, Amazon y por correo electrónico te la envía a casa la propia editorial (pedidos@editorial-ledoria.com).

Tres huidas de su propia vida

Pensado y hecho; mejor dicho, escrito. La vida de Federico es ya pasto de los lectores. «En este libro vamos a encontrar las sombras de un hombre que desde su infancia ha sufrido las marcas del carbón y esas huellas no llegarán a borrarse nunca. Es un superviviente, un hombre que lucha y que ha huido tres veces de su propia vida».

Lo cierto es que la experiencia ha resultado positiva, las redes sociales hacen el trabajo de promoción que hubiera hecho en librerías y bibliotecas y la aceptación de la novela por los lectores está siendo una realidad.

Sin firma de ejemplares, pero con la complicidad de los lectores

«Desde hacía meses, venía anunciando en las redes que en el mes de marzo o abril se publicaría la novela. Mis lectores la esperaban; algunos de ellos me hacían comentarios al respecto. Por eso, cuando tuve que decidir no lo dudé. Sabía que no podríamos tener presentaciones masivas ni firmas de ejemplares, pero sabía también que había otros modos de difundir la publicación del libro y su contenido».

Así lo cuenta la escritora toledana a #ENCLMTienesTodo. Las marcas del carbón es la precuela de Una mujer de la Oretana y el último libro de la trilogía que se completa con La vida que perdimos.

Tras estos tres títulos, Consolación González Rico recoge «las vidas de una misma saga familiar, gentes sencillas que, en las tierras toledanas del Valle del Gévalo y los pueblos de la Jara, sufrieron y gozaron los avatares del tiempo y de los aconteceres históricos».

Recuperar modos del habla y costumbres

«En las tres novelas de la trilogía he querido rescatar la dureza de esas vidas y cómo desde sus parcelas humildes contribuyeron al devenir de la historia», explica.

Además, en sus libros intenta recuperar modos del habla, costumbres, hitos y personajes históricos vinculados a la trama, así como algunos aspectos de la sociedad de la época».

Una infatigable y probablemente interminable labor de documentación que se aprecia en cada una de las obras de esta escritora nacida en Torrecilla de la Jara, junto con su estudio casi psicoanalítico de los personajes. «Todas mis novelas son eso, una búsqueda de los porqués del ser humano«, afirma.

Búsqueda de los porqués del ser humano

¿Alguna lección que esas novelas nos permitan los sufridos personajes de sus novelas para afrontar los efectos devastadores de la pandemia de covid?, preguntamos.

Lo tiene claro: «El ser humano es capaz de vencer a la historia y es capaz de sobreponerse al medio y al entorno, aunque también el medio y el entorno son capaces de incluir algunos caminos…».