Dámaso Matarranz es el candidato de +Cuenca Ahora y el hombre detrás de buena parte de los proyectos urbanísticos de Cuenca: es el arquitecto municipal de la ciudad. Matarranz se presenta, por segunda vez, en unas listas para formar parte del Ayuntamiento conquense. La anterior legislatura ya lo hizo, pero abandonó la agrupación de electores Cuenca nos Une para crear su propia formación, Cuenca Decide, que a su vez forma parte de la coalición de +Cuenca Ahora. Una plataforma, +Cuenca Ahora, que está adscrita a España Vaciada.
Este contenido forma parte del Especial Elecciones ENCLM, donde intentamos conocer en profundidad a los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas en Castilla-La Mancha del 28M, en este caso de Cuenca.
La vida del candidato de +Cuenca Ahora comenzó en Carabanchel y, como los tópicos se cumplen, es del Atleti. «Soy muy del Atleti, es mi equipo. Me siento identificado con los valores del club. Tener coraje, corazón y garra son lemas muy importantes». Estudió Arquitectura, se graduó, trabajo en Madrid y se fue pa’ Zaragoza, como dirían los mañicos. «Vengo de familia humilde, nosotros veraneábamos en Sacecorbo, el pueblo de mi padre y también el pueblo de mi mujer». Ese pueblo es «el sitio de referencia» del arquitecto. Ese lugar al que vuelve.
El recibimiento de Cuenca a Matarranz: «La nevada fue espectacular»
Matarranz llegó en 2009 a Cuenca después de aprobar unas oposiciones en el Ayuntamiento. Antes de terminar en Cuenca, donde ya se siente un conquense -tiene algo de culpa Jordi Hurtado, lo explicaremos más adelante-, Matarranz pasó por Zaragoza. Un 9 de febrero de 2009, Cuenca recibió al arquitecto con todo su esplendor. «El 8 de febrero me vine de Zaragoza, donde no nieva nunca. Llegué un domingo y a la mañana siguiente me puse mi traje para ir a mi primer día de trabajo en el Ayuntamiento. Y salgo a las 7.30 de casa…», narra el arquitecto, que no se esperaba el recibimiento en forma de frío y, sobre todo, de nieve que le tenía reservado la ciudad. «El nevazo llegaba a las rodillas y yo con mi traje y mis zapatos. Fue espectacular la nevada… Desde ese día no ha vuelto a nevar igual».
Jordi Hurtado preguntó y Matarranz se sintió conquense
«Saber y ganar» es el concurso más longevo de la parrilla televisiva, con un Jordi Hurtado como mito de la juventud eterna. Un día, allá por 2015, el arquitecto de +Cuenca Ahora se dijo que bien podría aparecer él intentando resolver «el reto» o en la «batería de sabios». Descolgó el teléfono. Varias veces. «Lo intentaba, pero no me llamaban», dice Matarranz.
Y llegó la performance. El disfraz. El aparentar ser un «intelectual» para atraer al equipo del programa, de una vez por todas. Lo consiguió. Este fue el truco: «Me dejé la barba, me puse gafas de intelectual, me hice la foto… Y ahí me llamaron». Dámaso Matarranz 1- Jordi Hurtado 0. (Lo siento Jordi).
«Llegué al programa en diciembre de 2015», dice el candidato de +Cuenca Ahora. Nada más llegar al programa, el eterno presentador pregunta a los concursantes de donde vienen. Esa pregunta, tan banal, hizo dudar a Dámaso. «Soy de Cuenca», respondió. Ese «soy de Cuenca» le salió del alma. «Me siento un conquense más, aquí está mi familia, mi trabajo, mis amigos, mi vida».
Vamos a lo que todos deseamos saber. ¿Ganó? «No acertaba casi ninguna. Estuve 4 o 5 programas».
Un gran jugador de ajedrez
El ajedrez es una de las pasiones de Matarranz. Le viene de familia. El arquitecto jugaba a las blancas y a las negras con su padre. El ajedrez era solo uno de los muchos nexos entre padre e hijo. Estaban muy unidos. «Era un hombre de carácter. Se desvivió por nosotros», recuerda emocionado un Matarranz que rememora como el juego lo ha acompañado «toda la vida». De hecho, es parte de un club de ajedrez conquense. «Es tan fascinante, es un enfrentamiento con la cabeza de un oponente que te sorprende».
Sus otras pasiones: viajes, naturaleza y cocina
¿Qué hace Matarranz en su tiempo libre? «Viajar, pasear, caminar». El arquitecto ha cedido a ENCLM varias fotos donde se le puede ver en Noja (Cantabria) o en la nieve, junto a su hijo. También se declara aficionado a la raqueta.
«Me gusta trastear en la cocina con amigos y familia. Darle de comer a la gente y ver que es feliz es una de las cosas que me gustan un montón», dice Matarranz, que ha aportado material gráfico, donde se le ve siendo el amo de una buena paella. Y cómo no, la gorra que protege al arquitecto del sol está coronada con el escudo del Atleti.