Con 19 años, nacida en Cuenca capital, forjada en el CD Huécar de gimnasia rítmica hasta 2022, la gimnasta Lucía Romero milita actualmente en el club Esperanza Calvo. Estudiante en Murcia de un doble grado de Magisterio y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, la deportista conquense, campeona regional ocho veces, es una apasionada de un deporte en el que pudo llegar a la élite pero, a los 13 años, decidió no dar un paso tan grande en su vida para formarse en Madrid, algo de lo que no se arrepiente.
Es una delicia escucharla de lo bien que lo hace sobre gimnasia rítmica y el deporte en general. No le sobra ni una coma y se explica con meridiana claridad. Sorprende su madurez personal y deportiva a los 19 años y es un ejemplo ideal para formar parte del especial «Mujeres referentes del deporte en Castilla-La Mancha» por los valores que representa.
¿Qué rasgos definen tu personalidad deportiva?
Soy muy trabajadora. Di con ciertos entrenadores que me decían que yo no iba a llegar, que me limitaban, pero nunca he dejado que eso me afecte a lo largo de los baches que una se encuentra en su trayectoria deportiva. En el deporte cuesta mucho mantener la motivación pero nunca he dejado que los malos días me hayan hecho arrojar la toalla. Respecto a los aparatos, siempre he dicho que mi preferido es la pelota porque con él fue mi mejor resultado (finalista en el Campeonato de España absoluto de Mallorca, en 2019), pero actualmente no sabría quedarme con uno. Me gustan mucho la cinta, las mazas y la pelota. Pero las estrellas han sido la pelota y la cinta, siempre.
¿Objetivos de cara a la próxima temporada?
Las temporadas individuales empiezan en febrero y acaban a finales de junio. Actualmente compagino la gimnasia con mis estudios, así que a nivel deportivo no me pongo objetivos altos porque siento que he llegado adonde tenía que llegar. Además de la menciona final, estuve convocada por la selección española, he participado en Copas de la Reina, he sido campeona de Castilla-La Mancha ocho años seguidos… Me propongo seguir disfrutado de este deporte, mantener el nivel (ya que lo difícil no es llegar sino mantenerse). Pero sobre todo disfrutar, porque con los años me he dado cuenta de que la gimnasia me encanta.
¿Tu principal hito hasta ahora?
Los dos que mencioné antes, la final en un Campeonato de España absoluto (y más viniendo de un club que no tenía renombre) y el hecho de que durante todo 2018 estuvo convocada por la selección española de gimnasia rítmica. Llegué a formar parte del equipo nacional júnior, pero cuando llevaba interna mes y medio en Madrid decidí abandonar a las puertas de entrar en el equipo nacional ya que me di cuenta de que no era lo que quería, con 13 años y viviendo sola en Madrid. Me venía grande, no estaba preparada para renunciar a toda mi vida de Cuenca, no ver a mi familia… Fue la decisión más importante y difícil de mi vida.
Al final renuncié al sueño de todo deportista porque las compañeras que han ido a los Juegos de París fueron las mismas con las que yo entraba en el equipo nacional. Pasado el tiempo lo miro con nostalgia porque me digo ‘mira adónde podía haber llegado’, pero lo decidí así, era muy pequeña y tampoco me arrepiento, aunque algo se te remueve por dentro (Lucía Romero fue a París a ver competir a sus excompañeras en los Juegos Olímpicos).
¿Qué no se conoce de vuestro deporte y os gustaría que se conociera?
En general la rítmica es un deporte poco valorado. Se creen que solo hay que tener mucha flexibilidad y ya está, pero tú trabajas todo el año, 20 horas semanales, para luego jugártelo todo en un minuto y medio, teniendo que coordinar tu cuerpo con un aparato. La gente que no lo conoce se piensa que es coger un aparato, lanzarlo y cogerlo cuando realidad tenemos solo 90 segundos para demostrar el trabajo de años y años. Aunque tú vayas muy bien preparada físicamente, si la cabeza te falla, lo tiras todo por la borda. En la gimnasia se busca la perfección. No puedes fallar. Si lo haces en el minuto 1 sabes que tus posibilidades de llegar arriba se han ido.
¿Tienes a algún deportista referente?
Actualmente es la italiana Sofia Raffaeli, de 20 años. Se llevó el bronce olímpico en París. Me identifico mucho con ella porque aparte de cumplir con lo que el código le pide también es una artista en la pista, muy expresiva. Y a mí me ha llamado la atención desde pequeña la expresión, la calidad del movimiento, movimientos amplios, contar una historia… Y a nivel nacional, Alba Bautista y Salma Solaun. Las dos han participado en los Juegos Olímpicos. Salma fue compañera mía cuando estuve a las puertas de entrar en el equipo nacional.
¿Manías, supersticiones? ¿Algún lema?
No. No soy maniática ni tengo ningún ritual antes de competir, solo me concentro… no me gusta que me digan muchas cosas antes de salir al tapiz, en el último minuto. Prefiero que me dejen en silencio, concentrarme, me intento meter en una burbuja, como si no hubiese nadie más en el pabellón.
¿Cómo ves la situación del deporte femenino?
A nivel global no estoy muy enterada del todo, pero a nivel local, se deja un poco de lado. La gimnasia rítmica exige entrenar en un pabellón con altura porque tenemos que lanzar muy altos los aparatos, y siempre han dado prioridad a otros deportes como el balonmano. Y es este es un deporte que exige muchas horas de pabellón. He llegado a entrenar algunas temporadas en un pabellón bajo, y solo podía hacerlo en uno con altura en un Campeonato de España. Haría falta un poco más de ayuda.
¿Hay desigualdades entre tu deporte masculino y femenino? ¿Queda algo por hacer en Igualdad en tu deporte?
Hace unos años se incorporó la gimnasia rítmica masculina. Empezó habiendo muy pocos niños y ha crecido un montón. La Federación Española apoya mucho la gimnasia rítmica masculina, así que a nivel nacional no hay diferencias. Los chicos tienen el mismo código que nosotras, aunque no se mezclan. Los montajes de los chicos, aunque parten del mismo código, tienen sus cosas, se ven más giros, saltos diferentes, con más potencia; mientras que a nivel internacional sí que existe mucha desigualdad porque no está admitida la gimnasia rítmica masculina. España es de los pocos países que la apoyan.
¿Hay insultos o comportamientos machistas?
Que yo recuerde, no. Nunca he recibido en un pabellón un comentario de este tipo. Está la música, no escuchas nada de lo que te dicen… Afortunadamente no he vivido ninguno de esos episodios.
¿Cómo y en qué circunstancias empezaste a practicar la gimnasia rítmica?
De pequeña siempre me gustaba bailar. Empecé a los tres años en el mundo del ballet, que es muy complementario a la gimnasia rítmica, el cual empecé a practicar a los seis años al ver a una amiga hacer cosas de rítmica en el parque. Yo le dije a mi madre que quería hacer eso y me apuntaron al grupo de mi amiga; a la semana me pasaron al club de competición. A los años ya competía en competición nacional hasta ir a mi primer Campeonato de España. Ya llevo 12 Campeonatos de España a mis espaldas, aparte de muchos otros.
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