Marta Francés (Puertollano, 1994) es toda una campeona. En la temporada que acaba de finalizar ha demostrado una extraordinaria fortaleza y espíritu de superación, que la han llevado a conquistar la medalla de plata en la categoría PST4 de triatlón en los Juegos Paralímpicos de París y a consagrarse como campeona del mundo en su disciplina.
Su trayectoria es un ejemplo de superación. A los 16 años, una cirugía de urgencia para extirpar un tumor en el cerebelo hizo que, prácticamente, tuviera que volver a aprender a andar.
Lo que para muchos hubiera sido un obstáculo insuperable, Marta lo convirtió en un reto. Se sometió a una intensa rehabilitación para recuperar habilidades básicas como caminar, escribir y leer. Aun con las dificultades físicas, logró terminar el bachillerato y se preparó intensamente para cumplir su sueño de estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, así como completar también un máster en biomecánica deportiva.
El deporte, su gran refugio desde la adolescencia, fue la herramienta que la ayudó a superar momentos tan difíciles como el acoso escolar que sufrió y a dejar atrás el duro recuerdo de una enfermedad que alteró el rumbo de su vida.
Entrevista
Pregunta- ¿Cómo ha ido tu temporada? ¿Te esperabas que fuera a acabar así?
Respuesta- Pues la verdad es que empecé con algunos golpes personales, perdí a mi perro justo después de Navidad y la salud de mi padre también estaba regular de salud, así que fue duro. Pero sabía que era año olímpico y, aunque tenía la cabeza en mil sitios, me esforcé desde el principio. Al final, todo fue mejorando y cerré el año con muy buen sabor de boca.
P: Este año has logrado la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de París, el oro en el Campeonato del Mundo y la plata en el Europeo. ¿Esos han sido los grandes hitos de la temporada?
R: Sí, esos han sido los logros más importantes, junto con una plata en las Series Mundiales de Paratriatlón. Sin duda, los principales.
P: ¿Esperabas una temporada con tantos éxitos desde el principio?
R: Sí, tenía la esperanza de luchar por el podio en todas las pruebas. Llevaba varios años sin bajarme del podio salvo en una carrera por una caída y otra por una descalificación, así que quería mantener esa trayectoria. Sabía que 2024 iba a ser complicado, porque en los años olímpicos todos dan el máximo y, además, han salido rivales jóvenes y muy buenas. Así que, aunque aspiraba al podio, especialmente en París, no lo daba por seguro.
P: ¿Te has centrado principalmente en París?
R: Sí, París era la prioridad, ya que es la competición más importante cada cuatro años. Es fundamental para renovar la beca ADO del Comité Paralímpico. Durante el año olímpico, los Juegos son el objetivo. Aun así, preparamos bien el Mundial también, pero París era lo principal.
P: En Puertollano has tenido un recibimiento increíble tras tus victorias de esta temporada. ¿Cómo sientes el apoyo de tu pueblo?
R: No había vivido nada igual. Fue una sorpresa total. El alcalde me engañó, me dijo que íbamos a ver una cosa en el pabellón y, de repente, me encuentro con todo el mundo allí esperándome. Fue muy emotivo, me sentí muy querida. Aunque llevo diez años viviendo en Madrid, siempre seré de Puertollano. Que me hagan esto en mi tierra significa muchísimo para mí.
P: A pesar de representar a España en competiciones internacionales, que te reconozcan en casa es especial, ¿verdad?
R: Sí, totalmente. Viajo mucho y he estado en muchos países, aunque realmente no los conozco, porque nunca tenemos tiempo para hacer turismo. Pero cada vez que me entrevistan, siempre digo que soy de Puertollano.
P: Centrándonos en la temporada, ¿cómo ha sido la preparación para los Juegos Olímpicos?
R: La preparación olímpica no es solo el último año, aunque es cuando das el máximo, física y mentalmente. Es un ciclo de cuatro años, en mi caso tres, por el COVID, pero al no haber podido ir a los Juegos anteriores, para mí ha sido un ciclo de nueve años. Ha sido un proceso muy largo y duro, pero estoy feliz de haber luchado por llegar hasta aquí. A veces quieres tirar la toalla porque se vuelve difícil, pero luego ves a tu familia aplaudiéndote en las gradas en París y todo cobra sentido. A pesar de los obstáculos que he tenido que superar, estoy muy feliz de haberlo logrado.
P: Estos han sido tus primeros Juegos, ¿verdad?
R: Sí, en Tokio estaba clasificada, pero sufrí una fractura de tibia por estrés y ya no pude hacer puntos para el ranking paralímpico, así que quedó descartado.
P: ¿Cómo ha sido la experiencia de los Juegos?
R: Es el sueño de cualquier deportista, olímpico o paralímpico. Me gusta vernos como iguales en ese sentido. De pequeña no soñaba con ser deportista profesional, pero la vida me ha llevado por este camino y, al conseguirlo, me siento muy agradecida. También valoro a quienes lucharon por llegar y no lo lograron, porque es algo muy difícil. Su esfuerzo y esos valores se quedan para siempre y son aplicables a cualquier aspecto de la vida.
P: ¿Cómo fue vivir en la Villa Olímpica y la competición en sí?
R: La Villa Olímpica es un sueño. Estuve bastante sola en mi estancia allí, pero lo disfruté igual, porque me encanta conocer gente de otros países y deportes. Es increíble cruzarte con deportistas a los que admirabas en televisión y poder hablar con ellos. Respecto al día de la competición, estaba menos nerviosa de lo que pensaba. Al tirarme al agua, me dije: «Disfruta del camino, no sabemos en qué puesto llegarás, pero disfruta, que hoy es un regalo por todo el trabajo hecho». Esa mentalidad me ayudó a remontar y llegar al podio, aunque no salí pensando en él.
P.- ¿Qué ha sido más importante para ti: la plata en los Juegos Paralímpicos o el oro en el Mundial?
R.- Para mí, tener la experiencia de ganar un oro mundial ha sido un sueño cumplido. Después de dos años como subcampeona del mundo, quería alcanzar ese oro, sentirme campeona al menos una vez en la vida. Esa satisfacción ya la tengo, pero vivir unos Juegos es algo incomparable. La experiencia allí es única, y ganar una medalla olímpica es indescriptible.
P.- ¿Dirías entonces que ambas tienen el mismo valor?
R.- A nivel público y mediático, la plata olímpica tiene más impacto, ya que unos Juegos se celebran cada cuatro años y clasificar es todo un reto. Pero a nivel personal, ambas medallas tienen un valor similar para mí.
P.- ¿Crees que en los Juegos Paralímpicos y Olímpicos los deportistas reciben el mismo trato?
R.- Estos Juegos de París han sido cruciales para avanzar en igualdad. Se transmitieron por Teledeporte, la audiencia fue increíble y se vendieron muchísimas entradas para los Paralímpicos. Aunque hemos logrado avances importantes, aún falta camino por recorrer. Por ejemplo, en términos económicos, no estamos equiparados con los olímpicos, a pesar de que ahora recibimos la misma medalla. Sin embargo, vivir del deporte año tras año sigue siendo un reto mayor para nosotros, especialmente a la hora de conseguir patrocinios, ya que muchas empresas nos rechazan por ser paralímpicos sin considerar siquiera nuestros logros.
P.- En ese sentido, has decidido tatuarte los anillos olímpicos en lugar del símbolo paralímpico. ¿Cuál es el motivo detrás de esta elección?
R.- Para mí, este tatuaje simboliza la igualdad. Algunos piensan que un paralímpico no debería llevar el símbolo olímpico, pero yo creo que al revés. Si hace 100 años nos excluyeron del movimiento olímpico, hoy, con los avances actuales, estoy convencida de que mucha gente apoyaría que nos unifiquemos. Ojalá mis nietos o los nietos de mis nietos vean un día que ambos símbolos son iguales.
P.- ¿Qué opinas sobre el machismo en el deporte? ¿Lo has vivido en el triatlón?
R.- El machismo lo he notado en la calle, pero no en mi deporte. En triatlón nos tratan de forma muy igualitaria. Incluso diría que, en algunos aspectos, las mujeres tenemos más apoyo, como la beca anual que la Federación de Triatlón e Iberdrola dan exclusivamente para el desarrollo de mujeres en triatlón. Sin embargo, sé que el machismo sigue siendo un problema en otros deportes, como el fútbol, donde las futbolistas luchan por equiparar sus salarios a los de sus compañeros masculinos.
P.- En el ámbito paralímpico, comentabas anteriormente que hay falta de patrocinios. ¿Cómo te mantienes económicamente en el deporte paralímpico? ¿Es suficiente con las ayudas y becas?
R.- Mi principal apoyo es la beca del Comité Paralímpico, que se renueva anualmente según el rendimiento. Afortunadamente, llevo tres años recibiendo la beca, y ahora, gracias a la plata en París, tengo una beca de nivel plata. Además, también ayudas de la federación y pertenezco al Team España, que ofrece un respaldo económico adicional. Aunque estas cantidades son importantes, no alcanzan para cubrir todos los gastos de un ciclo olímpico. Debo financiarme los viajes y otros costes asociados a competir, por lo que dependemos de patrocinios adicionales para poder mantenernos como deportistas de élite.
P.- Y supongo que serás una de las deportistas paralímpicas mejor pagadas…
R.- Sí, estoy muy agradecida porque, en España, soy una de las deportistas paralímpicas con una de las becas más altas. Esto me permite centrarme completamente en el deporte y no tener que compaginarlo con otro trabajo, que es algo que muchos compañeros deben hacer para poder competir.
P.- ¿Crees que esa falta de apoyo económico afecta a que otras personas con discapacidad no se animen a competir deportivamente?
R.- Absolutamente. Muchos deportistas paralímpicos tienen que trabajar además de entrenar, y eso hace que sus aspiraciones se limiten. Yo también lo intenté en su momento, trabajé como entrenadora en Torrevieja, pero no aguanté ni dos meses. Era un ritmo imposible de mantener. Con mi condición neurológica, mis niveles de fatiga son mayores, y no podía trabajar, entrenar y descansar lo suficiente para tener un rendimiento competitivo. Hay deportistas que lo consiguen, pero ellos mismos te dicen que, por desgracia, no pueden aspirar a una medalla.
La falta de apoyo económico es una barrera. En nuestro deporte hay muchas historias de personas que empiezan y luego lo dejan porque no consiguen una beca que les permita dedicarse plenamente al deporte. Al final, tienen que elegir entre su sueño y su sustento, y es entendible. Además, en mi caso, el triatlón es mucho más caro de mantener que otros deportes. Las federaciones de atletismo o natación, por ejemplo, cubren muchos de los gastos, y eso hace la diferencia.
P.- Volviendo a tu historia, ¿cómo fue tu vida después de que te diagnosticaran el tumor cerebral?
R.- Tenía 16 años cuando me diagnosticaron el tumor en el cerebelo. Me operaron dos veces porque la primera no pudieron quitarlo todo, y tuvieron que volver a abrirme después de una semana. La recuperación fue durísima. Cuando me subieron a planta no podía moverme, solo podía hablar y abrir los ojos, pero no tenía fuerzas para nada más. Sentía dolor en todo el cuerpo y me administraban grandes dosis de morfina. Tuve que volver a aprenderlo todo: caminar, escribir, incluso leer. Fue como volver a ser un bebé y empezar de cero.
P.- Como si tuvieras que nacer de nuevo.
R.- Sí, así lo sentí. El deporte siempre ha sido mi motivación para seguir adelante. Mi objetivo era volver a correr. Cuando me mandaron a casa, les pedí a mis padres que me ayudaran a caminar en el pasillo. Primero daba pequeños pasos con su ayuda, y luego mi madre me llevaba a una explanada donde practicábamos. Ella me sujetaba para evitar que cayera y así fui recuperando poco a poco la movilidad. A los seis meses, logré correr de nuevo. Ese fue un momento muy importante para mí.
P.- ¿Cuál es exactamente la discapacidad que te quedó tras la operación?
R.- Es complicado de explicar porque físicamente no se nota mucho. Pero tengo problemas de equilibrio: si cierro los ojos, por ejemplo, tiendo a irme hacia un lado y caigo. En la bicicleta es donde se nota más. Además, debido a las conexiones neurológicas cortadas, tuve que reaprender a caminar y a estar de pie, creando nuevas conexiones en el cerebro a base de mucha repetición y esfuerzo.
P.- La constancia ha sido clave para ti. ¿Qué te motivó a seguir adelante?
R.- Tres cosas fueron clave para mí: el deporte, que me enseñó valores de superación; el apoyo de mi familia, en especial mis padres, que estuvieron a mi lado cada día; y mi fe en Dios, que me dio fuerzas para seguir adelante y no rendirme.
P.- ¿El deporte también te ayudó en otros momentos difíciles, como el acoso escolar que has mencionado en alguna ocasión?
R.- El deporte siempre me ha ido sacando de todo. Desde los 13 años, cuando empecé a sufrir acoso escolar por un cambio de ciudad, el deporte fue lo que me dio paz y me ayudó a seguir adelante. Nunca dejé de entrenar, incluso en los peores momentos, porque era lo único que me hacía sentir bien.
P.- Ahora tienes 29 años y ya has logrado mucho, incluyendo ser campeona del mundo y obtener una medalla de plata en los Juegos Paralímpicos. ¿Tú próximo objetivo será el oro en los próximos Juegos?
R.- Para mí, esa plata fue como un oro. Estuve a 40 segundos del primer puesto y sé que, si ese día tengo medio kilómetro más, el oro habría sido mío. Claro que aspiro a más, a conseguir otro podio, pero lo más importante para mí es seguir en el deporte mientras lo disfrute. Como decía Rafael Nadal, si pierdes la pasión, ya no tiene sentido continuar, por mucho que puedas ganar. Mi objetivo es mantener esas ganas de superación y esa pasión, y el día que eso cambie, entonces sí, será momento de dejarlo.