«De la pandemia se pueden sacar muchas cosas, positivas y negativas, depende de si quieres aprender de la vida o de si eres una persona indolente. Me ha enseñado cosas que me van a servir para el futuro, que las cosas más importantes no son aquellas que tienen precio, que se pueden adquirir, lo son las que no tienen precio: la amistad, el cariño, el abrazo de mis padres y hermanos, a quienes he echado mucho de menos, a mis amigos, la libertad, poder salir a dar un paseo… eso que no valoramos porque la normalidad no se valora. He aprendido que lo más importante de la vida es la normalidad».
Álvaro Gutiérrez es presidente de la Diputación de Toledo y alcalde de Escalona, y cuando le preguntamos por el momento más duro durante la pandemia, piensa… Esto es lo que ha contado en primera persona a encastillalamancha.es, a este especial que hemos llamado #ENCLMTienesTodo (pincha aquí para ver el especial completo).
«¿Quién ha fallecido hoy, por Dios? ¿Por quién doblan?»
[ze_gallery_info id=»384972″ ]«No sé si recuerdo un día duro concreto, han sido tantos… Se me han juntado los días con las noches y llegó un momento en el que no sabía en qué día vivía. Es que ha sido realmente así, de no descansar, de no dormir… Cuando después de mucho luchar, trabajar, haciendo lo que un alcalde tiene que hacer, pues al final te comunican que la madre de uno de tus concejales acaba de morir por Covid, o cuando el director de la residencia de mayores te llama y te dice que hay tantos infectados y que tal o cual residente acaba de fallecer…».
En este momento se para y… «Sí, fueron momentos durísimos. En la residencia de mayores de Escalona han muerto 13 personas y recuerdo, aún se me ponen los pelos de punta, que durante muchos días todas las mañanas doblaban las campanas, sonaban a muerto, era una quemazón… ¿Quién ha fallecido hoy, por Dios? Una desesperación tremenda por no poder hacer nada, la impotencia absoluta, y al día siguiente, y al día siguiente… ¿Por quién doblan? Una angustia tremenda, días realmente angustiosos».
Imaginen…
«Llegaba la noche, me derrumbaba en el sofá y lloraba…»
Las llamadas telefónicas, esas que se sucedían durante los momentos más duros, entre marzo y abril, «amigos, compañeros, conocidos que te llamaban desesperado porque algún familiar tenía Covid, estaba en el hospital… Momentos de llegar la noche, derrumbarme en el sofá y llorar al lado de mi esposa pensando lo duro que estaba siendo para todos. No ya el confinamiento, sino todo lo demás, gestionar un municipio con una residencia de mayores, una Diputación con una Residencia Social Asistida, ver a tanta gente desesperada, cómo las cifras de fallecidos y de contagiados en marzo y abril no solo no bajaba sino que no terminaba de subir día a día, ver cómo gente cercana fallecía, llamadas de socorro de gente que confía en ti y que desesperadamente te pedían apoyo… Me ha llegado a doler mucho el alma».
El día que supo que su madre estaba contagiada
Afirma no haber tenido miedo, «no, pero sí mucha preocupación. Aunque todos hemos tenido esa sensación cercana al miedo de salir a la calle a comprar el pan, de contagiarte… Yo he visto miedo en mi casa, mi madre pasó varias semanas aislada en una habitación del hospital de Toledo con coronavirus, no tengo palabras para agradecer a los sanitarios no solo por mi madre, sino por todo lo que han hecho durante este tiempo, lo he vivido… Son unos verdaderos titanes de la salud».
«No encontrábamos mascarillas en ningún sitio, no porque no se buscaran, ¡sino porque no había!»
Le ha tocado gestionar, ojo, la Residencia Social Asistida (RSA) o, lo que es lo mismo, la mayor residencia sociosanitaria de Castilla-La Mancha «y ha sido una preocupación porque es una residencia de casi 400 residentes más los trabajadores. Un ‘pueblo’ de casi 1.000 personas y hemos tenido momentos de mucha tensión. Momentos en los que pensábamos que se nos acababan los EPI, momentos en los que no encontrábamos mascarillas en ningún sitio, pero no porque no se buscaran, ¡sino porque no había! Eso la gente lo ha entendido ahora, pero en aquellos momentos de tensión era muy difícil decirles a las personas que estábamos haciendo todo lo posible para encontrarlos pero no los había en el mundo entero. Momentos de muchísima tensión, no se los deseo a nadie».
Y quiere decir a toda costa que «se ha gestionado muy bien la RSA. Quiero felicitar a todos y cada uno de los trabajadores y trabajadores de todos los ámbitos, hasta el último auxiliar, quienes se han dejado la piel y la salud. Me descubro ante esta gente. Todos hemos sido solidarios, pero es que ellos han sido solidarios con su propia salud».
Aligerar la carga de los Ayuntamientos
La Diputación de Toledo y los Ayuntamientos. Una ayuda absolutamente necesaria durante la pandemia y ahora, que ha remitido aunque no se ha ido. «Durante la pandemia hicimos muchas cosas que tienen que ver con aligerar la carga de los Ayuntamientos y los ciudadanos: la demora en tasas e impuestos, en la recaudación ejecutiva… para que la gente no tuviera problemas de tesorería. Hemos ayudado en la desinfección de sus vías públicas, residencias, colegios, centros de salud, una línea de financiación incrementada en dos millones para que puedan hacerse cargo de esos gastos añadidos: la compra de mascarillas, lejía, desinfectante… tantos y tantos gastos que hemos tenido y seguimos teniendo en los Ayuntamientos. Y nos pusimos a disposición del Gobierno de Castilla-La Mancha para ayudar en todo lo que nos han solicitado, ayudas de emergencia… Creo que hemos hecho lo que se esperaba de nosotros y lo que creo que debíamos hacer».
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