Pilar Prieto es un referente deportivo en Guadalajara no solo por cosechar importantes éxitos en windsurf sino por hacer de sus pasiones un estilo de vida. «La competición forma parte de mí, pero ahora se ha convertido en una superación personal más que en una competencia con otros», nos cuenta Pilar, que compagina sus entrenamientos y retos deportivos con su otra gran pasión: su pueblo. Horchana y residente en la localidad donde gestiona su propio proyecto de turismo rural con el que pretende reivindicar todo el potencial que tiene su pueblo: Horche.
En el ámbito deportivo, tras un «parón obligado» por un accidente de tráfico, ha resurgido con fuerza, atreviéndose incluso con nuevos retos en otras disciplinas deportivas. La windsurfista cambiaba este verano la tabla por la bici y el agua por la compañía del pelotón para ser la representante de Horche en la V Vuelta a España Movimiento Ultreya Más Sol.
Deporte como pasión y superación personal
A sus 53 años, la competición forma parte de su esencia, pero ahora se ha transformado en un reto personal más que en una lucha por superar a otros. Prieto encuentra en cada desafío una aventura que alimenta su espíritu activo e inquieto. «Me gusta mucho la aventura y cuando compites estás en plena aventura», explica.
«La competición forma parte de mí, pero ahora se ha convertido en una superación personal más que en una competencia con otros»
Esta filosofía quedó clara cuando completó el reto Ultreya Más Sol. Volver al deporte no fue fácil, como ella misma reconoce: «Me costaba hacer deporte, respirar bien. Sin embargo, creo que la vida te quita cosas y luego te da». Este reto marcó su regreso a la actividad física y su reconexión con el windsurf, demostrando su resiliencia y amor por el deporte.
Nuevos objetivos
Pilar Prieto continúa marcándose objetivos ambiciosos. A pesar de su larga trayectoria, sigue explorando nuevas modalidades, como el windsurfer. En su primera participación en el Campeonato de España con esta tabla, logró un sorprendente primer lugar en la categoría femenina y un sexto puesto en la clasificación general, compitiendo contra hombres y mujeres.
Su próximo gran reto es el Mundial de Windsurfer en Tarragona. Para ello, se está preparando meticulosamente, entrenando en el pantano de Entrepeñas en Guadalajara. Para Pilar, este entrenamiento no solo es esencial para su participación en la competición, sino también para transmitir a sus hijos y a los jóvenes del club el valor del deporte como fuente de energía.
Los desafíos del deporte femenino
A pesar de sus logros, Pilar Prieto es consciente de los desafíos que las mujeres aún enfrentan en el deporte. «Hay muchísima desigualdad», lamenta. Aunque se intenta avanzar hacia la igualdad, existen barreras significativas, como la falta de apoyo en clasificaciones y competiciones, donde se requieren ciertas cuotas de participación femenina que, en ocasiones, son difíciles de cumplir. Estas limitaciones no solo frenan el progreso de las mujeres en el deporte, sino que también perpetúan la percepción de que el deporte es un ámbito dominado por los hombres.
Además, Pilar señala actitudes machistas sutiles que persisten en el entorno deportivo. Aunque no experimenta directamente comportamientos abiertamente discriminatorios, nota un trato diferenciado, especialmente en el ámbito docente, donde se prefiere a hombres como instructores. Sin embargo, su trayectoria y éxito deportivo eventualmente se imponen, ganándose el respeto y la confianza de quienes inicialmente dudaban de sus capacidades.
Rompiendo estereotipos
Pilar Prieto también lucha por desmitificar el windsurf y otros deportes acuáticos, que a menudo se perciben como exclusivos. «Es más fácil y asequible de lo que parece», asegura. Además, destaca su naturaleza ecológica y los beneficios psicológicos que aporta, como la necesidad de concentración y la conexión con el medio natural, lo que genera una «adicción» saludable que invita a una constante superación personal.
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