Ya lo dice el presidente de la Ruta del Vino de Jumilla, Arturo Castellanos, este itinerario vitivinícola ya es de por sí especial porque, de entrada, engloba dos comunidades, Castilla-La Mancha y Murcia, que por ello tanta y tan buena oferta de turismo enológico pueden ofrecer y ofrecen.
Esta es la cuarta entrega del especial de encastillalamancha.es titulado «De rutas y vinos por Castilla-La Mancha», en el que os llevaremos de gira por las seis rutas del vino de Castilla-La Mancha certificadas dentro de las Rutas del Vino de España.
Al reclamo de la uva Monastrell, santo y seña de las 22 bodegas asociadas a esta ruta, se le unen los encantos turísticos de las dos poblaciones más grandes de la misma, Jumilla y Hellín, a las que se les añaden Fuente Álamo, Montealegre del Castillo, Ontur y Tobarra. Estas seis poblaciones componen la Ruta del Vino de Jumilla.
Los vinos
«Los vinos de las 22 bodegas asociadas son espectaculares, con un denominador común, la variedad de uva Monastrell, que hace de esta ruta distinta al resto”, señala el presidente de este territorio vitivinícola. La Monastrell da lugar a unos vinos equilibrados, bien redondeados en barrica, explosivos en nariz, notas de frutos negros y fruta madura, cereza, fresas y grosella, con fuerte color rojo púrpura intenso con ribetes morados. En boca tienen estructura y fuerza, con taninos vivos y persistentes.
La Ruta del Vino de Jumilla ofrece al visitante un buen número de actividades para disfrutar de la zona al sabor de los mejores vinos, pero antes merece la pena describir la zona, que se sitúa se entre el sur de la provincia de Albacete y el nordeste de la Región de Murcia.
La experiencia de conocer esta Ruta incluye pasear por un viñedo, visitar una bodega y conocer el proceso de elaboración del vino, alojarse en un entorno rural, tomar un buen vino y degustar la gastronomía de la zona en sus restaurantes y adquirir productos típicos en sus tiendas. También, cómo no, resulta muy recomendable conocer el rico patrimonio histórico, cultural y natural que la zona ofrece.
Actividades enoturísticas
Jornadas Gastronómicas
Entre las actividades propiamente enoturísticas que ofrece la Ruta del Vino, se encuentran las Jornadas Gastronómicas en noviembre, «que ya cumplen 17 años, en las que se pueden degustar menús cerrados y el producto local es el principal», precisa Castellanos.
A lo largo de cinco fines de semana, restaurantes, bares de vinos, bodegas y almazaras preparan menús acompañados de excelentes vinos DOP Jumilla, así como muchas actividades en torno a la cocina más tradicional. Los restaurantes ofrecen menús gastronómicos con entrantes, primer plato, segundo plato y postre, y los bares de vinos, menús tapeo compuestos por cinco tapas y tres vinos. A su vez, las almazaras presentan visitas guiadas para acercar a los visitantes al conocimiento de la elaboración de otro producto estrella en este territorio, el aceite de oliva.
Ruta Kilómetro 0
Además, está la Ruta Kilómetro 0 o una ruta de la tapa, acompañada de vino, que se hace en febrero. Cada establecimiento asociado oferta una tapa que puede ir acompañada de 22 clases de vino. Propone un recorrido gastronómico formado por varias paradas en los restaurantes y bares de vinos que conforman la Ruta del Vino de Jumilla. Se pueden saborear diversas tapas maridadas con vinos DOP Jumilla de cierta entidad procedentes de las bodegas de la Ruta del Vino, acompañadas de pequeñas degustaciones de productos autóctonos de la comarca.
La característica principal es la presencia de productos autóctonos. La ruta está acompañada por muchos regalos relacionados con el mundo del vino y la gastronomía: cuñas de queso, sacacorchos, copas, visitas a bodegas, botellas de vino… Tras cada tres tapas selladas hay un regalo seguro. Todos los que consiguen sellar todos los establecimientos optan al sorteo de grandes premios finales entre los que se incluyen viajes a zonas vitivinícolas.
«Música entre vinos»
Por si lo anterior fuera poco, en los meses de junio y julio se despliega la “Música entre vinos”, que consiste en que dentro de cada bodega se organiza una visita guiada, condimentada con una cena y un concierto de música, actividad galardonada por Acevin. La Ruta del Vino de Jumilla organiza conciertos que se celebran en las bodegas asociadas; los asistentes disfrutan además de un catering y, por supuesto, de los vinos de Jumilla.
Armonía de vinos y quesos
La «armonía de vinos y quesos» consiste en varias catas-maridaje de una selección de quesos murcianos y manchegos y vinos procedentes de las bodegas de la Ruta del Vino Jumilla, dirigida por la sumiller Guillermina Sánchez Cerezo. Además, la actividad tiene como objetivo la promoción del patrimonio cultural e histórico, por lo que las catas están precedidas de visitas guiadas a monumentos o lugares históricos.
Planes en familia
Asimismo, hay actividades pensadas para las familias, como la “vendimia en familia”, que incluye una visita a las instalaciones, la experiencia de cómo es la vendimia en familia y una cata de vinos.
Por último, el concurso nacional de fotografía «Beber con los ojos» y un concurso de pintura de barricas al aire libre (que este año se celebró por primera vez en Montealegre del Castillo) completan este rico elenco de eventos organizados por la Ruta del Vino de Jumilla.
Patrimonio natural, cultural e histórico de la Ruta
Además de los parajes naturales de todo el territorio como La Pedrera, El Carche y La Cingla en Jumilla, El Madroño en Ontur y Las Colleras en Fuente-Álamo (Albacete), el visitante puede disfrutar de un rico patrimonio histórico y arqueológico de millones de años. Son destacables las huellas fósiles de la Hoya de la Sima datadas en el Mioceno Superior en Jumilla o numerosos abrigos de pinturas rupestres prehistóricas diseminados por todo el territorio como las de Minateda en Hellín o las del Barranco del Buen Aire en Jumilla, pinturas que forman parte del Arte Rupestre del Mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
De época histórica cabe señalar la gran huella íbera a través de la visita al yacimiento de Coimbra del Barranco Ancho en Jumilla o el famoso santuario ibérico del Cerro de los Santos en Montealegre del Castillo, de donde se extrajo la Gran Dama Oferente. La presencia romana también se deja ver en todos los territorios de la Ruta del Vino destacando la villa romana de Los Cipreses o el monumento funerario de El Casón en Jumilla o las famosas muñecas romanas de marfil y ámbar halladas en Ontur.
Para los amantes de la Edad Media, el panorama se completa con la presencia del parque arqueológico de Tolmo de Minateda en Hellín, el Santuario de Nuestra Señora de la Encarnación y la Ermita del Cristo de la Antigua en Tobarra y el Castillo de Jumilla.
Lo mucho que ofrecen los seis municipios de la Ruta del Vino de Jumilla
Los seis municipios de la Ruta del Vino de Jumilla ofrecen muchos reclamos atractivos para el visitante, que se resumen pinchando en cada uno de ellos: Hellín, Jumilla, Tobarra, Montealegre del Castillo, Ontur y Fuente Álamo.
Ferias y Fiestas
Arturo Castellanos destaca que la “Ruta de Jumilla está presente en todas las fiestas patronales de los seis municipios que la conforman con algún tipo de actividad organizada por la Asociación Ruta del Vino de Jumilla». Entre las fiestas más singulares, subraya, cómo no, la Semana Santa de Jumilla, declarada de Interés Turístico Internacional, y la Tamborada de Hellín, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Hay que mencionar también la Fiesta de la Vendimia en Jumilla, que culmina con la gran Cabalgata del Vino en el mes de agosto, así como las fiestas patronales de las localidades que componen la Ruta del Vino.
Gastronomía
La Ruta del Vino de Jumilla ofrece la posibilidad de hacer un paseo gastronómico por una región con gran tradición culinaria y sabores irrepetibles. Su cocina es producto de las continuas influencias culturales a lo largo de la historia, así como de su localización entre tierras murcianas y manchegas, que han dado lugar a sus platos más típicos: el gazpacho manchego, la gachamiga, el conejo en patagorrina, las habas con cebolla, las empanadas de patata, el queso de cabra frito con tomate, arroz y conejo con caracoles, las fritillas, el mortirigüelo y el trigoentero, este último una comida cuaresmal típica de Jueves Santo.
En cuanto a los dulces tradicionales, el viajero puede degustar exquisiteces como los sequillos, los rollos de vino, las pirusas, las cristóbalas, el arrope, las tortas de manteca, las flores y los panecicos dulces.
Guía para la visita
Pensando en una guía para la visita, y aunque la “Ruta del Vino de Jumilla” tiene un teléfono de contacto (688703830), las oficinas de turismo de Jumilla y Hellín informan de todo lo necesario para hacerse un detallado plan de visita.
Duración de la visita
¿Cuánto tiempo es necesario para disfrutar de una adecuada visita al rico territorio de la Ruta del Vino de Jumilla? “Depende de las ganas del viajero o del tiempo de que disponga”, apunta Arturo Castellanos. «Jumilla o Hellín son dos poblaciones que dan de largo para un buen fin de semana: contienen patrimonio cultural, natural, vitivinícola», afirma.
«Alojamientos, experiencias gastronómicas, bodegas, museos, espacios de ocio… esto es todo lo que puede dar de sí la oferta para un perfecto fin de semana que se puede alargar hasta los tres o cuatro días», concluye Arturo Castellanos.
Raíz Culinaria y Hospederías de CLM
No nos podemos olvidar de que, si tienes alguna duda sobre dónde comer o dónde alojarte, Castilla-La Mancha dispone de dos opciones de calidad excelente. Por un lado, en el plano gastronómico, encontramos la marca Raíz Culinaria, con una amplia oferta de restaurantes donde disfrutar de la mejor comida. Para alojarse está la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha, establecimientos donde pasar una estancia fabulosa.
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