Es sabido por todos los castellanomanchegos y los miles de turistas que se acercan a Castilla-La Mancha de la importancia que tiene la Semana Santa en nuestra región, muchas de ellas declaradas de Interés Turístico Internacional y Regional. Sin embargo, no siempre se conoce el trabajo que esconden muchas de las imágenes que desfilan por las calles castellanomanchegas.
Aquí es donde entra en juego las prodigiosas manos de artesanos, como las del bordador Francisco José Perales. Natural de Jaén, pero con sentimiento castellanomanchego, este farmacéutico dejó su profesión con 25 años para echarse el «manto a la cabeza» y cambiar el rumbo de su vida. En el año 2010 se asienta en la localidad ciudadrealeña de Torralba de Calatrava para abrir un taller y vivir de su verdadera pasión: el bordado.
El trabajo de una «pequeña familia» con un estilo muy propio
En su taller-exposición es desde donde Perales realiza auténticas obras de arte a mano. Piezas que llevan muchas horas, días e incluso años de trabajo. Jornadas que comienzan a las 8 de la mañana y finalizan a las 10 de la noche. Una vida dedicada a un oficio que nació de manera autodidacta: «La base siempre han sido mis ganas y mi iniciativa«, nos reconoce.
Desde sus inicios trasladó su devoción por la Semana Santa a sus bordados. Mantos, palios, estandartes, bacalaos, escapulatorios, túnicas, faldones, o banderines son algunas de las muchas piezas que les encargan las cofradías desde diferentes puntos del país.
Pero esta pequeña “familia” —como el mismo lo define—, está integrada por seis personas que trabajan en un taller de bordado artesanal que aplica su trabajo a trajes de novia, vestidos de noche o reposteros para instituciones. Perales explica que se «lanzan» a cualquier pieza que puedan adaptar a sus bordados.
Y es que, cualquier pieza que pase por las manos de Francisco, es reconocida por tener un «estilo muy propio». Él mismo se encarga de hacer todos los diseños. «Inventado, está todo inventado, pero nosotros conseguimos darle un aire especial», esto es lo que Perales considera como el fruto de su éxito y el reconocimiento.
Ejemplo de ello son la túnica que realizó para la imagen de Jesús de Medinaceli de Madrid o las restauraciones de las túnicas del Cristo de Urda, dos trabajos de los que se siente especialmente orgulloso.
«En La Mancha se puede hacer la misma o mejor artesanía que en Andalucía»
Perales sabe que «su artesanía«, la relacionada con la Semana Santa, va más allá de ser una cuestión religiosa, considera que va ligada a una tradición familiar que siempre se mantiene, una devoción que «hace que nuestro trabajo siga vivo».
Por ello, pese a tener su taller en tierras castellanomanchegas, sabe que muchos de sus clientes son andaluces y dio un paso hacia delante con la apertura de una pequeña tienda en Sevilla. Aquellos que quisieron «hacer daño» la apodaron como el «pasillo cofrade«, algo que han acabado usando de eslogan. Francisco lo considera un «punto de encuentro del arte», que le ha abierto puertas, hasta el punto de tener visitantes de Latinoamérica que encargan obras hechas por sus manos.
«La gente se piensa que el bordado solo se puede hacer en Andalucía, nosotros centralizamos el taller en Torralba porque en La Mancha se puede hacer la misma o incluso mejor artesanía que en Andalucía«, dice con emoción. Este bordador explica que siempre se nutren de su tierra porque, aunque sea de adopción, llevan por bandera ser de La Mancha.
«Farcama hace el boca a boca, un punto que mantiene la artesanía viva»
Al hablar del valor de la artesanía en el siglo XXI, Perales considera que se encuentra en un momento dulce porque «las personas quieren piezas únicas y particulares». Sabe que es un oficio complicado y por ello, pide a sus compañeros que no desfallezcan. En eso consiste la artesanía para este artesano que recibirá el reconocimiento de Maestro Artesano que otorga cada año la Junta de Castilla-La Mancha: «Crear, hacer obras diferentes y mantener la ilusión en ello».
Un título que se le otorga en el marco de la celebración de la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha (Farcama), que se organiza en la capital castellanomanchega del 10 al 15 de octubre en el paseo de la Vega y en el Hospital de Tavera. El bordador cree que esta feria es completamente necesaria al ser «el piloto” para recordar que la artesanía existe. «Farcama hace el boca a boca y hoy en día, esto es lo más importante, es un punto para mantener la artesanía viva».
Legado Artesano, para que la artesanía de CLM sea inconfundible
La artesanía… Pura tradición. Que en Castilla-La Mancha ha perdurado a lo largo de los siglos. Trabajos manuales llevados a la excelencia. Un legado que guarda oficios y técnicas ancestrales. Una rica herencia cultural ensalzada a la máxima potencia con la marca Legado Artesano, el sello con el que Castilla-La Mancha quiere que su artesanía sea inconfundible.
Una marca que impulsó el Gobierno de Castilla-La Mancha para llevar a la artesanía al grado máximo de excelencia.
Distinción con la que se quiere expresar y dar a conocer que la región es una cuna de los mejores artesanos del país. Un ejemplo de ello es el de Francisco Perales, un ejemplo que desprende talento, esfuerzo y pasión por su oficio.
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