Decir que Toledo es artesanía pura y dura no es descubrir nada nuevo, porque hay oficios que se desarrollan desde tiempos inmemoriales en esta capital que es historia viva. Artesanía como el damasquinado que, según señala la alcaldesa, Milagros Tolón, “es una clara seña de identidad de la ciudad. Un antiguo oficio, como la espadería, que el ayuntamiento ha querido recuperar porque forma parte de nuestra identidad histórica”.
Por eso quiere poner en valor, en la guía «Es Farcama», el taller municipal de empleo de Damasquinado, ubicado, junto a otros talleres, en unas dependencias que tienen en el recinto de la antigua Fábrica de Armas, junto a la Universidad regional. “Tratamos de que los maestros y maestras en cada uno de los oficios enseñen a las que serán las generaciones futuras que se dediquen a ello. Porque sí, es muy importante el patrimonio, pero también la artesanía. Sin olvidarme de otros como el mazapán”.
Gente de todas las edades que aprenden, con dedicación y esfuerzo, trabajos que de otra forma solo se transmitirían entre generaciones familiares.
Y ahora que llega Farcama es una nueva oportunidad para contemplar cuál es el valor artesanal de la ciudad, “porque es un escaparate no solo para la comunidad autónoma, también a nivel nacional e internacional. Por eso Farcama está en nuestra programación anual y contribuimos con un stand donde estarán presentes el damasquinado, la espadería y la cerámica”.
Por cierto, ya que estamos, si Tolón tiene que comprar un producto en Farcama, ¿por cuál se decidiría?
“No podría elegir solo uno. Mira, me compraría una espada, que me gustan desde siempre y forman parte de nuestra historia; y, por supuesto, una pieza de damasquinado”.