Afirma que recuerda tres momentos muy duros durante los últimos meses, que no ha parado de llamar a vecinos de la capital regional y que poco a poco iba poniendo rostro a las personas que fallecían. Que parar la ciudad no le resultó fácil y que el día que murió por coronavirus el arquitecto municipal…
La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, ha hablado con encastillalamancha.es para #ENCLMTienesTodo (pincha aquí para ver el especial completo) y rememora que durante la tercera semana de marzo «había mucho miedo e incertidumbre. Hice muchas llamadas a personas de colectivos muy vulnerables, a personas que necesitaban ayuda…».
Una llamada telefónica, una ciudad fantasma y una muerte cercana
[ze_gallery_info id=»384798″ ]Tres son los momentos más duros que no se le van a olvidar jamás. El primero, «el día que me llamó una persona para pedirme por favor que necesitaba asistir al entierro de su hermano. Ya iban la esposa del finado y sus dos hijos, y como el número estaba limitado, él no podía. No pudo ir al entierro… Ahí me desmoroné».
El segundo, «cuando tuvimos que parar la ciudad y un día subí desde el barrio del Polígono, donde vivo, al Ayuntamiento. Solo me encontré por la calle a la Unidad Militar de Emergencia (UME) y cuando llegué al balcón del despacho se me encogió el alma, ver la ciudad fantasma, muerta, fue muy…».
Y el tercero, el día que murió Ignacio Álvarez Ahedo, arquitecto municipal, «empezamos juntos a proyectar la ampliación del bulevar del Paseo de la Rosa, él me animó a hacerlo. Hablé con él el día antes de que ingresara, empezó a toser y me dijo que creía que estaba bien, pero al día siguiente entró en la UCI. Un cuñado suyo me informaba todos los días de cómo estaba…».
«Estuve un mes sin dar un beso a mis hijos, podía estar contagiada y…»
También sabe que estaba expuesta, como todos aquellos que salían cada día de su casa, al virus. «Estuve como un mes sin dar un beso a mis hijos y sin ver a mi madre porque podía estar contagiada y no lo sabía, y no me podía hacer un test porque no había. Yo, que soy bastante hipocondríaca, es curioso, pero no he tenido miedo, quizás porque sabíamos que había que ayudar a muchas personas que lo estaban pasando mal y no tuve tiempo de tener miedo».
Los buenos recuerdos también afloran, «de gente que se ha portado de forma fenomenal, como los farmacéuticos, que me llamaban para avisarme de que tenían guantes y mascarillas…».
En la parte puramente activa, la de tomar decisiones, distingue dos momentos, «dos partes, una de emergencia y otra de urgencia. La de emergencia fue muy complicada, había que cambiar todo cada día. De hecho, los primeros 15 días fueron muy dolorosos, no dormía bien…».
Controlar las emociones. O parecer fuerte aunque sufriera tanto como los que la rodeaban. «Me llamó mucha gente que me pedía ayuda. Y no solo había que ayudar económicamente, sino trabajar mucho las emociones, es lo que les repetía una y otra vez a mi equipo. He llamado a cientos de vecinos que sabía que necesitaban una llamada y solo les preguntaba qué necesitaban, que aquí estábamos, para llevar desde un paracetamol a…».
«Me pedían ayuda para que en los hospitales entubaran… Ahí sí que no podía hacer nada»
Recuerda que en los trabajadores de los supermercados estaban aterrados, «tengo amigas cajeras y estaban así. Y aunque las mascarillas nos llegaban con goteo, intentamos proporcionárselas. Pero esto no solo me ha pasado a mí, sino a la mayoría de los alcaldes, que en esta situación y por la cercanía municipal nos convertimos en referentes y teníamos que estar ahí. Recuerdo que me llamaron hasta las monjas Carmelitas para ofrecerse a hacer mascarillas. Quizás la parte más dura era cuando me pedían ayuda para que en los hospitales entubaran a algunas personas mayores, pero ahí sí que no podía hacer nada…».
Y en una ciudad como Toledo, turística como pocas pero que ahora su casco histórico sigue prácticamente vacío, ¿qué se puede hacer?
«Un rebrote importante sería una losa»
«Lo primero, evitar un rebrote importante, porque sería una losa. Tenemos que trasladar un mensaje a los toledanos y a los turistas, que es de seguridad. Les ofrecemos no solo el patrimonio, la cultura de una ciudad milenaria, pero sobre todo seguridad. Nadie va a salir fuera de su casa sabiendo que se puede contagiar, lo más importante es transmitir turismo seguro. Y poco a poco van viniendo grupos a Toledo».
Pero tiene claro que hay que replantearse «la situación económica que hemos tenido hasta ahora. La ciudad no puede vivir solo del turismo, tiene que caminar también para no solo vender turismo, sino innovación, porque hay otras ciudades turísticas que también son industriales. Pero tenemos más ganas y estamos más preparados que nunca».
El día que la mitad de los trabajadores del cementerio se contagiaron de coronavirus…
La alcaldesa de Toledo tuvo un momento crítico, o a lo mejor otro más dentro de la situación tan dantesca que se vivía esos días, que fue el día «que me llamó la concejala de Personal para decirme que teníamos un problema en el cementerio, porque la mitad de la cuadrilla se había contagiado de coronavirus. Eran seis y no teníamos gente para enterrar…».
¿Qué significaba eso? Pues que la solución era llamar a la UME. Pero en ese momento pensé en el mazazo psicológico para los ciudadanos ver que era la UME quien enterraba, no porque hubiera muchas personas fallecidas, sino porque nuestro personal había enfermado. Por eso preguntamos a los trabajadores laborales, a los jardineros… si alguno se quería incorporar al cementerio, y seis dijeron que sí. Me preocupé de hablar con cada uno de ellos, porque iban a un lugar de riesgo absoluto. Y se lo agradecí».
La concejala que sufrió el coronavirus pero que fue asintomática
Por cierto, que hablando de contagios, una concejala de su equipo de Gobierno lo padeció. Es Marta Medina, delegada de Parques y Jardines y del Cementerio Municipal, «pero fue asintomática y ha sido ahora, cuando se ha ido a operar de una mano, cuando han detectado que tenía los anticuerpos. No era tan ilógico, viendo lo que ocurrió con nuestra gente del cementerio…».
Y ahora, cuando la situación económica es la que es…
«Mira, tenemos un plan de contingencia, que es como el dinero que tienes en una hucha, y desde el primer momento aprobamos una ayuda de medio millón de euros para emergencias, que después se triplicó. El Gobierno de España permitió que los Ayuntamientos nos gastáramos el 20 por 100 del superávit. Y hemos dado de comer a 8.000 toledanos, personas mayores que no podían salir a comprar, personas sin recursos porque se quedaron en el paro… Y contando las llamadas telefónicas hemos atendido a unos 20.000 toledanos. Sin olvidarlas ayudas para iniciativas culturales, para los deportistas de élite, para las pymes, se ha incrementado la limpieza…».
La prohibición del botellón, «los jóvenes lo tienen que entender, lo primero es la salud»
La última medida adoptada, y que adelantó encastillalamancha.es, le ha hecho ser noticia nacional, puesto que prohibió el botellón en toda la ciudad en días pasados, «sí, es una práctica que se extiende por todo el país, pero lo primero es la salud. Los jovenes lo tienen que entender, lo hemos prohibido hasta ver qué pasa, si las circunstancias hacen que podamos readmitirlo, se hará, pero no podemos tener ni un fallo, porque un rebrote en la ciudad sería una losa muy difícil de levantar desde el punto de vista psicológico, de las emociones y, sobre todo, por la salud».
Lo tiene claro, y no dará marcha atrás hasta que no se vea un poco más de luz…
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