La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha considerado a M.C.V. autor criminalmente responsable de un delito de homicidio por matar a un hombre de una puñalada en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), por lo que ha sido condenado a la pena de 9 años de cárcel.
Le han caído 9 años
La sentencia considera como atenuantes que el condenado confesó el delito ante la Guardia Civil y que, durante este tiempo, ha intentado reparar el daño causando indemnizando a la familia del fallecido.
Así, el condenado también tendrá que hacer frente a una indemnización de 60.000 euros a la viuda e hijo del fallecido, de los que ya ha abonado 12.000 euros.
Agredían a su padre en el trabajo por ser gitano
La sentencia considera probado que el acusado recibía desde hace tiempo quejas de su padre por el trato que recibía por parte de su compañero de trabajo, F.A.N., quien le hacía objeto de sus burlas, le agredía físicamente propinándole patadas y se refería a él llamándole «gitano» en referencia a su origen étnico.
Concretamente, el día 17 de julio, M.C.V. recibió la última queja de su padre por lo que decidió llamar a F.A.N. por teléfono para pedirle explicaciones por ser su padre una persona de edad avanzada y vulnerable, de inferior estatura y menor fuerza que F.A.N.
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Tras muchos intentos, el ahora procesado consiguió hablar por teléfono con F.A.N. quien le citó para verse en la rotonda del «Madrugador» de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real).
El acusado, M.C.V., a los mandos de su vehículo, BMW, modelo 318 y acompañado de C.D.P., que ocupaba el asiento del copiloto, se desplazó hasta la mencionada rotonda, adonde acudió caminando F. A. N., acompañado por su primo I.G.R.
El acusado, que conducía su vehículo, se percató de la presencia de F.A.N. y de I.G.R., y se dirigió conduciendo hacia ellos deteniéndose a la altura del número 5 del Paseo del Cordón, a escasos metros de donde estaban ellos.
En ese momento, F.A.N., desprovisto de cualquier arma o instrumento peligroso, se dirigió hacia el lado del copiloto y como quiera que la ventanilla estaba bajada, introdujo sus manos hacía el acompañante del condenado, mientras que I.G.R., que también iba sin ningún arma ni instrumento peligroso, se dirigió hacia el lado del conductor y condenado e introdujo sus manos por la ventanilla entablando un forcejo con él.
En el curso de este forcejeo, el acusado, con la intención de acabar con la vida de I.G.R., cogió un cuchillo de cocina de 26 centímetros de longitud y 15 centímetros de hoja que portaba en el interior del habitáculo del vehículo y le asestó una puñalada en la zona del tórax.
Tras haber recibido la puñalada I.G.R., el acusado se apeó del vehículo y salió tras I.G.R. y F.A.N., cuchillo en mano, al tiempo que les gritaba «os mato».
I.G.R., en fase agónica, alcanzó a recorrer unos 35 metros, cuando finalmente se desplomó quedando tendido, sin vida, en la acera entre un gran charco de sangre.
Acto seguido, el acusado se desplazó conduciendo hasta Madridejos (Toledo) donde su madre estaba trabajando, si bien tras conocer el desenlace mortal del suceso, una vez que la Guardia Civil ya había desplegado el dispositivo correspondiente para localizarlo y antes de encontrarlo y de proceder a su detención, acudió al cuartel de la Guardia Civil para poner en conocimiento de los agentes lo sucedido e incluso colaboró para localizar el cuchillo, que su madre había escondido en su centro de trabajo.