El jurado popular del proceso contra A.G.S., acusado por la muerte de una vendedora de cupones de la ONCE en Albacete, en agosto de 2021, ha considerado, por unanimidad, que es culpable de un delito de asesinato.
Así lo ha expuesto el portavoz del jurado popular, pasadas las 22.00 horas de este jueves, en el proceso que se ha seguido, en las dos últimas semanas, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete.
La Fiscalía pide prisión permanente revisable
El jurado ha concluido que también es culpable de un delito de hurto por haberse quedado con el dinero y los «rascas» de la ONCE que llevaba la víctima cuando ocurrieron los hechos y, además, ha considerado que el procesado «no es merecedor de la suspensión de la pena» ni tampoco «del indulto».
La magistrada deberá ahora acordar la pena que se impone a A.G.S., para quien el Ministerio Fiscal ha pedido, por asesinato, la prisión permanente revisable, al igual que los tres abogados de las acusaciones particulares, de los padres y el hermano que vive con ellos, la otra hermana y la ONCE.
El fiscal pide un año de cárcel por el delito de hurto, petición a la que se ha sumado el abogado de la ONCE.
La abogada de la defensa ha mantenido que acata la decisión del jurado, pero no comparte que la condena sea prisión permanente revisable, ante lo que ha pedido que, dentro del arco de la pena por asesinato, le sea impuesta «la pena mínima».
Todas las acusaciones han pedido una indemnización para los familiares, de entre 75.000 y 150.000 euros para cada uno de los progenitores; y de entre 20.000 y 50.000 euros para cada uno de los dos hermanos.
El representante del Ministerio Fiscal ha pedido que se indemnice a la ONCE con el dinero de los rascas y cupones que llevaba la víctima y el abogado de la organización ha indicado que lo donaban a los familiares de esta, en caso de que se imponga dicha indemnización al condenado.
Cerca de las once de la noche, el juicio quedaba visto para sentencia.
El cadáver de la víctima, muy conocida en Albacete y a la que su familia buscó durante varios días, apareció en la casa del procesado, en un habitáculo en el patio, tapado con cemento y ladrillos.