La Sección Segunda de la Audiencia provincial de Albacete ha condenado a 18 años de prisión al acusado de asesinar a su socio de un pub de Albacete. Tendrá que indemnizar a los padres del fallecido con 60.000 euros a cada uno y al hermano, con 50.000 euros.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, recoge como hechos probados en el juicio, que se celebró con tribunal de jurado, que acusado y víctima eran socios de un pub de Albacete y que entre ellos habían surgido desavenencias por el negocio, ya que el fallecido «quería echarlo del mismo al tener sospechas de que se quedaba con el dinero de la recaudación».
Así las cosas, sobre las 9.00 horas del 2 de febrero de 2017, ambos estaban en el pub, con unos amigos, y, al marcharse éstos, se inició una discusión entre ellos a causa de sus negocios. Entonces, la víctima fue a buscar algo al almacén y el acusado lo siguió, con la intención de matarlo.
Le golpeó por detrás con un objeto
Le asestó un golpe en la parte posterior de la cabeza, cuando éste estaba de espaldas, sin posibilidad de verlo ni de defenderse, con uno de los objetos que allí había. Le hundió el objeto en el cráneo, a consecuencia del cual comenzó a sangrar abundantemente por la cabeza y por la boca, cayendo al suelo y falleciendo.
Posteriormente, según la sentencia, el acusado se marchó del bar para trasladar uno de los vehículos que estaba en la puerta, en zona azul, a su casa. Pasado poco tiempo volvió y, tras coger los dos teléfonos móviles que llevaba la víctima, metió su cuerpo en un congelador grande que había en el almacén del bar, y que previamente había vaciado de la comida y el hielo que contenía.
A continuación, limpió toda la sangre que había en el suelo y paredes y en otros objetos que se habían manchado (barra móvil y bordes del congelador), excepto una gota de sangre que cayó en el zócalo, así como otros restos, limpieza que llevó a cabo con productos de limpieza que había en el bar, ayudándose de una fregona y bayetas, deshaciéndose posteriormente de ellos en un contenedor de basura que había en la puerta del bar.
Hasta el día 11 de febrero el acusado abrió el establecimiento al público, aunque en la madrugada del 7 de febrero de 2017, ante la persistencia de las continuas preguntas de amigos en relación al paradero de la víctima, el acusado decidió sacarlo del bar para ocultarlo en otro lugar.
Llevó el cadáver hasta Viveros y lo quemó meses después
Cogió su vehículo, lo subió a la acera, en la puerta del pub, metió el cuerpo en el maletero y se dirigió al municipio de Viveros, donde el padre del acusado tiene una parcela, en la que dejó el cuerpo en el maletero de un coche que había aparcado en ella.
El acusado también destruyó los discos duros del sistema de grabación y vigilancia del local y había desconectado también el videograbador y los cables de la centralita de la alarma.
El 9 de mayo de 2017, al haber descubierto el día anterior el padre del acusado el cuerpo sin vida del socio de su hijo, por el hedor que desprendía al estar en el maletero, decidió desprenderse de él, preparó una hoguera y lo quemó. Mantuvo el fuego ardiendo un día y esparció las cenizas y pequeños huesos en una parcela colindante, así como una pulsera que llevaba el fallecido.
La sentencia también recoge que el acusado se encontraba bajo los efectos de una politoxicofrenia, que le producía una leve alteración de las facultades intelectivas y volitivas.
La sentencia también absuelve, como pidió la Fiscalía en sus conclusiones definitivas en el juicio, al otro acusado, al que inicialmente se le había imputado como cómplice.