Algunos de los empleados del Mercadona de Yuncos (Toledo) que tres individuos atracaron el 5 de octubre de 2013 han señalado hoy, durante la segunda jornada del juicio que tiene lugar en la Audiencia Provincial de Toledo, que les pareció que alguno de los tres autores «tenía acento de algún país de Europa del este», aunque otros de sus compañeros han señalado que solo escucharon hablar en español.
Testifican los trabajadores y clientes del Mercadona
Dato importante si tenemos en cuenta que el único de los tres acusados que reconoció ayer haber participado en el atraco dijo, por primera vez en toda la instrucción, lo que sorprendió a los presentes en el juicio, que no le acompañaban los otros dos acusados, sino dos ciudadanos de origen georgiano y rumano, Michael y Stalin dijo que se llamaban; mientras que el fiscal y las acusaciones mantienen que fueron los tres individuos acusados (Ángel García Caro, quien reconoció los hechos, más José Manuel Cifuentes, supuesto jefe del grupo, y Miguel Ángel Seoane. Estos dos últimos, por supuesto, negaron de forma rotunda que estuvieran ese día en el citado Mercadona.
[ze_summary text=»Pegaron tres o cuatro disparos, uno de ellos dio unos pasos hacia atrás y luego escuché: ¡vámonos, vámonos…!»]
Pegaron tres o cuatro disparos, uno de ellos dio unos pasos hacia atrás y luego escuché: ¡vámonos, vámonos…![/ze_summary]
La primera en declarar ha sido la gerente B del Mercadona, quien responde a las iniciales B.R., quien ha señalado que «me pareció que si tenían acento de Europa del este», y que los clientes sí podían conocer en qué habitáculo estaba la caja fuerte por la forma en la que trabajaban. De ese día recuerda, además de que la trasladaron hasta la habitación donde estaba la caja, que uno de ellos dijo que llegaba la Guardia Civil, «pegaron tres o cuatro disparos, uno de ellos dio unos pasos hacia atrás y luego escuché: ¡vámonos, vámonos…!».
Otro de sus compañero, F.M.R., cajero entonces, ha señalado que uno de los atracadores se dirigió a su compañera B.R. como gerente B «y nos llevó a los dos donde estaba la caja. Primero le amarró a ella y luego a mí. Me tiró al suelo y me dijo que si me movía, me mataba. A mi compañera le dijo que abriera rápidamente la caja, que esto no era un juego». También ha recordado que el atracador «tenía un acento raro, como del este, pero no les sé decir; medía entre 1,85 y 1,90 y era corpulento», ha dicho al Tribunal.
La tercera en declarar, E.N., otra de las trabajadoras, ha declarado que vio cómo entraban los tres individuos con armas, «el último cargó la pistola y me quedé blanca. Dijeron que eso era un atraco y que abriera la caja, uno cogió los billetes y se le cayeron al suelo, me dio un golpe y me di a su vez con un extintor. Estoy todavía en tratamiento psicológico». Recuerda también que uno era más alto que los otros dos.
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