J.A.G.S., acusado de intentar acabar con la vida de un vecino en la localidad de Malagón (Ciudad Real), de quien tuvo conocimiento por boca de su mujer de que ambos habían mantenido una relación afectiva, ha manifestado que solo quería «pedir explicaciones».
«Fui a pedirle una explicación porque la noche anterior mi mujer me confesó que se había encariñado con él», ha asegurado durante la primera sesión del juicio que se está celebrando desde este miércoles en la Audiencia Provincial.
Ha confesado que sobre la agresión tiene recuerdos «pero no de todo lo que pasó», pero ha insistido una y otra vez en que él no tenía intención de acabar con la vida del amante de su mujer. «No soy un asesino», ha afirmado, y ha añadido que si hubiera querido coaccionarlo o amenazarlo no hubiera ido a su casa.
Por el contrario, ha continuado que este le provocó insultándole. «Me dijo que yo no era el padre de mi hijo pequeño, que era suyo y que me lo iba a quitar», ha dicho. Una afirmación, que según el acusado, provocó que sacara la navaja, que siempre llevaba en el bolsillo porque era una herramienta habitual en su trabajo en el campo.
Y ha asegurado no recordar cuándo lo hizo, que cuando fue consciente ya la tenía en la mano y que no recuerda clavarle la navaja en el cuello. «De lo que me acuerdo es de mi mujer y la madre de él delante mía y después a mi mujer con la navaja ya en la mano», ha explicado. «No pensé en ese momento en lo que había hecho».
«Nunca pensé que mi mujer tuviera una doble vida»
También ha contado que su mujer confesó lo ocurrido la noche anterior. Fueron sus hijos mayores los que le advirtieron tras suceder un enfrentamiento en una de las farmacias del pueblo entre la hermana del amante y la cuñada del acusado. «La hermana le dijo a mi cuñada que mi hijo pequeño no era mío, sino que era de su hermano».
Tras esto, ha asegurado que esa noche se fue a dormir con sus hijos y su mujer con el pequeño. «No pegué ojo, nunca pensé que mi mujer tuviera un doble vida» y es que no hubo ningún indicio que le hiciera sospechar, ha asegurado.
También ha justificado la decisión de ir a la casa del presunto amante. «Si me tenía que separar de mi mujer quería saber el motivo y ella no me contaba nada, solo que se había encariñado».
«Siento mucho odio y miedo»
Por su parte, el amante y presunta víctima de lo sucedido ha declarado sentir en la actualidad «mucho odio» hacia el acusado, a la vez que «mucho miedo». Y que por esta causa ha puesto rejas y una alarma en su casa, aunque ya disponía anteriormente de cámaras de seguridad.
De hecho durante la declaración, tanto del acusado como de la presunta víctima, se ha hecho referencia a una grabación donde aparecen imágenes de la agresión. Además, ha hecho referencia a las secuelas sufridas tanto físicas como psicológicas.
Ha confirmado que tuvo una relación de varios años con la mujer del acusado y que esta le avisó de que iban a ir ambos a su casa, ya que estuvieron toda la noche mandándose mensajes y que por la mañana lo llamó por teléfono.
Lo convencieron para que abriera la puerta. «No quería y cuando lo hice supe que la había fastidiado porque él me miró y sonrío». Ha explicado que fue ella la que fue cerrando puertas y que cuando pasaron el acusado le pregunto que si se estaba acostando con su mujer, a lo que le contesto que eso se lo tenía que preguntar a ella.
Y que tras esa contestación, sin mediar más palabras, el acusado se abalanzó sobre su cuello y que «por suerte» no le mató. Ha negado que lo insultase o que le hiciera alguna referencia al hijo pequeño. También ha contado cómo logró que no agrediera a su madre con la navaja.
A continuación, ha declarado primero la madre de la presunta víctima, que ha confirmado la versión de su hijo y cómo escucho como la esposa del acusado le decía a su hijo por teléfono que «ahora era una puta declarada».
Por su parte, la mujer del acusado ha apoyado la versión de su esposo, que su marido llegó tranquilo, ya que solamente fue a pedir explicaciones de por qué iba contando todas esas cosas por el pueblo. Ha calificado lo sucedido como «un momento de acaloramiento» porque el amante le provocó.
Una sesión que ha finalizado con las declaraciones de los agentes de la Guardia Civil y Policía Local que estuvieron en el lugar de los hechos. Destacable la declaración de unos de los agentes de Policía Local que ha relatado cómo el acusado estaba «tranquilo» aunque «bloqueado y aturdido», que no tuvo que usar la fuerza y que lo sacó de la situación que había en la calle en donde «se palpaba mucha tensión».
Otro agente ha resaltado el gran sangrado de la víctima.
Intento de homicidio para la fiscalía
Unos hechos que han recibido distinta calificación por parte de las acusaciones. Mientras que para la Fiscalía se trata de un delito de intento de homicidio con las atenuantes de arrebato y reparación del daño, por lo que pide una pena de cuatro años.
Asesinato en grado de tentativa para la acusación particular
La acusación particular considera que se trata de un asesinato en grado de tentativa, además de un delito de allanamiento de morada y otro de lesiones, elevando sus peticiones hasta los quince años y una medida de alejamiento a menos de 500 metros por un plazo de 18 años.
Por otro lado, la defensa alega que se trata de un delito de lesiones con los atenuantes de reparación del daño y obcecación. Respecto a la primera de las atenuantes, su abogado alega que ha consignado las indemnizaciones oportunas y que coinciden con lo pedido por la Fiscalía y que la obcecación está probada con dos informes.
Respecto a la reparación del daño, la abogada de la acusación particular ha manifestado que su defendido no ha recibido cantidad alguna y ha especificado que solicita indemnizaciones por un valor superior a los 55.000 euros.