El acusado de asesinar a su expareja en Almonacid (Toledo) en abril de 2022, para quien la fiscal pide prisión permanente revisable, ha admitido que la estranguló tras una pelea y que la atropelló con un vehículo, pero ha negado que la violara el día de los hechos si no que habían mantenido relaciones sexuales la noche anterior.
Así lo ha declarado el procesado en la primera sesión del juicio con jurado popular que ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Toledo, tras una hora y media de elección del jurado compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres.
El acusado ha negado la relación de los hechos expuesta por la fiscal, que considera que cometió un asesinato con alevosía, que la agredió sexualmente y que después de muerta fingió que la había atropellado con el coche, extremo este que sí ha reconocido el procesado porque, según ha dicho, «no sabía qué hacer» y ella ya «no tenía pulso».
El acusado y la víctima contrajeron matrimonio en Lima (Perú) en 1995, tenían tres hijos y vivían en una vivienda de Mascaraque (Toledo) en compañía del hijo menor y del hermano del procesado, su cuñada y dos hijos de estos.
Según el acusado, la discusión comenzó por unas clases de conducir
Durante su declaración, el proceso ha señalado que su pareja, de la que estaba divorciada, pero nadie lo sabía porque convivían juntos en la misma vivienda y hacían vida marital, le dijo la noche anterior al 4 de abril de 2022 que iba a hacer una hora en el trabajo para cubrir a una compañera que tenía que hacerse una prueba médica.
Esa mañana, ha relatado, la llevó al trabajo como siempre sobre las 5:30 horas y quedó con ella en que le llamaría para recogerla cuando terminara, por lo que él regresó a casa, preparó el desayuno al hijo menor que vivía con ellos y lo llevó al colegio.
Como ella no le llamó, decidió ir a la gasolinera, de Mascaraque, donde trabajaba y se llevó una «sorpresa» cuando vio que no estaba allí, y al regresar a su casa ya estaba allí su exmujer.
El acusado ha dicho que ella le pidió que le diera unas clases de conducir porque quería sacarse el carné y se fueron a un camino de Almonacid, pero él no quiso dejarle el coche porque el camino estaba «feo» y húmedo y, por tanto, era peligroso.
En este momento, la mujer se bajó del vehículo, le gritó y le dijo «de todo, cosas que a uno le duelen», con lo que él se bajó también y «la cogí del cuello, la asfixié con una mano, empleé mucha fuerza y pasó algo en sólo unos segundos», ha afirmado.
Según el acusado, ella ya no respiraba, se desmayó y a él le entró «miedo y pánico» y no sabía qué hacer, por lo que la metió en el coche, se fue hasta otro punto del campo, la bajó del vehículo, colocó su cuerpo en el suelo en la parte delantera y la atropelló para fingir un accidente y luego llamar a Emergencias.
A preguntas de la fiscal, el acusado ha negado que tuvieran problemas en la relación y ha afirmado que estaban «todo el tiempo bien», si bien ha dicho que la víctima tenía «un temperamento muy fuerte» y que a veces discutían pero «por el coche o cosas de la casa» y nunca en presencia de sus hijos ni llegaban a las manos, y que él nunca contestaba.
Ha negado que su hijo mayor se interpuso una vez entre ellos para que no llegasen a las manos y también ha negado saber que ella había tenido una relación sentimental con un compañero de trabajo y, de hecho, ha asegurado que «confiaba en ella», que le decía que solo era su amigo, y que nunca le dijo a la mujer del amante de su expareja nada al respecto.
Maleta con ropa de la víctima sobre la cama del dormitorio
El acusado ha explicado que su exesposa nunca le comunicó que quería marcharse para separarse de él, sino que quería volver a Madrid -donde habían vivido antes- para trabajar allí y volver los fines de semana, porque el pueblo -Mascaraque- es pequeño y extrañaba a sus amigos.
El día de los hechos se encontró en el dormitorio una maleta con ropa de la víctima encima de la cama, sobre lo cual el acusado ha precisado que la maleta llevaba tiempo en el cuarto y que era ropa que su exmujer quería llevar a su hija.
Por su parte, la letrada de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, personada como acusación popular, no ha realizado preguntas al acusado, pero de manera previa ha manifestado que está de acuerdo con el relato de la fiscal y que la Administración pretende velar por «la libertad y el respeto» y que no sea, como en este caso, «o conmigo o sin mí, o conmigo o muerta».
El letrado de la defensa ha insistido en aspectos como que dormían en la misma habitación de la casa y hacían «vida de pareja» y en que no le pidió explicaciones la mañana de los hechos sobre por qué había ido a trabajar si, supuestamente, libraba.
La defensa ha pedido la libre absolución del acusado porque cree que el delito del que se le acusa -asesinato con alevosía- no existe y que las acusaciones han interpretado cosas que no eran así como que ella quería marcharse de la casa y dejarle o que fue víctima de una agresión sexual -clave para solicitar la prisión permanente revisable-, ya que mantenían relaciones como cualquier otra pareja.
El juicio se retoma este martes con la prueba testifical y está previsto que se desarrolle hasta la jornada del viernes, con la entrega del veredicto y la deliberación del jurado popular.