En su alegato final ante el jurado popular, la fiscal ha mantenido su petición inicial de condena para Morate, al considerar que en la vista ha quedado probado que había premeditado asesinar a su expareja Marina Ocarinska y que asesinó a Laura del Hoyo para evitar ser descubierto.
Por ello, ha pedido que sea condenado a 25 años de cárcel por el asesinato de Marina, al concurrir las circunstancias agravantes de parentesco y de cometer el delito por razones de género, y a 23 años por el de Laura del Hoyo, en este caso por que concurre la circunstancia agravante de abuso de autoridad.
También ha mantenido su petición de que el encausado indemnice a las familias de las dos jóvenes asesinadas con 540.000 euros.
A lo largo de su alegato, que ha durado más de una hora y media, Moruno ha argumentado que en el caso de Marina el crimen fue planeado y cometido con alevosía, mientras que a Laura la mató para «no dejar testigos» y «seguir con su vida».
Asimismo, ha defendido que la autoría de Morate queda acreditada con la aparición de una botella de agua de Lourdes con su ADN junto a la fosa en la que aparecieron los cadáveres en la localidad de Palomera, a unos 10 kilómetros de Cuenca.
La representante del ministerio público ha subrayado que Morate y Marina Okarinska mantuvieron una relación de pareja sostenida en el tiempo y que incluyó dos años de convivencia, lo que permite aplicar una circunstancia agravante, además de estar marcada por el control y la «falta de respeto» hacia su exnovia.
Y ha sostenido que el acusado no asumió la ruptura de su relación en febrero de 2015 y que premeditó el crimen en el verano de ese año, como lo demuestra que se hizo con cal, bridas, bolsas de basura y otros elementos que aparecieron en su piso.
Además, ha apuntado que este mismo escenario ya fue utilizado por el procesado «para cometer actos delictivos», en alusión a una condena anterior de Morate por detención ilegal.
Para la fiscal, el detonante del plan que había preparado el acusado fue la llamada de su amigo Alexander E., que le comunicó el día 6 de agosto que tenía un permiso penitenciario y podían acudir a Alicante, por lo que Morate puso en marcha su plan para tener una coartada.
La sexta sesión del juicio se ha iniciado alrededor de las 9.20 de la mañana y está prevista la presentación de todos los alegatos finales de las partes, antes de que el magistrado-presidente elabore el objeto del veredicto.
El resto de acusaciones también mantiene la penas
A su vez, la abogada de la acusación particular de la familia de Marina Okarinska Marta Bermejo ha pedido que Morate sea condenado 31 años y tres meses de prisión, ya que ha añadido a las agravantes de parentesco y de cometer el delito por razones de género, la elección de su domicilio para cometer los asesinatos.
Lo hizo «con el objetivo de no ser descubierto, para no dejar rastro de su delito, no es mera casualidad, decide este lugar a propósito», ha añadido la letrada.
El abogado de la familia Del Hoyo Chamón Luis Felipe Valero también ha mantenido su petición de 25 años de cárcel por el asesinato de Laura, al existir alevosía y el agravante de «abuso de superioridad» en su muerte.
Y el letrado de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que se ha personado como acusación particular (al igual que hace en todos los casos de violencia de género) se ha adherido a las conclusiones y a la petición de la Fiscalía y ha considerado que es «blanco y en botella» que Sergio Morate asesinó a las jóvenes.
La defensa pide la absolución
Por su parte, el abogado defensor de Sergio Morate ha pedido su libre absolución, ya que según ha afirmado «se ha hecho coincidir la investigación para que las pruebas encajen».
En su informe, el letrado José Javier Gómez Cavero ha cuestionado pruebas como el ADN en la botella que se encontró junto a la fosa en la que fueron enterradas las dos jóvenes y la confesión que habría hecho el procesado a los policías que lo escoltaron hasta Cuenca, dando detalles sobre los crímenes.
Gómez Cavero ha preguntado a los miembros del jurado si no les genera una «duda» el hecho de que en la botella que apareció junto a los cadáveres sólo se encontrase ADN de Morate en una de las tres pruebas realizadas entre el 14 de agosto y finales de noviembre, y ha apuntado la posibilidad de que resultase «contaminada» por otras pruebas.
Asimismo, ha recordado al jurado popular la presunción de inocencia de Morate y ha subrayado que él no tiene que demostrar su inocencia, «sino que la acusación tendría que haber presentado pruebas contundentes».