La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a 22 años y 6 meses de cárcel a D.D.M. al ser considerado culpable de asesinar a su exmujer en La Puebla de Almoradiel, de acuerdo al veredicto del Jurado Popular que se conoció la pasada semana.
Por lo tanto, se le considera el autor penal y civilmente responsable de un delito de asesinato consumado, apreciando la concurrencia de las agravantes de parentesco y la atenuante de confesión, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, y privación de la patria potestad respecto de sus hijos menores.
Se le prohibe además la aproximación y comunicación con los mismos durante 35 años, que lo será a 500 metros del lugar donde se encuentren, al domicilio o a cualquier otro frecuentado por ellos.
Prohibición que se extiende en cuanto al alejamiento y comunicación a la tutora legal de los menores.
De igual modo deberá indemnizar a cada uno de sus dos hijos menores, que son víctimas y perjudicados, a la cantidad a cada uno de 200.000 euros más los intereses.
Así fueron los hechos
La Fiscalía pedía 25 años de cárcel, privación de la patria potestad de sus hijos e indemnizaciones por valor de 400.000 euros para D.D.M. por un presunto delito de asesinato con alevosía y ensañamiento en el ámbito de la violencia de género y en donde concurría una agravante mixta de parentesco, así como el agravante de género.
Contrajeron matrimonio en 1995, divorciándose en 2011.
El 21 de enero de 2020, entre las 22 horas y las 23.59 horas el acusado, que residía con su exmujer en la localidad toledana, tras una discusión, «cogió un cuchillo de cocina, de forma que, cuando la asesinada le dio la espalda y se encogió para cubrirse, el presunto asesino, con intención de acabar con su vida y sin que la víctima tuviese posibilidad alguna de defenderse, le propinó con el cuchillo una puñalada en la espalda y después al incorporarse varias puñaladas en el tórax, en el antebrazo y mano derecha, en la mano izquierda, y en la pierna izquierda», lo que le causó ocho heridas en total.
Como fruto de esas heridas, la víctima falleció a causa de un shock hipovolémico causado fundamentalmente por la herida localizada en la línea paraesternal izquierda que afectó al corazón en todo su espesor.
No quería ayuda, quería que se muriera
Una vez producidas dichas heridas, D.D.M., sobre las 00.30 horas del 22 de enero, llamó al 112 diciendo que había matado a su mujer, que la había apuñalado en el corazón, pero dijo que no quería ayuda, «que se muriera», relata el escrito de Fiscalía.
Poco después también llamó a una vecina, a la que le dijo en torno a la 1.01 horas de la madrugada que había matado a su exmujer «porque se iba con moros y negros y se lo restregaba en la cara», por lo que «se había encargado de que estuviera bien muerta».